Daisy comenzó a tener pesadillas sin previo aviso. Se sentía confundida y asustada, sin entender qué estaba ocurriendo. Decidió confiar en sus amigos Zara e Iván y contarles sobre los sueños extraños que la atormentaban.
Daisy: Chicos, necesito hablar con ustedes. Algo extraño está pasando y no sé cómo manejarlo.
Zara: ¿Qué ocurre, Daisy? Sabes que estamos aquí para ayudarte.
Iván: Sí, cuéntanos qué te está molestando.
Daisy: Desde hace un tiempo, estoy teniendo pesadillas terribles. Lo peor es que al despertar, no puedo recordar lo que sucede en ellas, pero el miedo persiste.
Zara: Eso suena muy aterrador. ¿Has considerado buscar ayuda profesional?
Daisy: No, aún no. Quería compartirlo primero con ustedes, confío en su apoyo.
Iván: Gracias por confiar en nosotros. ¿Has notado algún patrón en los sueños? Algo que te resulte familiar o repetitivo.
Daisy: Todo es tan confuso... A veces veo sombras, siento una presencia inquietante, pero no puedo descifrarlo.
Zara: Tal vez haya algo más detrás de estos sueños. Deberíamos investigarlo juntos.
Iván: De acuerdo, esto no es algo normal. Te ayudaremos a descubrir qué está ocurriendo.
Daisy: Gracias... Me siento aterrada, pero sé que puedo contar con ustedes.
Mientras Zara e Iván comenzaban a investigar lo que le ocurría a Daisy, sus otros amigos se enfocaban en averiguar más sobre las desapariciones y muertes que habían sacudido la ciudad. Pero las pesadillas de Daisy continuaban.
Una noche, todo cambió. Daisy despertó en medio de una oscuridad densa y borrosa. Cuando logró enfocar su vista, vio sus manos, su ropa y el piso... todos cubiertos de sangre reciente. Horrorizada, Daisy entró en pánico. Incapaz de creer lo que veía, se teletransportó de inmediato a su habitación. Corrió al baño, lavó sus manos temblorosas y se duchó rápidamente. Después, recogió la ropa ensangrentada y sus zapatillas, las metió en una bolsa negra, y se teletransportó al bosque. Allí, quemó toda la evidencia, viendo cómo las llamas consumían las pruebas mientras reflexionaba sobre lo ocurrido.
Daisy, en shock: No... no puede ser. ¿Cómo puedo ser yo la responsable?
Al día siguiente, decidió confesar todo a Zara e Iván. Se reunieron en el bosque, y con voz temblorosa, Daisy les contó lo sucedido.
Iván, preocupado: Daisy, esto es serio. Pero necesitamos entender qué está pasando contigo. Debe haber una explicación.
Zara, con calma: No te juzgaremos, Daisy. Queremos ayudarte. Pero necesitamos comprenderlo todo.
Daisy, llorando: No sé qué hacer. Estoy asustada. No quiero lastimar a nadie más.
Iván, decidido: Vamos a encontrar una solución juntos. No estás sola en esto.
Daisy: Gracias... de verdad. Me siento tan culpable, pero sé que con ustedes podré salir de esto.
Zara: Somos tu familia, Daisy. Siempre estaremos aquí para ti, pase lo que pase.
Iván: Encontraremos una forma de detener esto. No importa cuán oscuro parezca todo ahora.
Decidieron que Daisy se quedaría en casa de Iván y Zara para que pudieran observarla de cerca durante la noche y asegurarse de que no ocurriera nada extraño. Aunque continuaba con su vida diaria y asistía a clases, Daisy habló con sus amigos Jacqueline, Lisa, Dulce, Martha y Oliver para pedirles que dejaran de investigar las desapariciones, temiendo que descubrieran que ella era la culpable. Sin embargo, desconfiando de sus motivos, sus amigos continuaron investigando a sus espaldas.

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~Daisy~
RandomEra una chica común y corriente, hasta que unos recuerdos vienen hacia ella, y descrube quien es ella en realidad. Es mi primera historia que hago espero que les guste, lo siento por la mala ortografía o la narración. Ésto es la ante secuela de Las...