Desapareciónes

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Daisy se despertó temprano esa mañana, como siempre, para alistarse y dirigirse a la escuela. Tras cambiarse rápidamente, fue a la cocina, donde sus padres ya estaban desayunando. Mientras comía, las noticias en la televisión captaban la atención de sus padres.

Noticiero: Continúan las desapariciones misteriosas en la ciudad. Se desconoce el paradero de las personas desaparecidas y las autoridades no han encontrado pistas...

La madre de Daisy apagó el televisor, preocupada.

Daisy: Bueno, mamá, ya terminé. Voy a lavarme los dientes.

Mamá de Daisy: Está bien, hija.

Después de lavarse los dientes, Daisy recogió su mochila y se dirigió a la puerta.

Daisy: Adiós, mamá. Adiós, papá.

Papá de Daisy: Cuídate mucho, hija, y ten cuidado. Hay personas desapareciendo, como escuchaste en las noticias.

Daisy: Sí, papá, lo tendré en cuenta.

Al salir de su casa, Daisy se encontró con Zara, quien ya la esperaba en el camino hacia la escuela.

Zara: ¡Hola, Daisy! ¿Viste lo de las desapariciones? Es espeluznante.

Daisy: Sí, lo escuché esta mañana. Mi papá me pidió que tuviera cuidado. Todo esto es muy raro.

Zara: Definitivamente. Deberíamos estar atentas, no vaya a ser que nos pase algo a nosotras.

Conversando, ambas siguieron su camino hacia la escuela. Al llegar, se encontraron con Iván en el pasillo.

Iván: ¡Hola, Daisy! He estado mejorando tu robot de entrenamiento. Ahora es más eficiente y te ayudará a controlar mejor tus poderes.

Daisy: ¡Eso suena genial, Iván! Estoy ansiosa por probarlo más tarde en el bosque.

Iván: Me alegra que te entusiasme. Las mejoras lo harán más resistente y preciso. Será perfecto para tu entrenamiento.

Daisy: Gracias, Iván, eres el mejor.

Zara: ¡Chicos! Tenemos que ir a clase o llegaremos tarde.

Rápidamente, los tres se apresuraron hacia sus aulas. Durante las clases, Daisy no podía dejar de pensar en las desapariciones. El ambiente en la escuela estaba más tenso de lo habitual, y muchos estudiantes hablaban en voz baja sobre el tema.

Al llegar el recreo, Daisy se sentó con Jacqueline, quien parecía más callada de lo normal.

Daisy: Jacqueline, ¿te pasa algo? Te noto algo distraída.

Jacqueline: Es solo que... extraño a Daniel. Hace días que no lo veo.

Daisy: Si quieres, puedo decirle que venga mañana durante el recreo, para que puedan pasar un rato juntos.

Jacqueline: ¿Harías eso por mí?

Daisy: Por supuesto. Somos amigas, ¿no?

Jacqueline: Sí, gracias, Daisy. Eso me haría sentir mejor.

Ambas sonrieron y continuaron desayunando juntas. Luego del recreo, las clases continuaron, pero Daisy no podía dejar de sentir una inquietud en el aire.

Cuando finalmente sonó el timbre de la última clase, Daisy se reunió con Iván y Zara en su lugar de encuentro habitual, preparándose para su sesión de entrenamiento.

Zara: ¿Lista para practicar en el bosque?

Daisy: Sí, lo necesito. Debo mejorar mis habilidades para estar preparada ante cualquier peligro.

Iván: Solo recuerda, Daisy, no debes usar tus poderes en público. Es importante mantenerlos en secreto por ahora.

Daisy asintió, entendiendo la gravedad de la advertencia. Juntos, caminaron hasta el bosque, donde Daisy activó el robot de entrenamiento. Inmediatamente comenzó a practicar levitación y vuelo, desafiándose a sí misma a mejorar su control.

Daisy: Esto es increíble. Siento que cada vez soy más fuerte.

Zara: Estás avanzando muchísimo, Daisy. Si sigues así, podrías ser una superheroína en poco tiempo.

Daisy sonrió, disfrutando de la compañía de sus amigos y de la sensación de poder dominar sus habilidades. Mientras continuaban entrenando, el sol empezaba a bajar.

En otro lugar de la ciudad, Oliver, Martha, Lisa, Dulce y Jacqueline se habían reunido en el parque para hablar sobre las desapariciones que mantenían a todos en vilo.

Oliver: Es aterrador pensar que cualquiera de nosotros podría ser el próximo.

Martha: Sí, pero no podemos vivir con miedo. Necesitamos estar atentos y cuidarnos entre nosotros.

Lisa: Quizás podríamos investigar por nuestra cuenta. Podríamos encontrar algo que la policía no haya visto.

Dulce: Es cierto, no podemos quedarnos cruzados de brazos mientras todo esto sucede. Necesitamos hacer algo.

Jacqueline: Juntos podemos resolver esto. Tenemos las habilidades y el conocimiento. No nos rendiremos.

Mientras el grupo discutía su plan en el parque, Daisy, Iván y Zara terminaban su entrenamiento en el bosque. Despidiéndose de sus amigos, Daisy decidió regresar a casa antes de que cayera la noche.

El día terminaba, pero las desapariciones misteriosas seguían siendo una sombra sobre la ciudad. Daisy sentía que algo más grande se estaba gestando, algo que pronto la afectaría a ella y a sus amigos.

Capitulo 45

~Daisy~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora