𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

•71•

El dedo de Hyunjin traza la luz de una pluma por mi puente de la nariz.  Descansa suavemente sobre mis labios y gotea hasta mi barbilla. Murmuro somnolienta, sé quién me está tocando y es solo ese pensamiento lo que me impide darme la vuelta.

Hay algo que ronronea de satisfacción por estar tan cerca de Hyunjin otra vez. Sintiendo el calor de su cuerpo justo a mi lado, un brazo debajo de mí, descansando sobre mi pecho mientras su dedo se desliza por mi garganta hasta mi clavícula. Estos mismos dedos han matado gente y, de hecho, Hyunjin todavía tiene manchas de sangre de la noche anterior secándose en sus brazos, rostro, cuello y pecho. Pero estos dedos son tan ligeros, casi amorosos, mientras su palma descansa suavemente sobre mi pecho y siente el latido constante de mi corazón.

-Abre los ojos, Tn.

Obedezco como si fuera una segunda naturaleza. Mi mirada todavía es borrosa por un segundo antes de que se aclare la vista del hermoso rostro de Hyunjin ligeramente inclinado sobre mí. No puedo leer la mirada en el rostro de Hyunjin pero, por lo general, nunca puedo.

Nunca he conocido a nadie con un control tan fuerte sobre sus músculos faciales, pero Hyunjin tiene mucho control sobre todo lo que hace su cuerpo.

Solo que, recuerdo, no lo es. No había absolutamente nada controlado y tranquilo en la larga lista de textos cada vez más violentos en mi barra de notificaciones. Mientras estuve en Seúl, Hyunjin se había vuelto loco aquí y estaría mintiendo si dijera que saber cuán desesperado había estado el otro no me hacía sentir un poco poderosa.

Solo un poco.

Voy a mover mi mano para tocar la cara de Hyunjin, pero algo se detiene rápidamente alrededor de mi muñeca.  Confundida, miro hacia arriba para ver un trozo de tela blanca atada alrededor de mi muñeca, tan apretada que no puedo zafarme. Sigo la tela hasta la cabecera y cuando muevo la otra mano, miro hacia arriba para ver que también estoy atada.

A medida que la conciencia cae sobre mí, soy vagamente consciente del hecho de que ambos pies están atados. Cada tobillo atado al final de la cama. Mi mente todavía está somnolienta mientras parpadeo hacia la cara de Hyunjin.

-¿Hyunjin...?

-¿Sí, querida? -Hyunjin ronronea, su mano recorriendo mi rostro.

Asiento hacia mis muñecas atadas y levanto una ceja. 

-¿Nuevo fetiche?

-Viejo fetiche en realidad -dice Hyunjin- Pero esto no tiene nada que ver con fetiches, bebé

-¿No? -pregunto, mi voz deliberadamente dulce como el azúcar mientras trato de jalar la tela que sostiene mi muñeca derecha- ¿Entonces que es eso?

La mano de Hyunjin está caliente en el lado izquierdo de mi rostro. Me inclina y me besa. Un beso largo y profundo que me deja sin aliento. Luego retrocede, se sube a mí y salta de la cama con un salto inusualmente alto en su paso.

Tiro de la tela de nuevo, pero ninguno se mueve. Las campanas de alarma comienzan a sonar cuando me doy cuenta de que Hyunjin ahora va al baño.

-¿Hyunjin? -llamo, el otro no responde.

Oigo correr la ducha. Mi mente ahora está completamente despierta mientras tiro y tiro hasta que mis muñecas se ponen rojas pero ninguno de los nudos se mueve en mis brazos o piernas. Me retuerzo en la cama tanto como puedo, pero nada cede y cuando la colonia de Hyunjin entra en la habitación, levanto la vista a tiempo para ver que el vuelve a entrar.

Hyunjin parece tranquilo, incluso tarareando para sí mismo mientras se frota el cabello con la toalla de camino a su tocador. No me dedica ni una mirada mientras toma su uniforme y comienza a vestirse.