El Rey, con expresión seria, se presenta ante Daisy y el príncipe Lowell después de enterarse de su reciente enfrentamiento en el jardín.
Rey, mirando a ambos: ¿Pueden explicarme por qué están causando estragos en el jardín del palacio en lugar de proteger el reino?
Daisy, nerviosa: Su majestad, fue solo un entrenamiento amistoso. No hubo daño real, solo estábamos mejorando nuestras habilidades.
Príncipe Lowell, asintiendo: Sí, padre, estábamos probando nuestras habilidades para trabajar mejor juntos en futuras misiones.
Rey, frunciendo el ceño: Entiendo la importancia de entrenar, pero el palacio no es el campo de batalla para sus prácticas. Ambos deberían haber mostrado más precaución. ¿Qué opinas, Reina?
Reina, apoyando al Rey: Estoy de acuerdo con mi esposo. La seguridad del palacio y la tranquilidad de sus jardines no deben comprometerse por prácticas de entrenamiento excesivas.
Daisy y el príncipe Lowell, bajando la mirada en señal de arrepentimiento, reconocen su error.
Daisy: Lo siento, su majestad. No volverá a ocurrir.
Príncipe Lowell: Tienen razón. Fue imprudente de nuestra parte.
Rey, con seriedad: Les concedo una advertencia esta vez, pero la próxima vez que pongan en riesgo la seguridad de este palacio, habrá consecuencias más severas. Ahora, retírense y reflexionen sobre sus acciones.
Daisy y el príncipe Lowell, asintiendo, se retiran con un aire de arrepentimiento. La intervención del Rey deja claro que, a pesar de sus habilidades extraordinarias, deben recordar la importancia de la responsabilidad y la prudencia en su comportamiento dentro del palacio real.
Después de recibir la advertencia del Rey, Daisy y el príncipe Lowell se retiran del jardín, reflexionando sobre sus acciones. Ambos comprenden la necesidad de ser más cautelosos y respetuosos con el entorno del palacio.
Daisy, suspirando: Supongo que deberíamos haber pensado mejor antes de desatar esa batalla en el jardín.
Príncipe Lowell, asintiendo: Mi padre tiene razón. Necesitamos ser más conscientes de dónde y cómo entrenamos nuestras habilidades.
Daisy: Bueno yo ya me voy al bosque voy a seguir entrenando mis poderes, por si me quieres buscar yo siempre voy a los bosques a entrenar.
Príncipe Lowell: Está bien... Oye ¿puedes hacer más dibujos?
Daisy, un poco molesta: Oh, ¿Tanto te gustó el dibujo que te hice para ti, para que me pidieras otro? Aunque al final me reclames que le falta va más detalles, bueno lo haré pero está vez lo haré muy bien para que no me reclames.
Príncipe Lowell: En efecto. ¡Entonces, veamos lo que puedes hacer!
Daisy, resoplando: Bien. ¡De acuerdo! ¡Solo tienes que darme tiempo en hacer el dibujo!
Príncipe Lowell, contento: Sí, claro.
Daisy: Pasado mañana te doy el dibujo nuevo, solo déjame irme a entrenar el bosque.
Príncipe Lowell, de mala gana: Bien, me voy a entrenar con alguien más, a ver si tú hermano Noah quiere entrenar conmigo.
Daisy: Está bien mira, solo hazme caso y déjame ir.
Príncipe Lowell, molesto: ¡No! ¡Tienes que practicar aquí para que yo pueda observarte y que aprenda de tus errores!
Daisy, resoplando: ¿Estás diciendo que mis errores te inspirarán a hacer algo mejor?
Príncipe Lowell, pensativo: Exacto.
Daisy, resoplando: Eso no tiene sentido.
Príncipe Lowell, señalando a Daisy: ¡Mira, tienes que practicar aquí y yo te enseñaré todo lo que necesitas!
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~Daisy~
RandomEra una chica común y corriente, hasta que unos recuerdos vienen hacia ella, y descrube quien es ella en realidad. Es mi primera historia que hago espero que les guste, lo siento por la mala ortografía o la narración. Ésto es la ante secuela de Las...