5

179 21 74
                                    

Otra vez, Lili estaba jugando en la arena, con la pequeña pala por la que peleó con Diego el día de ayer, pero estaba jugando sola.

Sola hasta que se le acercó un niño, pero ese niño no era Diego; Era un niño de pelo rizado que le arrebató la pala.

—¡Oye!— Se quejó Lili, mirándolo mal y poniéndose de pie. —Yo estaba jugando aquí primero. Eso no es amable—

—No me importa, ya vete de aquí— Exigió el niño, empujándola y haciéndola caer al suelo.

—¡Auch!— Exclamó la niña rubia, con los ojos cristalizados.

—Que llorona— Se burló el otro niño.

—Oye— Lo llamó Diego, acercándose. —Dejala—

El niño de cabello rizo miró a Diego de arriba a abajo. —¿Y tú qué? ¿Eres su novio y se dan besos en la boca?—

—Vete— Exigió Diego, arrebatándole la palita y lanzándole una mala mirada. —Es mi amiga, aléjate—

El otro niño bufó, molesto. —Como sea, jueguen con su tonta pala—

Diego suspiró y le tendió la mano a Lili para ayudarla a ponerse de pie. —No te pasó nada Lili... ¿Verdad?—

Lili negó, poniéndose de pie y sonriéndole. —Eres mi héroe, vamos a jugar juntos—

Diego asintió con una sonrisa. —Si, me encantaría—

Desde ese momento, fue como si hubiesen sido inseparables toda la vida; Jugaron juntos y empezaron a sentarse juntos en el aula. Habían encajado muy bien y se llevaban de maravilla.

Y esa cercanía no cambió cuando ya era hora de irse a casa. Los niños debían esperar afuera de las aulas hasta que sus padres los fueran a recoger, ningún niño salía así como así o con cualquiera.

—¡Lili, amor!— La llamó Betty, acercándose.

—¡Diego!— Lo llamó Jughead, también acercándose.

Y ya que los niños estaban juntos, sus padres volvieron a encontrarse cara a cara, uno frente al otro.

Cómo si fueran dos adolescentes tímidos, se sonrieron levemente sin parar de mirarse.

—Hola de nuevo, Jughead— Lo saludó Betty, agachándose a despeinar la cabellera de Diego. —Hola príncipe—

—Hola— Saludó Diego con una sonrisa.

—Hola de nuevo Betty— La saludó Jughead, rascándose la cabeza, nervioso, mirando a la niña y estrechandole la mano. —Hola pequeña—

Lili se acercó tímidamente a estrechar su mano con la de Jughead. —Hola—

—Lili, el papel— Le recordó Diego en un susurro.

—Ah si— Contestó Lili, tendiéndole un papel a su madre. —Mami mira, una reunión para mañana—

—Una reunión para mañana papi— Le recordó Diego a su padre, también pasándole un papel.

Ambos adultos abrieron esos papeles y vieron que eran invitaciones a una reunión del colegio al día siguiente en la tarde.

—Entonces mañana hay reunión— Admitió Jughead, mirando a los niños y luego a Betty. —¿El tuyo dice lo mismo?—

Betty asintió, guardando el papel en su cartera. —Bueno... ¿Qué más da? Hay que venir—

Jughead se encogió de hombros. —Claro, hay que venir— Miró a su hijo. —Bueno, vámonos hijo—

—Vamonos Lili— Le dijo Betty, tomándola de la mano.

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora