𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

•11•

Me pusieron a trabajar después de eso y no tuve la oportunidad de mirar dentro del comedor principal hasta mucho después de que terminó la fiesta y todos terminaron de limpiar. El agotamiento finalmente me golpea. Me duelen las piernas, me duele el corte en la mano e incluso me duele la cabeza incluso cuando el restaurante finalmente se calma y permite que el personal respire un suspiro colectivo de alivio.

—Joder, odio esas reuniones -se queja Félix mientras guardan los últimos platos- Uno pensaría que una habitación llena de ejecutivos cachondos no desearía tanta comida, pero realmente lo hacen.

Miré sorprendida.

—¿Ejecutivos cachondos?

Entonces Felix solo sonríe y una gran parte de mí no quiere saber. La policía encubierta en ciernes, sin embargo, tenía que saber y cuando salí al comedor principal, me congelé justo en la puerta.

Cuando God's Menu cierra después de un día completo de servir comida a los clientes, las mesas desordenadas son un hecho. Platos vacíos con restos de salsa, algunos dejados justo donde se sentó el cliente, otros apilados al azar en un intento de ayudar al mesero a retirarlos. A menudo había vasos vacíos o medio vacíos sentados, tal vez algunas sillas empujadas hacia afuera pero nunca empujadas hacia adentro.

Desorden normal para un restaurante.

Lo que saluda mis ojos no es eso, sino las consecuencias de lo que solo puede describirse como una orgía. El claro que pensé que era para bailar está lleno de condones, misteriosos pegotes translúcidos de líquido y comida por todas partes. Algunos mancharon el piso, quedaron platos por todas partes y de repente me di cuenta de que Felix y Seungmin habían estado a cargo de cocinar. Yo había estado a cargo de los ingredientes. Nadie había estado a cargo de los platos hasta que cerró y esta era la razón.

El olor llega poco después y sabía a qué huele el semen. Pero después de tal desastre, me encontré mirando los restos con los ojos muy abiertos. Lo que sea que había imaginado que sucedía en esta habitación ruidosa, no era esto.

—Tn -reprende Felix mientras sale, toma mi mano y me arrastra de vuelta a la cocina- ¿Tienes permiso legal para ver eso?

—¡¿Eso fue una orgía?! -pregunté sin pensar. No tenia filtro, estaba demasiado conmocionada

Félix no parece afectado en absoluto.  En todo caso, parece acostumbrado. 

—Sí -se encoge de hombros.

—¿Organizamos una orgía?

—Técnicamente, BangChan lo organizó -me corrige Felix sin un desliz- Acabamos de hacer la comida.

Pensé en aquellos que realmente trabajan en el piso principal, los que deben haber visto esto y palidecí. 

—¿Minho? ¿Jisung? ¿HyunJin?

—Eww, no participan, si eso es lo que estás pensando -se ríe Félix- Simplemente sirven. Comida, lubricante, condones, lo que necesiten.

Estaba bastante segura de que esta fiesta al menos violó unos cientos de leyes y lo que me sorprende es lo descarado que había sido. No hay secreto al respecto, nadie me advirtió a que no hablara de lo que sucedió esta noche. Simplemente sucedió y nadie está sorprendido.

Félix me frota el hombro. 

—Tn, cálmate. Tus orejas se están poniendo rojas. Además, tu turno ha terminado, puedes irte a casa ahora.

Miré la puerta que conducía a la sala principal con impotencia. 

—Pero ese lío…

—No es tu trabajo limpiar, especialmente después de cortarte la mano -me asegura Félix y comienza a empujarme hacia la puerta- Anda, ve a casa y descansa. Has trabajado duro hoy.

Quería protestar. Queria al menos ayudar y tratar de comprender lo que sucedió esta noche, pero Félix insiste tanto que finalmente me rindo y accedo a irme a casa. Ir a casa, sanar mi mano, descansar, y dirigir lo que he aprendido esta semana.

Solo ha pasado una maldita semana, pero se siente como un año.

Caminé a casa y la caminata en el aire fresco de la noche me da tiempo para pensar. Ha pasado una semana y hasta ahora me he enterado de que God's Menu es un restaurante que funciona solo y parece normal. En su mayor parte lo es, con la excepción de la fiesta organizada esta noche.

Me di cuenta de que BangChan se parece mucho al jefe que entra y sale cuando le place, Changbin es como su asistente personal en ese sentido. Felix y Seungmin están a cargo de la cocina, Minho dirige la clientela, lo que deja la tarea de servir las mesas a Jisung y HyunJin.

Si alguien mirara en este restaurante, sin saber sobre las fiestas de orgías, vería un restaurante normal. Ni siquiera vale la pena un segundo toque, pero trabajar en su interior revela un lado completamente diferente. Una para la que no estaba preparada porque ninguno de los informes anteriores del último oficial encubierto lo mencionó.

De acuerdo, esos informes eran antiguos y se recopilaron incluso antes de que entrara en la clandestinidad, pero era todo lo que tenía para continuar. Ahora, estaba descubriendo, lo que ese oficial anterior había descubierto puede ser solo raspando la superficie.

Pero si esta semana me ha demostrado algo, es esto; mi encubierto está trabajando. Ningún miembro de ese restaurante me considera sospechosa de ninguna manera. Si la forma en que los demás me hablan es algo por lo que pasar, yo era inofensiva para ellos. Tan inofensiva que incluso no vieron nada malo en organizar una orgía en mi presencia.

Eso al menos es reconfortante. Por ahora, estaba a salvo. Mi trasfondo de mierda funcionó y estaba a salvo para desenterrar lo que pudiera, descubrir qué estaba pasando con esas desapariciones, encontrar pruebas y enterrar a los responsables.

Si sobrevivia a esto, tal vez podría sobrevivir diciéndole a mi padre que lo último que queria hacer con mi vida era convertirme en una oficial de policía como él.

La casa estaba en silencio cuando entré. No era raro que Minji durmiera mucho antes de que termine mi turno de noche. Me abro paso por la casa lo más silenciosamente que puedo para no despertarla, subo las escaleras hasta el segundo piso y bajo lentamente por el pasillo. Solo me detengo de vez en cuando cuando mi pie golpea un escalón chirriante, pero en su mayor parte, la casa está en silencio y me siento bastante segura de que no la he despertado.

Llegó a mi habitación, abro la puerta tan silenciosamente como puedo y cuando entro, la cierro con el más silencioso de los clics.

Luego enciendo la luz y me congelo al ver a HyunJin sentado al final de mi cama. El todavía está vestido con su uniforme, una pierna elegantemente cruzada sobre la otra mientras se inclina hacia atrás sobre una mano.  Está sosteniendo un trozo de cartón y siento que se me congela la sangre, se me cae el estómago y el corazón se me para cuando reconozco el sello y mi nombre salpicado en blanco y negro. 

Mi partida de nacimiento.

—Tn -lee HyunJin, la voz goteando con facilidad amenazadora mientras lee el certificado- Hija del jefe de policía, NP.

Siento que mi respiración se detiene, mi espalda golpea la puerta y mis rodillas amenazan con ceder.  Especialmente cuando los ojos de HyunJin me miran y siento que cada ápice de mi cuerpo se congela como un ciervo ante los faros.

Ahí está. Esa mueca que me hubiera asustado hasta la mierda si hubiera estado dirigida a mí el otro día. Ahora lo esta y puedo jurar que veo cuernos y una cola crecer de HyunJin mientras el se pone de pie lentamente y arroja el certificado a mis pies.

—Bueno -dice- No serás el primer cerdo que mate.