Capítulo 128: 6 de julio de 2023

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Capítulo 128

--¡NO PUEDO MÁS!--

"Me como dos días con la misma y encima lo digo gritando. Hoy lo voy a afrontar con mucho miedo."

    Aunque la predicción es catastrófica, paso una mañana bastante tranquila en la que no pasa nada reseñable. Imagino que los motivos por los que no podré más estarán enmarcados en la tarde.

    Una llamada al interfono de abajo es lo que da el pistoletazo de salida de todo esto.

    —¿Izan? —es Abril—. Perdón que venga sin avisar, pero... ¿Puedo subir? ¿O quieres bajar? ¿Me oyes?

    —Ah, eh... Sí, ahora bajo. Un momento.

    —¡Vale! No te preocupes.

    Me pongo una ropa más o menos decente y bajo. No me he preocupado mucho del aseo. No haber venido por sorpresa.

    No me gusta mi predisposición, pero no la puedo evitar. No sé si me ha molestado más que venga sin avisar o que ella sea la que inicie los problemas de la predicción de hoy.

    Mi posición respecto a Abril es confusa. Siento que no puedo pensar en ello hasta que me desintoxique de todo lo que ha pasado estos dos últimos meses, tanto con ella como con Nora.

    Cuando nos encontramos en el portal, me da un abrazo, pero creo que no lo correspondo demasiado bien, y ella lo nota.

    Me dice que ha sido un impulso lo de venir, y que por eso no ha avisado. Yo no sé si creérmelo. Creo que ella ha pensado que así no la podré ignorar como suelo hacer con todo el mundo por mensaje.

    Al principio es simpática y prudente conmigo, pero no tarda en echarme cosas en cara. Creo que para eso ya tuve bastante con lo de Lydia de ayer. Todavía me duele cuando toco mi estómago.

    —No entiendo por qué nos ignorabas a todos. Hasta bloqueaste a Lydia.

    Yo me mantengo en silencio con la cabeza medio agachada. Ella continúa hablando y me intenta sacar alguna respuesta de maneras algo forzadas.

    —¿Qué te ha pasado para que llegues tan lejos? ¿Por qué no me entero de nada?

    —Caí en las garras de mi ex —digo sin pensármelo dos veces—. Se me avisó, pero no hice caso. Caí. Me acosté con ella. Lo hizo manipulándome y engañándome. Se burló de mí. Yo seguí adelante pese a que sabía que estaba destrozando a mis amigos por el camino. Ese es el tipo de persona que soy.

    Abril me mira en silencio. No está enfadada ni sorprendida. Está triste o decepcionada. Creo que le doy pena. O le da pena algo. No tengo ni idea.

    —No me sorprende —dice por fin—. Desde el día que la vimos en el mercado, y viendo tu reacción... Me imaginé algo así. También vi cómo te miraba desde el balcón el día que te acompañé al portal.

    —¿Ya sabías desde antes que soy un fraude? Genial...

    —No conozco bien tus circunstancias con tu expareja, así que tampoco quiero juzgar... Es solo que me da mucha pena que eso derive en que ya no quede nada de lo que tú y yo estábamos empezando. ¿Por qué ha tenido que ir así?

    —No lo sé. Ya estaba mal de antes de la llegada de Nora, ¿no?

    —Sí... Pero creo que lo hubiésemos podido arreglar. Yo quise poner mucho de mi parte. Pensé que merecía mucho la pena intentarlo.

    —Casi que mejor —digo—. Para estar con alguien como yo hay que estar podrido. Y tú no lo estás. Menuda bala que has esquivado, ¿verdad?

    Abril se detiene en seco. Está triste y cansada. Su cara es muy expresiva.

El futuro tiene mi letraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora