Experimento 27

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Tras un exhaustivo análisis de la información obtenida, Daisy y su equipo descubrieron que el Experimento 27, conocido como Lucas, podría estar escondido en Siberia, Rusia.

Daisy le comunicó a Iván y Zara su nuevo objetivo, que ella viajará sola y que ellos la van a comunicar en los audífonos o radio y también Daisy llevará una cámara para que Iván y Zara vean lo que pasa en el transcurso del tiempo. Iván le dio uno de sus inventos, un traductor, para que Daisy pudiera comunicarse y entender a los demás en diferentes idiomas.

Después de discutir su plan, Daisy se preparó para su viaje a Siberia. Sabía que sería una misión peligrosa y llena de obstáculos, pero estaba decidida a encontrar a Lucas y traerlo de vuelta a salvo.

Con su habilidad de teletransportación, Daisy se transportó a la entrada de Siberia. Era una noche fría y oscura, con una gruesa capa de nieve cubriendo todo a su alrededor. La silueta de la taiga se recortaba contra el cielo estrellado, creando un paisaje majestuoso y desolado.

Daisy activó su habilidad de levitación para mantenerse en el aire y comenzó a volar sobre la vasta extensión de bosques helados. Con cada paso que daba, podía sentir el frío penetrar en sus huesos, pero se obligó a continuar.

Después de horas de vuelo, Daisy aterrizó en un pequeño pueblo a las afueras de Siberia. Se acercó a una cafetería para buscar información sobre la ubicación exacta de Lucas. Su cabello negro y blanco, junto con sus ojos rojos y negros, llamaron la atención de los lugareños, pero nadie se acercó a ella. Temían las consecuencias de acercarse a un sujeto de experimentación.

Daisy se acercó a la caja registradora y preguntó al camarero sobre Lucas. El camarero, un hombre mayor con ojos llenos de desconfianza, la miró con cautela antes de susurrarle una dirección. Daisy le agradeció y se alejó, consciente de que estaba siendo observada.

Siguiendo las indicaciones del camarero, Daisy llegó a una cabaña abandonada en medio del bosque. La puerta estaba cubierta de nieve y lucía desgastada por el paso del tiempo. Daisy empujó la puerta y entró en la oscuridad.

Al encender su cámara, Daisy pudo ver que el interior de la cabaña estaba prácticamente vacío. Solo había un viejo colchón en el suelo y una pequeña chimenea, cuyas cenizas todavía conservaban algo de calor. Daisy se acercó a la chimenea para calentarse y examinó las marcas en el suelo.

Notó algunos rastros de fuego que llevaban a una habitación trasera. Daisy siguió los rastros y abrió la puerta cuidadosamente. Sus ojos se encontraron con los de Lucas.

Lucas, con su cabello rojo como el fuego y sus ojos azules, estaba sentado en el suelo, rodeado de llamas que bailaban a su alrededor. Parecía estar perdido en sus pensamientos, como si el fuego fuera su única compañía.

Daisy dio unos pasos hacia adelante, con cautela. Sabía que no podía asustarlo ni ponerlo a la defensiva. Decidió hablar con calma.

Daisy, en tono suave: Hola Lucas. Soy Daisy, he venido a ayudarte. No estás solo.

Lucas levantó la cabeza lentamente, sus ojos azules fijos en los de Daisy. Pudo ver el miedo y la desconfianza en ellos.

Daisy, intentando mantener la calma, continuó hablando con Lucas.

Daisy: Lucas, entiendo que estás pasando por momentos difíciles. Pero quiero que sepas que no estás solo en esto. Estoy aquí para ayudarte y llevarte a un lugar seguro.

Lucas se levantó lentamente del suelo, mirando fijamente a Daisy. Las llamas a su alrededor parecían bailar en sintonía con su respiración agitada.

Lucas: ¿Por qué debería confiar en ti?

Daisy: Ya sé que nosotros no nos llevamos bien, pero hay que dejar a un lado nuestras diferencias, si quieres por ahora. Lucas, entiendo que te resulte difícil confiar en alguien después de todo lo que has pasado. Pero déjame mostrarte que estoy aquí para ayudarte. No estoy del lado del gobierno; escapamos de ese lugar y ahora estoy luchando por nuestra libertad. No quiero que te utilicen más, quiero que vivas en paz.

Lucas frunció el ceño, sus ojos azules brillaban con cautela.

Lucas: ¿Y cómo puedo estar seguro de que dices la verdad? ¿Qué garantía tengo de que no me entregarás?

Daisy se acercó lentamente a Lucas, con las manos extendidas hacia él.

Daisy: No puedo prometerte nada más que mi palabra y mi intención de ayudarte. Pero si no quieres venir conmigo, no te obligaré. Puedes quedarte aquí si eso es lo que prefieres.

Lucas pareció considerar sus palabras por un momento. Finalmente, dio un paso vacilante hacia adelante.

Lucas: No quiero quedarme aquí para siempre. No quiero seguir dándole miedo a las demás personas. Pero aún tengo mis dudas sobre ti.

Daisy asintió comprensivamente, respetando su desconfianza.

Daisy: Entiendo que necesites tiempo para confiar en mí. No te forzaré a hacer nada que no quieras hacer. Pero déjame mostrarte que puedo ser alguien en quien confiar.

Mientras Daisy y Lucas discutían en la cabaña, un grupo de agentes del gobierno se acercaba rápidamente al lugar. A medida que se acercaban, Daisy y Lucas pudieron escuchar el sonido de las ramas crujir bajo sus pies en la distancia.

Daisy, rápidamente: Lucas, tenemos que irnos ahora. El gobierno nos ha encontrado.

Lucas, nervioso: ¿Qué hacemos?

Daisy, con determinación: Vamos a usar nuestras habilidades para escapar. Confía en mí, juntos podemos lograrlo.

Sin perder un segundo más, Daisy utilizó su poder de levitación para elevarse en el aire y abrir una brecha en el techo de la cabaña. Lucas la siguió rápidamente mientras las llamas a su alrededor crecían en intensidad.

Daisy y Lucas salieron volando por el agujero en el techo, justo cuando los agentes del gobierno entraban en la cabaña. Los agentes comenzaron a disparar, pero Daisy y Lucas se movían rápidamente en el aire, esquivando las balas.

Daisy, mientras esquivaba los disparos: ¡Lucas, concéntrate en controlar el fuego y usa tus llamas para protegernos!

Lucas, respirando profundamente, canalizó su poder y creó una barrera de fuego a su alrededor, desviando los disparos y protegiendo a Daisy. Juntos, volaron a toda velocidad a través del bosque, evitando los árboles y las balas enemigas.

A medida que avanzaban, Daisy utilizó su habilidad de teletransportación para engañar a los agentes y aparecer en diferentes lugares, confundiéndolos y dificultando su captura. Mientras tanto, Lucas continuaba controlando las llamas y lanzándolas hacia atrás, manteniendo a raya a sus perseguidores.

Después de una larga y agotadora persecución, Daisy y Lucas finalmente lograron perder a los agentes del gobierno. Se detuvieron en un claro del bosque para recuperar el aliento y evaluar su situación.

Daisy, agotada pero aliviada: Lo hicimos, Lucas. Hemos escapado.

Lucas, mirando a su alrededor: ¿Y ahora qué? ¿Dónde vamos?

Daisy, pensativa: Primero, necesitamos encontrar un lugar seguro donde podamos descansar y recuperarnos. Después, nos pondremos en contacto con los otros para planificar nuestro próximo movimiento. También necesitamos encontrar a los demás para estar más unidos y también buscar respuestas sobre por qué querían utilizar nuestras habilidades para destruir otros países.

Lucas asintió, confiando en la determinación de Daisy.

Lucas: Estoy contigo hasta el final, Daisy. No permitiremos que nos utilicen de nuevo.

Daisy sonrió y extendió su mano hacia Lucas.

Daisy: Juntos, podemos luchar por nuestra libertad y la de los demás. Estamos en esto juntos, Lucas.

Lucas tomó la mano de Daisy, su determinación ardiendo en sus ojos azules.

Lucas: Juntos no hay nada que no podamos enfrentar.

Y así, Daisy y Lucas se adentraron en lo desconocido, unidos en su búsqueda de justicia y libertad.

Capitulo 71

~Daisy~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora