𝐆𝐨𝐝'𝐬 𝐌𝐞𝐧𝐮

•58•

Pasa una semana y no lo menciono.  Principalmente porque no quiero estar en una situación incómoda, pero también porque sé muy bien que Hyunjin no me lo contaría. HyunJin y yo nunca habiamos dicho en voz alta que eramos algo exclusivo, solo estaba algo implícito, pero ¿y si no lo era? ¿Qué pasa si simplemente asumí que eramos algo más?

Después de todo, nuestra relación está jodida. Hyunjin había comenzado chantajeándome, luego amenazando mi vida, salvando mi vida, una dinámica extraña y retorcida en la que nos encantaba enojarnos, excitarnos y amenazar la vida de los demás. Aquí no hay una relación sana. Mucho menos una que incluso amerite el uso de la palabra 'novios'.

Pero entonces, ¿qué somos? ¿Por qué estoy viviendo en el lugar de Hyunjin? ¿Por qué Hyunjin sigue salvándome y por qué es él lo único que se interpone entre yo y la muerte a manos de Chan o de otra persona?

Preguntas a las que temo las respuestas.

El martes, Seungmin está en servicio de cierre. Cuando termino mi turno, Felix se despide con la mano. Hyunjin entra desde la sala principal y camina hacia mí.

-¿Lista?

-Déjame ir al baño primero -digo mientras cierro el grifo y me seco las manos con un paño de cocina- He estado aguantando todo el día.

Hyunjin se despide con una sonrisa ligeramente divertida y desaparezco en el baño. Me apresuro y cuando finalmente hago mis necesidades, mi mente comienza a divagar. ¿Qué había querido decir Chan? El expediente médico sigue ardiendo en mi bolso, no lo he sacado desde entonces. Casi tengo demasiado miedo de mirar a través de él, pero hay una voz persistente en la parte posterior de mi cabeza que me dice que no quiero recordar la verdad de todo.

Con un gemido, me lavo las manos y vuelvo a salir. Justo cuando salgo del baño, me detengo ante el sonido de voces en la cocina.

-No estamos hablando de esto, Hyunjin -dice Seungmin, su voz aguda e inusualmente enojada.

-Qué lástima, fuiste tú quien lo mencionó -dice bruscamente Hyunjin.

-¡Todo lo que hice fue preguntar qué diablos pasó!

-¡Y sabes muy bien lo que pasó! ¡Sabías lo que estaba haciendo!

-¡Me dijiste que no llamara a la policía!

Frunzo el ceño. Todo este tiempo solo he visto a Hyunjin y Seungmin decirse una o dos palabras. Me presiono contra la pared y avanzo lentamente hacia la puerta donde sus voces se vuelven más fuertes y claras. Cuando me asomo, puedo ver a Seungmin apoyado en el banco a un lado de la habitación mientras Hyunjin lo mira desde el otro lado.

Seungmin mira a Hyunjin. 

-No puedes culparme por lo que tu padre te hizo.

-Te culpo por dejarme -se burla Hyunjin- Te culpo por siquiera hablarme cuando me encontraste en ese parque. Deberías haberme dejado en paz.

-Si hubiera sabido en qué tipo de tren descarrilado ibas a convertirte, ¡sí, te habría dejado en paz! -Seungmin grita- Joder, HyunJin. ¡Sigue por el camino que vas y todos te dejarán en paz!  ¿Crees que vas a salir de esto después de toda la mierda que haces por Chan?

-Cállate, Seungmin -advierte Hyunjin, su voz baja y peligrosa, pero Seungmin ya se está riendo. No hay alegría en su risa, solo amargura.

-Si quieres que te dejen en paz, entonces estás a punto de conseguir tu deseo. Te dejaré en paz, no volveré a hablar contigo si quieres. Pero es solo cuestión de tiempo hasta que Tn vea de primera mano lo que puedes hacer…

-¡Cierra la puta boca! -Hyunjin grita y salto. La voz de Hyunjin se quebró.  Nunca lo he escuchado hacer eso antes.

-Cuando Tn descubra lo que haces por Chan, también te dejará. Como todo el mundo y ¿sabes por qué? Porque eres un jodido psicópata, Hyunjin. Tuviste una oportunidad cuando éramos niños, pero ya no, ya no puedo verla.