Después de bañarse, Daisy se vistió con una camiseta cómoda y unos jeans, preparándose para regresar a la cafetería donde solía trabajar. A medida que caminaba hacia su destino, sintió una mezcla de emoción y nervios. Sabía que recuperar su puesto de mesera sería el primer paso para lograr su plan de hacer un regalo significativo a Iván y Zara, pero también sabía que tendría que trabajar duro para hacerlo realidad.
Al llegar a la cafetería, fue recibida por su antiguo jefe, quien al verla, notó el brillo de determinación en sus ojos. Daisy, con una sonrisa, le explicó que extrañaba trabajar allí y que, después de un tiempo de reflexión, quería volver para aportar y ahorrar dinero. Su jefe, conmovido por su sinceridad y dedicación, aceptó sin dudar darle su puesto nuevamente.
Daisy empezó su jornada con energía renovada. Mientras atendía a los clientes, su mente seguía enfocada en su plan: quería hacer algo grande y especial para Iván y Zara, una muestra de agradecimiento por todo lo que habían hecho por ella. A lo largo del día, mientras limpiaba mesas y servía café, comenzó a imaginar cómo sería la casa que les quería regalar: una casa espaciosa, con un diseño que se integrara en la naturaleza, algo que les permitiera disfrutar del bosque que tanto amaban. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesta a trabajar sin descanso para lograrlo.
Daisy trabajaba en la cafetería, comenzó a sentir una energía extraña recorriendo su cuerpo. Al principio, no entendía qué estaba sucediendo, pero luego se dio cuenta de que estaba experimentando un nuevo poder: la curación. Se dio cuenta de que podía sanar cualquier lesión en su cuerpo y, posiblemente, también en otras personas.
Entusiasmada por descubrir esta nueva habilidad, Daisy decidió practicarla en sí misma. Recordó todas las veces en las que se había lastimado mientras entrenaba sus poderes y se concentró en sanar esas heridas. Para su sorpresa, las marcas desaparecieron rápidamente, sin dejar rastro.
Llena de emoción, Daisy pensó en cómo esta nueva habilidad podía ser útil para ayudar a los demás. Tenía la capacidad de curar a las personas, lo que significaba que podría sanar heridas físicas y tal vez incluso enfermedades. Sabía que esto era un gran poder y que debía usarlo sabiamente.
Decidió guardar su nuevo poder en secreto por ahora, ya que aún no sabía cómo controlarlo por completo. Sin embargo, estaba emocionada por la oportunidad de ayudar a otros en el futuro. A medida que pasaban los días, Daisy aprovechaba sus ratos libres para entrenar sus poderes.
Las semanas pasaron volando. Daisy se esforzaba día y noche en su trabajo, dedicando cada centavo que ganaba a ahorrar para su regalo. Cuando no estaba en la cafetería, pasaba tiempo diseñando planos para la nueva casa de Iván y Zara, midiendo cuidadosamente los espacios de la casa actual para tener una idea clara de sus gustos y necesidades. También pasaba largos ratos explorando el bosque, buscando el lugar perfecto donde construir la nueva casa. Sabía que este sería el lugar donde Iván y Zara podrían crear nuevos recuerdos, lejos del bullicio y cerca de la tranquilidad de la naturaleza.
Finalmente, el día llegó. Zara e Iván estaban listos para su viaje, confiando en que Daisy cuidaría bien de su hogar mientras estaban fuera. Daisy se aseguró de que todo estuviera en orden durante su ausencia, no solo manteniendo la casa impecable, sino también haciendo pequeños arreglos aquí y allá, asegurándose de que cuando regresaran, todo estuviera en perfectas condiciones.
Cuando Iván y Zara regresaron después de su viaje, encontraron su casa reluciente.
Daisy: Bienvenidos Zara y Iván. ¿Cómo les fue en reino de Orwell?
Iván y Zara entraron a la casa con una sonrisa en el rostro, sorprendidos por lo impecable que estaba todo. Las ventanas brillaban, el piso estaba reluciente y un agradable aroma a limpieza llenaba el aire.
Zara, con una expresión de alivio y gratitud: ¡Daisy! Muchas gracias, la casa está impecable. Nuestro viaje fue increíble, Orwell está más hermoso de lo que recordaba. ¿Cómo te fue a ti? ¿Te aburriste mucho cuidando la casa?
Daisy sonrió, intentando contener la emoción de todo lo que había estado planeando en secreto durante esas semanas.
Daisy: ¡Para nada! Me mantuve ocupada y la verdad disfruté cuidando la casa. Además, aproveché para trabajar en algunos proyectos personales. No saben lo bien que se siente volver a la rutina.
Daisy, ocultaba la verdadera magnitud de sus planes. Iván, curioso, se sentó en el sofá, estirándose tras el largo viaje.
Ivá, con una sonrisa: ¿Proyectos personales? ¿Algún invento? Sabes que me encanta ver lo que haces.
Daisy rió y negó con la cabeza: Nada tan avanzado como lo que tú haces, Iván. Digamos que es algo más… personal. Ya lo verán cuando sea el momento adecuado.
Zara notó un brillo especial en los ojos de Daisy, como si estuviera guardando un secreto que pronto revelaría.
Zara, con calidez: Me alegra verte tan entusiasmada, Daisy. Sabemos que podemos confiar en ti para cualquier cosa, y lo que sea que estés planeando, ¡seguro será asombroso!
Daisy se quedó en silencio por un momento, disfrutando de la charla relajada con sus amigos. Aunque estaba ansiosa por contarles sobre la casa que planeaba construirles, sabía que aún no era el momento adecuado. Quería que todo estuviera perfecto antes de revelar su regalo.
Daisy: Bueno, me alegra que estén de vuelta. Si necesitan algo más antes de que me vaya, solo díganme
Daisy mientras se levantaba, lista para darles su espacio después de un largo viaje.
Iván: Está bien, gracias Daisy.
Zara: Cuídate Daisy, adiós.
Capitulo 54
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~Daisy~
AcakEra una chica común y corriente, hasta que unos recuerdos vienen hacia ella, y descrube quien es ella en realidad. Es mi primera historia que hago espero que les guste, lo siento por la mala ortografía o la narración. Ésto es la ante secuela de Las...