𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

•40•

Cuando entré por primera vez en esta oficina, estaba nerviosa. Pero al menos en ese entonces, no tenía idea de en qué me estaba metiendo. Ahora sé que hay cuerpos en el congelador, sé que los clientes del restaurante están comiendo restos humanos y sé que Chan ya no cree que soy inofensiva. Ahora, Chan está sentado al otro lado del escritorio, con los ojos fijos en mí mientras ella trato de no retorcerme en mi asiento.

Son solo las diez de la mañana.

Chan finalmente aparta los ojos de mí y mira hacia abajo. Alcanza uno de sus cajones y me pongo tena, como si esperara que me dispararan aquí mismo. En cambio, Chan simplemente abre el cajón, saca algo y me lo ofrece.

Una barra de chocolate.

-Escuché que ayuda con los ataques de pánico -dice, inexpresivo.

Estoy tan sorprendida que todo lo que realmente puedo hacer es extender la mano y tomarlo con un pequeño agradecimiento.

Ayuda. La dulzura del chocolate de alguna manera calma mi lengua. Mordisqueo y mantengo la mirada baja.

Es desconcertante estar sobre hielo delgado alrededor de Chan. Es diferente a Hyunjin. Con Hyunjin, mis instintos de supervivencia se extinguen y, en cambio, me complace hacer enojar al rubio lo más rápido que puedo. Con Chan, por alguna razón, quiero vivir y camino de puntillas a su alrededor, aterrorizada de que Chan realmente me mate uno de estos días.

La diferencia entre los dos es totalmente confusa.

Chan comienza a trabajar y realmente no tengo nada que hacer. Estoy sentada en una de las sillas, mordisqueando lentamente una barra de chocolate y Chan no está dispuesto a perderme de vista. Incluso para ir al baño.

Así que solo me siento. Escucho el sonido de Chan escribiendo y avanzo muy lentamente a través de la barra de chocolate hasta que desaparece.

El silencio es asfixiante.

Después de una hora más de esto, la puerta finalmente toca y miro hacia arriba. Espero ver a Changbin o Jisung, pero cuando se abre la puerta y aparece una chica, mis cejas se disparan hasta la línea del cabello.  Chan se congela, sus ojos se oscurecen cuando ve a su perra prometida entrar y cerrar la puerta detrás de ella.

WongYoung me mira y es solo momentáneo, pero es suficiente para que me encoja en mi asiento. La niña tiene una asombrosa habilidad para mirar a alguien como si fuera menos que nada.

-Haz que se vaya.

-ella se queda -responde Chan- ¿Qué deseas?

WongYoung resopla pero no se aleja de la puerta. En cambio, se cruza de brazos y la miro. Ropa de Chanel, estoy bastante segura de que el brazalete que brilla en su muñeca izquierda tiene un precio por el que lloraría. Huele a fresas y ni un pelo está fuera de lugar.

-Claramente te has tomado mi amenaza en serio -continúa, sonando terriblemente orgullosa de sí misma- Envié a algunos hombres al apartamento de tu amigo. Pero él no estaba allí, estaba contigo.

-Lastimas a Felix, y no me importara quién es tu padre -advierte Chan sombríamente- Haré que te evisceren.

Me contraigo. Solo puedo imaginar lo que Chan le haría.

-No puedes alejarlo de mí para siempre -le dice WongYoung- Y tampoco puedes retrasar este compromiso para siempre. Si mi padre comienza a cuestionar tus motivos, tu padre perderá su apoyo.

El ojo izquierdo de Chan tiembla y tengo que tomarme un momento para darme cuenta de que esto es bastante raro. He visto a Chan enojado, seguro.  Pero Chan siempre hace algo al respecto. Esta vez, no puede. WongYoung es quien lleva las riendas y es algo interesante de ver.

No es que a mi me fuera mucho mejor en mi posición. Si estuviera comprometida con alguien tan aterradora como esa chica, moriría antes de llegar a la iglesia.

-La semana que viene -dice finalmente Chan con los dientes apretados- Trae a tu familia, yo traeré a la mía.

La nariz de WongYoung se arruga ante la idea. 

-No traeré a mi padre a este lugar

Me pregunto si tiene idea de qué está hecho el menú. No me sorprendería si ella lo supiera y simplemente no le importara. Una cosa que he aprendido desde que llegué aquí es que la gente rica está muy jodida.

-Toma -continúa Chan como si no la hubiera interrumpido- Anunciaré una fecha.

Mis ojos se agrandan y miro sorprendida. Hay una pequeña sonrisa en el rostro de WongYoung y la mirada de Chan está fija en ella. Es serio.

-WongYoung -dice Chan- Si hago esto, financiaré tu estilo de vida. Vivirás como quieras, donde quieras, joderás a quien quieras, no me importa. Te pagaré por ello.

-Y a cambio, supongo que no quieres que mate a tu pequeño novio.

-A cambio, me dejarás a mí y a los míos en paz -le dice Chan- Vendrás a mí solo cuando te lo pida. Tu vida me pertenecerá a mí, no a tu padre. ¿Lo entiendes?

WongYoung no parece desconcertada por las amenazas y ladea la cabeza. 

—Y vivo como quiero

-mientras no estés cerca de mí.

-Trato.

Después de que ella se va, el estado de ánimo de Chan se agria inmediatamente. Afortunadamente, me deja sola y, en cambio, pasa la mayor parte de la mañana y la tarde escribiendo furiosamente en su computadora portátil.

Cuando llega el almuerzo, la puerta se abre de nuevo y Félix aparece esta vez con dos platos. Le entrega uno a Chan primero. Luego coloca uno frente a mí y lo miro fijamente. Es carne con verduras, pero dado lo que ahora sé sobre el restaurante, siento que se me revuelve el estómago al pensar de quién es la carne.

-Carne -me asegura Félix con una pequeña sonrisa- En realidad, no nos comemos a los muchachos en el sótano, eso es para los clientes.

Con eso, Félix se va y levanto la vista para ver que Chan ya está comiendo.

Mi estómago se revuelve de nuevo. 

No como nada.