Mi Otra Mitad "Bughead"

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—Hola Noah...— Contestó Lili con una sonrisa tímida. —Aqui estoy. ¿Qué pasa?—

Noah se rascó la cabeza, nervioso. —No quiero sonar atrevido. Yo... Me gustaría tener tu contacto. No sé, para escribirnos si pasa cualquier cosa—

Lili sonrió, sacando su celular de su bolsillo. —Tranquilo Noah. Con mucho gusto te doy mi número. Pásame el tuyo—

Cuando Noah le pasó el número a Lili, los dos empezaron a caminar por los pasillos mientras charlaban.

—Ya te escribí, añade mi número— Avisó Lili, caminando al lado del chico.

—Listo— Confirmó Noah, guardando el contacto de Lili en su celular y luego colocando el celular en su bolsillo. —Gracias—

—No hay de qué— Respondió Lili, mirándolo con una sonrisa.

Noah aclaró su garganta. —Lili... Sé que a lo mejor no es asunto mío pero... ¿Por qué andabas sola por los pasillos?—

Lili suspiró. —No lo sé, en ese momento quería estar sola, supongo. Pero me agrada tu compañía—

Noah le sonrió y en ese momento se acercaron Katherin y Diego.

—Aqui estás— Dijo Katherin, mirando a la rubia y cruzando los brazos. —Ah, hola Noah—

—Hola— Saludó Noah con una pequeña sonrisa.

—¿Qué ocurre?— Preguntó Lili, mirándolos.

—No puedes sólo irte así Lili. Nos preocupamos— La regañó Diego, fijando su mirada en Noah. —Tu... Tu eres del tercer año. ¿Qué haces con mi hermana?—

—El no tiene por qué darte explicaciones Diego— Lo defendió Lili, mirando mal a su hermano.

—No peleen— Pidió Noah, mirándolos y luego acercándose a Diego. —Yo... Yo... Solo somos amigos—

—¿Seguro?— Preguntó Diego, mirándolo con una ceja alzada.

—Diego por favor— Se quejó Lili, mirándolo mal.

—Muy seguro— Aseguró el ojimiel.

Katherin observaba todo en silencio hasta que se le ocurrió algo. —Oigan... Tengo una idea—

—Ahora no, Kat— Le dijo Diego, mirándola.

—Cállate Diego— Exigió Lili, mirándolo mal para después mirar a Katherin. —¿Cuál idea?—

—¿Y si salimos los cuatro juntos el sábado?— Sugirió la chica. —Podemos ir a una pizzería, ver una película, pasear por el parque...

—Me gusta la idea— Contestó Lili con una sonrisa, mirando a Noah. —¿Tu qué dices?—

Noah se encogió de hombros. —Si ustedes están dispuestos yo me anoto—

—Esperen— Los interrumpió Diego. —Primero hay que ver si mamá y papá le dan permiso a Lili—

—Lo harán, estoy segura— Afirmó la rubia.

—Así se habla nena— La felicitó Katherin para luego mirar a Diego. —Dieguito... Tu solo di si vas o no—

Diego los miró a los tres y suspiró. —Está bien...

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En la tarde, ya todos estaban en casa, reunidos; Betty estaba terminando un trabajo en su computadora, sentada en un sofá de la sala cuando su hijo se le acercó.

—Hola mamá— La saludó Diego con una sonrisa.

Betty levantó la mirada y sonrió. —Mi amor... ¿Qué ocurre? ¿Y dónde está mi beso?—