Pasando un rato

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Un día soleado, Daisy se encontraba en su habitación pintando un hermoso paisaje en su lienzo. De repente, escuchó unos golpes en la puerta y rápidamente guardó sus pinceles y cerró el bote de pintura.

Madre de Daisy, desde el otro lado de la puerta: ¡Daisy, cariño, ven a cenar! Tu padre acaba de preparar una deliciosa lasaña.

Daisy, con entusiasmo: ¡Ya voy, mamá!

Daisy guardó su pintura y se dirigió hacia la cocina, donde su familia la esperaba. Mientras la familia disfrutaba de la cena, el hermano menor de Daisy, Gabriel, comenzó a contarles sobre su día en la escuela. Daisy sonrió al escucharlo, siempre preocupada por su hermano.

Padre de Daisy, con curiosidad: Oye Daisy, ¿cómo te fue en la escuela hoy?

Daisy suspiró y respondió: Bien, papá. Pero estoy teniendo algunas dificultades con el inglés.

Padre de Daisy, con una sonrisa: Mmm, necesitarás estudiar más. Estoy seguro de que lo lograrás, eres muy inteligente en todas las demás materias.

Después de la cena, Daisy se despidió de su familia y se dirigió hacia su habitación. Sabía que necesitaba entrenar sus poderes para poder controlarlos mejor y aprovechar su potencial al máximo. Se sentó en su cama y cerró los ojos, concentrándose en canalizar su energía.

En ese momento, sonó su teléfono y Daisy lo tomó rápidamente. Era un mensaje de Zara, uno de sus mejores amigos.

Zara: Hey Daisy, ¿quieres venir al parque de diversiones con nosotros mañana? Iván y yo iremos y sería genial pasar el día juntos, decía el mensaje.

Daisy sonrió emocionada, le encantaba pasar tiempo con sus amigos. Respondió rápidamente: ¡Claro que sí! Será divertido. ¿A qué hora nos vemos?

Zara: Nos encontramos en la entrada a las 10 de la mañana. ¡Será genial tener un día lleno de diversión juntos!

Daisy: ¡Perfecto! No puedo esperar para montarnos en todas las atracciones y compartir risas y recuerdos con todos ustedes.

Al día siguiente, Daisy llegó puntual a la entrada del parque de diversiones, donde se encontró con Zara, Iván y el resto de sus amigos. Rápidamente se formó una gran oleada de emoción entre ellos.

Oliver: ¡Vamos directo a las montañas rusas! Quiero sentir esa adrenalina en mi cuerpo.

Martha: ¡Sí, definitivamente! No puedo esperar para tocar algunas melodías nuevas luego de probar las atracciones.

Daisy: Estoy lista para volar a través de los cielos en todas esas montañas rusas. ¡Será increíble!

Luego de disfrutar de las emocionantes atracciones, decidieron tomarse un descanso y buscar un lugar para almorzar.

Lisa: Chicos, ¿qué tal si nos sentamos en ese área verde cerca del lago? Podríamos hacer un picnic y disfrutar del paisaje.

Dulce: Me parece una excelente idea. Yo traigo un par de libros, así que podré relajarme y disfrutar de una buena lectura mientras estamos aquí.

Jacqueline: Eso suena perfecto. También traje mi cámara, así que puedo capturar algunos momentos especiales mientras todos disfrutamos de la comida y la compañía.

La tarde continuó llena de risas, juegos y más atracciones. Daisy se sentía feliz de poder compartir momentos tan especiales con sus amigos, sabiendo que podía confiar en ellos y que siempre estarían allí para apoyarla.

Mientras la noche caía y el parque de diversiones se iluminaba con luces brillantes, Daisy y sus amigos decidieron cerrar el día con un espectáculo de fuegos artificiales.

Daisy, emocionada: ¡Miren esas luces! Es como si el cielo estuviera bailando.

Zara: Es simplemente hermoso. No podría haber imaginado un día mejor que este.

Iván: Gracias por invitarnos, Daisy. Realmente nos hemos divertido mucho hoy.

Daisy, sonriendo: No hay de qué, chicos. Estoy agradecida por tenerlos en mi vida y por el apoyo que siempre me brindan.

Después de disfrutar del espectáculo de fuegos artificiales, Daisy y su grupo de amigos se despidieron con abrazos y promesas de verse pronto.

Daisy caminó hacia su casa, reflexionando sobre lo afortunada que se sentía de tener amigos tan maravillosos. Sabía que, aunque tenía poderes especiales y tenía que mantenerlos en secreto, siempre podría contar con ellos en cualquier situación.

Esa noche, Daisy se acostó en su cama, agradecida por las experiencias y los momentos compartidos con sus amigos. Sabía que, con su apoyo, podría seguir desarrollando y controlando sus poderes para ayudar a los demás y enfrentar cualquier desafío que se presentara en el futuro.

Capitulo 38

~Daisy~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora