𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

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En la cocina, Seungmin, Felix y yo estamos limpiando. Como no hay más clientes haciendo pedidos, es lo suficientemente seguro como para lavar los platos, limpiar los bancos y empacar las cosas para mañana. A través de la ventana, veo al último de los clientes finalmente salir por la puerta y suspiro cuando la puerta se cierra detrás de ellos. 

Finalmente.

-Hyunjin -llama Seungmin mientras se quita el delantal y lo guarda en su bolso- Sé que estás cerrando esta noche, pero por el amor de Dios, no folles en mi mostrador

Hyunjin, se está apoyado contra el mostrador que estoy limpiando, levanta la vista con una ceja levantada.

-Ni se me ocurriría -miente.

Resoplo y golpeo los codos de Hyunjin contra el mostrador para que pueda limpiarlo adecuadamente.  Hyunjin se esfuerza por acurrucarse en mi espalda. Me rodea con sus brazos y apoya su barbilla en mi hombro, sonriendo más ampliamente cuando ve que tanto Félix como Seungmin se encogen ante la vista.

-Dios, ustedes dos son asquerosos -murmura Seungmin. Gira la cabeza hacia la ventana y levanta ligeramente la voz- ¡Lee Know! ¡Llama a tu camarero, está siendo asqueroso!

-¡Hyunjin, saca tu trasero antes de que te patee! -La voz de Minho responde.

-Nos vemos en un momento -susurra Hyunjin, presionando un beso en mi cuello antes de que finalmente me deje ir y regrese a la sala principal a través de las puertas dobles.

Félix me mira, cauteloso pero reacio a volver a sacar el tema. No si no sé qué tengo de diferente o simplemente no me importa. Félix todavía lo siente, algo todavía no funciona. Guarda el último de los platos y saca su teléfono del bolsillo para revisar sus mensajes.

-¿Alguien ha tenido noticias de Chan hoy? -él pide- Él no ha estado por aquí.

-Eso no es inusual -comenta Seungmin mientras arroja el paño de cocina que estaba usando en la canasta en la esquina de la cocina y se dirige a su bolso- Chan desaparece durante días, lo sabes. Aparecerá cuando quiera.

-No responde a mis mensajes de texto -Félix frunce el ceño- Él siempre me responde

Seungmin se encoge de hombros y es muy inútil, pero Felix y yo podemos ver que no quiere entrar en eso. No quiere involucrarse en ningún drama que esté sucediendo aquí. Él es el primero en salir del restaurante, con un gesto sale por la puerta trasera y Félix se gira para mirarme.

-Yo tampoco he sabido nada de él, lo siento -me encojo de hombros mientras guardo mi paño de cocina- Pero tal vez simplemente esté ocupado. A veces se pone muy ocupado.

Quizás, pero normalmente nunca está demasiado ocupado para no responderle a Félix. Incluso yo lo sé.

Felix niega con la cabeza, pero no hay nada más que hacer aquí y está claro que no iré a casa antes que Hyunjin. Recoge su mochila, se la echa al hombro y, al salir, se detiene para mirarme una vez más. Parpadeo hacia él, quedándome quieta mientras Félix levanta una mano y empuja un mechón de cabello fuera de mi cara.

Algo es diferente.

Con una pequeña sonrisa, Félix sale y cierra la puerta detrás de él.

Sacando las llaves del restaurante de su bolsillo, Minho se las arroja a Hyunjin.  Puede verme todavía esperando a Hyunjin en la cocina. Alguien también podría hacerle compañía a Hyunjin, tal vez no se exceda si yo estoy allí.

-Me voy -anuncia, recogiendo su bolso de detrás del podio. 

-Adiós, Oppa -me despido mientras Minho asiente y sale por la puerta trasera.

Por fin solos, observo a Hyunjin regresar a la cocina. Me recuesto contra el banco y sonrío mientras Hyunjin se dirige hacia mí.

-¿Crees que sobrevivió? -Pregunto, inclinando mi cabeza hacia la puerta cerrada del congelador- No se desangró, ¿verdad?

-Sé cómo cortar una extremidad sin matar -me asegura Hyunjin- Tendrá un poco de frío porque ha estado ahí todo el día pero no morirá. Aún no.

-Bien -digo, mis brazos naturalmente rodean los hombros de Hyunjin cuando el otro me presiona contra el banco- Aún no he terminado con él

Si Hyunjin hubiera sabido que la verdadera Tn sería tan despiadada, la habría despertado hace años.

No puede resistirse. Me da un beso y tararea cuando siente que le devuelvo el beso. Mis labios toman todo lo que dan y si Hyunjin era adicto a mí antes, ahora está obsesionado. Sus manos no pueden sostenerme lo suficientemente cerca y sus labios no pueden robar suficiente aire de mis pulmones, lo quiere todo.

Un beso se convierte en dos, luego tres, luego comenzamos a perder la cuenta mientras las manos deambulan, tiran del cabello, de la ropa, los labios dejan marcas en los cuellos, las mandíbulas, nos mordemos los lóbulos de las orejas y no es solo Hyunjin quien está obsesionado.

Retrocedo primero después de unos buenos veinte minutos, ambos sin aliento mientras vuelvo mi mirada al congelador y acaricio el pecho de Hyunjin.

-Más tarde -prometo, todavía jadeando un poco. Mis ojos brillan cuando me giro hacia Hyunjin y tomo su mano- Vamos a jugar.