𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

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Si uno lo mirara en este momento, definitivamente cuestionaría su cordura. Pero un extraño no reconocería la verdadera naturaleza siniestra de la escena ante ellos.

Golpeando la manta hacia abajo, estoy tranquila mientras coloco una piedra en cada esquina para mantenerlos abajo. Detrás de mí se encuentra una canasta de picnic, apoyada contra el cerezo en flor cerca del cual me siento.

Sería casi idílico si no fuera por la lápida frente a la que estoy sentada, la tumba en la que estoy sentada y el hecho de que no es el mediodía, es la mitad de la noche y el aire está vivo con el sonido de los grillos. 

Tarareando para mí misma, coloco la última piedra para mantener la manta abajo antes de volver a deslizarme y girar hacia mi canasta de picnic.  Comienzo a colocar los recipientes de comida y casi he terminado cuando el chasquido de una ramita llama mi atención hacia Hyunjin que aparece en el camino.

-Llegas tarde -frunzo el ceño.

-Disculpe por dudar de tu texto -se ríe Hyunjin mientras se acerca a la tumba y se sienta en la manta- Quieres tener un picnic en medio de la noche en una tumba. Ese es un nuevo nivel de morbo, Tn.

-Siempre la encontré reconfortante -digo, señalando el nombre en la piedra detrás- Además, me siento culpable por no visitar más pero la única vez que puedo es durante la noche debido a nuestros turnos. Aqui estamos.

Hyunjin levanta una ceja y decide no comentar. Ambos somos conscientes de que Minji no es la única en el suelo debajo de nosotros.

La verdad es que no sé por qué pensé que sería una buena idea. Estaba trabajando en la cocina cuando se me ocurrió la idea y no pude quitármela de encima. Así que le dije a Hyunjin que se reuniera conmigo aqui después del cierre y me fuí a casa para alimentar al perro y empacar algo de comida. Ahora aquí estamos y paso mis dedos por el grabado en la piedra.

Si fuera por mí, habría encontrado alguna manera de mejorar las cosas para ella. Para disculparme por usarla cuando no tenía idea de quién era ella, para mejorar su vida de alguna manera. O incluso dejarla feliz en su propia casa sin su intrusión. Todavía sentía que le debía algo por cómo me había protegido sin saberlo.

-Sabes, probablemente estaba feliz contigo allí -comenta Hyunjin después de sacar la sandía de la canasta. Ella no tenía idea de quién eras, pero estaba feliz de tenerte allí. Ella pensó que eras alguien a quien conocía y le gustaba. La verdad no importa si murió feliz sabiendo que tenía a alguien con ella

Miro casi incrédula. Es algo que no esperaba que saliera de la boca de Hyunjin.

Hyunjin sigue recogiendo las uvas, como si no fuera gran cosa, acaba de decir algo amable y no es hasta que mira hacia arriba y se da cuenta de la mirada en mi rostro.

-...¿qué?

-Eres un poco increíble -comento, un poco asombrada

Hyunjin resopla, continúa recogiendo uvas y se recuesta sobre una mano, su cuerpo delgado completamente relajado a pesar de la ubicación.  Probablemente sea una de las pocas personas que no parpadearía, que no se sentiría mal por hacer un picnic en una tumba. Sé que al menos Félix tendría algunas reservas.

Un cómodo silencio cae por un rato. El tipo de silencio que no necesita ser llenado, ni siquiera en el inquietante silencio de un cementerio. Guardo la comida una vez que terminamos y gateo sobre las mantas para sentarme en el regazo de Hyunjin. Apoyo la cabeza en su hombro y cierro los ojos.

-¿Hyunjin?

-¿Mmm?

-¿Por qué parece que algo malo está a punto de suceder?