𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

•16•

HyunJin:

—¿Cómo está Tn?

Miro hacia arriba cuando entro en la habitación. Chan hizo la pregunta y, aunque le habían dicho que no fumara ni bebiera demasiado, lo hizo. Chan se inclina y cuando nota la mirada en mis ojos, resopla.

—Te dije que te necesito directamente.

—Y estaba drogando a la bebé -levanté las manos y asentí hacia la figura encapuchada atada a la silla en el centro de la habitación- ¿Quién es éste?

—Entrega especial, solo para ti -sonríe Changbin y no está tan borracho o drogado como inicialmente dejó entrever- Él, al menos, cumplió su promesa de permanecer enfocado.

Esta habitación es una de las más pequeñas de la mansión. Es inaccesible desde el pasillo y hay que atravesar tres puertas ocultas y dos largos pasillos para llegar a él. Chan no es más que cuidadoso y meticuloso. No es tan grande como el resto de la mansión.  Húmedo y oscuro sería la mejor manera de describirlo, como una sala de tortura medieval completa con la luz oscilante en el techo.

No hay muebles excepto la silla justo debajo de la luz, a la que está atado un hombre. Sus manos atadas, la cabeza cubierta con un saco de arpillera.

Doy un paso más cerca y el hombre gime, como si sintiera mi presencia.

—¿Pensaste que ibas a enviarlos a todos directamente al restaurante? -pregunto mientras empujo el pie del hombre. Él gime y no puedo evitar sonreír. Me encanta el sonido de alguien indefenso. Espontáneamente, imagino ese mismo sonido proveniente de Tn y tengo que pensar inmediatamente en otra cosa.

Una Tn lloriqueando y atada es un pensamiento extremadamente molesto. Más de lo que inicialmente me di cuenta.

—Este llegó temprano -dice Changbin- Considéralo un regalo

Pongo una expresión demasiado falsa y conmovida. Presiono mis manos contra su pecho en una demostración de falsa emoción y suspiro. 

—No deberías haberlo hecho

Chan me hace un gesto y no espero un momento más antes de agarrar el saco y arrancarlo tan rápido que el hombre gime.

Grandes ojos asustados se encuentran conmigo y sonrío.

—Hola.

~•~

Son las primeras horas de la mañana, el sol ya ha salido y encuentro a los chicos esparcidos en el salón de baile.  Los sirvientes habían traído algunas mantas, futones y sofás y los niños se habían arreglado con naturalidad.  Minho y Jisung se acurrucaron en el sofá. Félix comparte un futón con Seungmin y Tn tiene el suyo propio.

La luz de la mañana se filtra a través de las ventanas arqueadas, calentando la cama y a Tn mientras los pájaros afuera cantan su melodía matutina.

Tn:

Estaba en el reino entre el sueño y la vigilia cuando siento que alguien se sube a la cama conmigo y se acurruca en mi espalda. Estoy demasiado cansada, demasiado borracha y demasiado drogada para molestarme en darme la vuelta, así que cuando un brazo me envuelve por la cintura, simplemente dejo escapar un pequeño murmullo soñoliento.

—Cachorra

HyunJin. 

Debería estar asustada. No lo estoy. Solo murmuro de nuevo y siento al otro sonreír donde su cara está pegada a mi cuello.

Luego la piel, algo está siendo presionado contra mis labios y abro un ojo para ver algo rojo salpicado en la muñeca de Hyunjin. ¿Eso es sangre?  No es la sangre de Hyunjin, no está sangrando por ninguna parte, pero eso es sangre... ¿no?

—Lámelo, cachorra.

Me quejo. Hyunjin huele a humo y a una especie de colonia almizclada que olería divino si no se superpusiera con el humo y un extraño aroma metálico.

—Cachorra

Tono de advertencia.

El otro brazo de Hyunjin se aprieta un poco alrededor de mi cintura y cierro los ojos.

—Lamelo.

Así que lo hago. Mi lengua se desliza y el sabor de la sangre es metálico cuando se desliza sobre mis papilas gustativas y la obligo a bajar por la garganta. Es solo un poco, pero me hace estremecerme. Pero luego siento los labios de Hyunjin en mi cuello, besando, mordisqueando y olvido el sabor. Hyunjin está acurrucado contra mi espalda y cuando me retuerzo hacia atrás, mi trasero roza suavemente la parte delantera de Hyunjin, lo que hace que el otro emita un sonido extraño y estrangulado que me gusta.

Lo vuelvo a hacer y cuando Hyunjin casi gime, su mano se mueve de mi cintura a mis caderas, donde me sujeta para evitar que me mueva de nuevo.

—Perrita mala -susurra. Suena un poco áspero ahora y tal vez pretendía sonar más intimidante, pero no lo es, en cambio, su voz me está haciendo cosas raras.

Ya no puedo frotarme contra él, así que me acomodo. Hyunjin besa mi cuello nuevamente y una ola de calma me inunda cuando la mano libre de Hyunjin se acerca para acariciar mi cabello hacia atrás.

—Duerme

Debería estar asustada. Debería estar aterrorizada. Debería preguntar de quién es la sangre que acabo de lamer, debería preguntar por qué Hyunjin está cubierto de sangre, pero no lo hago. En cambio, mantengo los ojos cerrados, me ahogo en la sensación de la mano de Hyunjin acariciando mi cabello y lo último que escucho antes de que el sueño me lleve es el sonido de la suave risa de Hyunjin justo en mi oído.