𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

•15•

El olor es diez veces más fuerte, toso y me libero del agarre de Minho para cubrir mi nariz.

—Ooh, una virgen -señala Jisung al ver mi reacción. Toma el porro de los labios de Hyunjin y da una calada- No te preocupes, te irrumpiremos.

—No la obligues -regaña Minho mientras agarra el porro y da una bocanada él mismo.

Drogas ahora. Miro fijamente y no debería sorprenderme. Como, en este momento, realmente no debería estar sorprendida. De todas las cosas que he visto hasta ahora de esta jodida unidad (amenazas de muerte, orgías incluidas), esta es la cosa menos sorprendente y, una vez más, estoy lo suficientemente sorprendida como para que Hyunjin sonría al ver la expresión de mi rostro.

—No seas un trapo mojado, Tn -bromea mientras toma el porro y lo sostiene- Intentalo.

—No gracias.

—No tienes que hacerlo, si no quieres -me recuerda Minho suavemente- No todos aquí fuman. Chan, por ejemplo, nunca fumará.

—Eso es porque Chan es una máquina -comenta secamente Jisung mientras le arrebata el porro a Hyunjin.

Me retuerzo. La mirada en el rostro de Hyunjin me pone nerviosa. Hay una mirada oscura en sus ojos y sus labios, que distraen como son, se curvan un poco hacia la izquierda. Como si supiera algo que yo no sé.

—Intentalo.

No es una oferta esta vez. Es un comando Hyunjin no me ha llamado cachorra pero está en sus ojos, no debo negarlo.

Minho frunce el ceño a Hyunjin pero el rubio no le presta atención. Todo el enfoque de Hyunjin está fijo en mí mientras, lento y suavemente, arranco el porro y lo sostengo torpemente entre mis dedos.

—Apuesto a que nunca antes has sostenido un cigarrillo -señala Jisung y no hay nada malicioso o burlón en su tono. Mera observación. Una correcta también, mi padre me habría destripado por fumar cigarrillo, y mucho más por un maldito porro.

Hyunjin está a mi lado. Toma mi mano y reorganiza mis dedos para sostener la articulación correctamente. El toque de Hyunjin es cálido y tal vez sea porque estoy un poco borracha ahora, pero no me siento tan asustada por Hyunjin como antes.

—Así -me instruye Hyunjin, sujetando suavemente mis dedos alrededor de la articulación- Y cuando fumes, inhala y aguanta la respiración para que la hierba se vaya aquí. -Su dedo pincha suavemente el centro de mi pecho, entre mis pulmones- Manténlo así durante unos segundos, luego suéltalo.

Es extrañamente gentil en sus instrucciones y lo sigo con facilidad. Inhalo pero la primera inhalación es sorprendente. No estoy acostumbrada al humo caliente que fluye hacia mis pulmones, la abrumadora mofeta de la marihuana y termino balbuceando y tosiendo de inmediato.

Minho y Jisung se están riendo, pero Hyunjin solo sonríe.

—Inténtalo de nuevo.

Entonces lo hago y es más fácil cuando tengo una idea de qué esperar. Sigo las instrucciones de Hyunjin al pie de la letra, dejo que el humo se filtre en mi cuerpo y lo sostengo en el punto central de mi pecho. Hierve a fuego lento suavemente, quemando mis pulmones e inhibiciones antes de que lo expulse todo de una sola vez.

El golpe es casi inmediato. Una nube de pelusa llena mi cerebro y me recuesto en el brazo de espera de Hyunjin. No es un subidón completo, pero lo suficiente como para que ahora sea consciente de lo que sucederá si sigo fumando. Se siente bien, los últimos restos de mi ansiedad se desvanecen y estoy completamente relajada.

Extraño, ya que estoy en una habitación de asesinos potenciales, pero en este momento, simplemente no puede importarme.

La noche se pone muy borrosa después de eso. Me gusta la forma en que la droga me hace sentir, me ofrece un buen respiro de la ansiedad constante y luego aprendo a fumar. He oído hablar de personas que pierden fragmentos de su memoria cuando beben, pero nunca me sucede a mí. Recuerdo haber perdido suficiente inhibición para bailar con Chan, recuerdo que la música se hizo más fuerte y recuerdo reírme alegremente mientras saltaba arriba y abajo. Abandonando por completo la idea de la vergüenza y la timidez a favor de bailar con todos.

En algún momento, Hyunjin se sento a mi lado y se inclino. Al principio, me estremecí, pero luego las manos de Hyunjin se levantan para sostener mi rostro.

—Quédate quieta

Tal vez la orden sería más aterradora si no estuviera tan drogada y borracha.

Hyunjin inhala el porro entre sus dedos antes de dejarlo. Mantiene el humo en sus pulmones antes de inclinarse para tomar mi rostro. Entre nuestras bocas, ahueca un túnel con sus manos y respira directamente en mi boca abierta.

El humo sale de Hyunjin y fluye directo a mis pulmones. Entonces Hyunjin se recuesta y yo exhalo de felicidad.

—Eso fue... íntimo

Hyunjin levanta una ceja ante mi elección de palabras y toma el porro de nuevo. 

—Se llama retroceso.

—Hazlo otra vez.

—¿Qué, no estás lo suficientemente drogada?

Me río de nuevo, el sonido es mucho más placentero ahora que estoy demasiado drogada para tenerle miedo.

Él me sigue la corriente. Esta vez, Hyunjin mantiene el porro en la boca mientras ahueca un túnel entre nosotros. Inhala y exhala y, mientras lo hace, yo absorbo todo. Estoy demasiado desprevenida para no hacerlo. El subidón golpea igual que si hubiera estado fumando directamente, pero hay algo increíblemente íntimo en inhalar directamente de Hyunjin.

Cuando me retiro estoy drogada, borracha y tengo mariposas en el estómago.

—Buena cachorra.

Ayer, eso me había asustado. En este momento, sin embargo, solo puedo sonreír. Sonrisa gomosa y bobalicona que hace que mis ojos se entrecierren y brillen. Hyunjin hace una pausa por un momento, mirándome con curiosidad, como si acabara de notar algo sobre mí que no había notado antes.

Ahí es cuando aparece Changbin, se inclina y le susurra algo al oído a Hyunjin. Observo cómo los ojos de Hyunjin pasan de un suave caramelo a fríos, duros y oscuros.

Se levanta sin decir palabra y sigue a Changbin. Casi los sigo, pero una mano en mi hombro me impide irme.

—Quédate y baila conmigo, Tn -suplica Seungmin borracho mientras me arrastra lejos de Chan, Changbin y Hyunjin y más hacia el centro de la habitación donde están los demás.

Miro por encima del hombro. Los sirvientes ni siquiera levantan la vista cuando los tres salen de la habitación, la puerta se cierra firmemente detrás de ellos y quiero seguirlos. Quiero saber qué está pasando, pero los demás me están atrayendo. Me abrazo con Félix y un Jisung borracho está tratando de hacerme bailar.

Luego, Minho me da otro porro y, de mala gana, dejo de lado mi curiosidad.  No puedo escapar ahora y estoy demasiado drogada para concentrarme.