Capítulo 119: 27 de junio de 2023

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Capítulo 119 

--Hugo habla conmigo donde me pegó--

"Último día de trabajo antes de las vacaciones, pero antes tengo que enfrentarme al Final Boss: Hugo. Si alguien me está viendo, que me desee suerte."

    Hugo lleva tiempo bastante callado. Siempre ha tenido esa actitud de "no quiero que nadie me moleste", pero, al final, saltaba a la mínima y la acababa liando. Estos días solo he visto una mala contestación a Alberto y poco más. Aunque también es verdad que casi nunca miro lo que hace. Hoy, por culpa de la predicción, lo miro más veces, lo que hace que Hugo se dé cuenta de ello y me mire a mí también alguna que otra vez. Cuando me mira, aparto la mirada y me hago el tonto, pero creo que se me nota muchísimo... Soy un desastre viviente.

    La mirada de Hugo es la de alguien que está muy nervioso. Muchas veces me mira cansado, con ganas de insultarme o asqueado, pero hoy... Parece como si estuviera un poco asustado. Como si le supiera mal tener que hablar conmigo. Pero lo pone en el calendario, quiere hablar conmigo, o por lo menos hablará conmigo, y no será porque yo lo busque. Tiene que salir de él, pero... ¿Por qué?

    Pasan las horas y no ocurre nada. En el descanso me espero cerca del lugar predestinado. No viene. A lo mejor no he entendido bien la predicción, y ponía algo que indicaba que quería hablar pero que no tiene por qué hacerlo, o algo así.

    Saco el móvil para mirar la foto del calendario, y amplio la imagen para leer bien la predicción de hoy, y de paso repasar las que me quedan para terminar el mes. Las recuerdo a la perfección, pero no paro de mirar todos los días una y otra vez el calendario para repasar lo que se viene y para prepararme.

    Miro con atención la imagen. Amplío para que solo se vea la frase. La examino con calma.

    Mientras miro, alguien me agarra con fuerza el brazo.

    Me giro. Es Hugo. Hugo está agarrando con fuerza mi brazo y mirándome con ojos de psicópata.

    —¡¿Qué haces?! —le grito.

    —Déjame ver eso —dice, señalando a mi móvil con la otra mano.

    —¿Qué? No, ni de coña.

    —Déjame ver eso —repite, y aprieta mi brazo con más fuerza. Yo grito. Algunos me miran, pero nadie hace nada. Mis compañeros son un diez de diez.

    Hugo me roba el móvil y mira la foto.

    —"Hugo habla conmigo donde me pegó" ... —dice en voz alta—. ¿Qué es esto? Contesta.

    ¿Y cómo contestó yo ahora? ¿Cómo le voy a explicar a Hugo lo del calendario?

    —Ven, Izan —me dice—. Aquí pone que hablemos ahí atrás. Donde te pegué, ¿no? Pues venga, hablemos ahí atrás.

    —Voy... —digo, sin saber cómo terminará esto. ¿Qué quiere decirme y qué le voy a decir yo sobre el calendario?

    Llegamos al lugar de la pelea. Bueno, de la paliza que me pegó, mejor dicho.

    —A ver, ¿me explicas por qué ponía eso en tu imagen?

    —¿Pero tú querías hablar conmigo antes de ver esa imagen? —le pregunto. La maniobra de contestar una pregunta incómoda con otra pregunta que venga al caso. No falla. O sí.

    —Ayer escuché que mañana ya te vas de vacaciones. Yo tenía algo que decirte, pero no tenía nada de ganas de hacerlo. Pero ya que te vas... Bueno, que sí, que hoy quería hablar contigo.

El futuro tiene mi letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora