"Sueño raro"

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Daisy estaba sola en casa, ya que sus amigos estaban ocupados. Decidió aprovechar el momento para relajarse y practicar con su guitarra eléctrica. Mientras tocaba, se teletransportaba de un lado a otro de la habitación, disfrutando de la sensación de libertad que eso le brindaba. Las notas vibrantes llenaban el ambiente, y por un rato, todo parecía estar en calma.

Después de un tiempo, se sintió cansada y decidió hacer una pausa. Se acomodó en el sofá y encendió la televisión, buscando alguna de sus caricaturas favoritas. Pronto, se encontró riendo a carcajadas con las ocurrencias de los personajes, dejando de lado cualquier preocupación.

Sin embargo, su atención poco a poco se desvió hacia su celular. Lo tomó y comenzó a revisar sus redes sociales, viendo fotos de sus amigos y recordando los buenos momentos que habían compartido. Mientras recorría esos recuerdos, su mente empezó a vagar. Pensó en el día en que conoció a cada uno de ellos, reviviendo las aventuras que vivieron juntos.

A medida que los recuerdos la inundaban, Daisy comenzó a experimentar emociones más intensas. Un pensamiento persistente sobre alguien muy especial apareció en su mente, alguien por quien sentía una atracción profunda. Aunque intentaba evitar esos pensamientos, las hormonas adolescentes y la confusión de sus sentimientos hacían que fuera difícil resistirse.

Decidió dejar su celular a un lado y cerrar los ojos, tratando de relajarse y apartar esas ideas. Se concentró en su respiración, buscando un poco de paz. Sin embargo, su mente seguía trayendo imágenes contradictorias y deseos que la inquietaban. Finalmente, el cansancio la venció, y se quedó dormida.

En medio del sueño, un recuerdo de su vida pasada resurgió, sacudiéndola de manera inesperada. De repente, con un sobresalto, Daisy rodó y cayó del sofá al suelo.

Daisy: PTM... ;-; Bueno, al menos ahora tengo hambre.

Se levantó adolorida, pero rápidamente se sacudió y caminó hacia la cocina en busca de algo para comer. Mientras lo hacía, reflexionaba sobre lo extraño de su sueño y cómo su mente había divagado hacia pensamientos perturbadores. Llegó al refrigerador y encontró una rebanada de pastel de chocolate del día anterior. Le dio un mordisco, esperando disfrutarlo, pero mientras lo comía, los pensamientos incómodos regresaban y el sabor empezó a disgustarle.

Daisy: ¡Qué desperdicio! No puedo creer que haya dejado que esos pensamientos arruinen el pastel… Esto es ridículo.

Decepcionada, dejó de comer y decidió distraerse nuevamente con su guitarra. Sin embargo, cuando se dirigía hacia su habitación, su teléfono sonó. Al mirar la pantalla, vio que era su mamá llamando.

Daisy: Hola, mamá. ¿Qué tal?

Mamá de Daisy: Hola, cariño. Solo llamaba para ver cómo estabas. ¿Todo bien en casa?

Daisy: Sí, mamá, todo tranquilo. Solo estaba practicando guitarra y descansando un poco. ¿Y tú, cómo estás?

Mamá de Daisy: Todo bien por aquí, solo quería recordarte que mantengas las puertas cerradas y no abras si alguien toca. ¿De acuerdo?

Daisy: Sí, mamá, no te preocupes. Estoy bien.

Colgaron después de la breve conversación, y Daisy, sintiendo que necesitaba quemar energía, decidió entrenar sus poderes en el bosque cercano. Después de un rato de intenso entrenamiento, logró despejar su mente y sentirse más en control de sí misma. Satisfecha, regresó a casa antes de que su familia volviera.

Al llegar, la casa seguía vacía, así que aprovechó para darse una ducha caliente y relajarse. El agua parecía lavar no solo el sudor del entrenamiento, sino también las tensiones acumuladas. Al terminar, se puso ropa cómoda y se dirigió a su habitación para descansar.

Daisy: Espero que mañana sea un día más tranquilo… sin tantas distracciones.

Se dejó caer en la cama, agotada pero en paz, y finalmente se quedó profundamente dormida, esperando que sus sueños fueran más amables esta vez.

Capitulo 44

~Daisy~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora