—Porque me di cuenta de que cometí un terrible error el día que decidí no hacerme cargo de ti y de nuestra hija. Todos los días pienso en como hubiesen sido las cosas si tan solo te hubiese apoyado y me hubiese quedado a tu lado— Explicó Mike. —Betty, te lo suplico, dame una oportunidad—
Betty tomó aire y lo miró fijamente, seria. —Escucha, Mike. Crié a mi hija yo sola hasta que conocí a Jughead. Nos casamos, tuvimos más hijos y te juro que soy muy feliz ahora y mi hija también. Ella no te necesita y yo tampoco. Así que te sugiero que así como viniste también te desaparezcas de mi vida—
Mike suspiró y se puso de pie, mirándola fijamente. —Escucha... Si no me dejas acercarme a mi hija por las buenas, será por las malas. Ya estás advertida— Aseguró, retirándose.
Betty rodó los ojos y sin darle la más mínima importancia a las advertencias de Mike, tomó el menú del Starbucks. —Mmmm se me antojan unas alitas de pollo—
Por otro lado, en la cita de Lili, Noah, Diego y Katherin, todo iba mejor de lo que habían pensado. Fueron al zoológico, fueron a una pista de patín y justo ahora estaban en el parque.
Pero Diego había perdido de vista a Lili y a Noah y eso lo ponía de mal humor.
—¿Dónde demonios están? Papá va a matarme— Se quejó Diego, mirando a su alrededor en el parque, molesto.
Katherin rodó los ojos. —Por favor... Ni que fuera una niña pequeña. Mira, ahí estan— Los señaló.
Lili y Noah simplemente estaban sentados de espaldas hacia ellos en un banco, riendo, muy juntos.
Diego bufó, mirándolos y luego mirando a Katherin. —Estan demasiado cerca, no me gusta—
—Diego... ¿Por qué te molesta tanto que Lili conozca más a Noah?— Preguntó la chica, curiosa.
Diego bajó la mirada. —Me da miedo que la lastimen. Me prometí a mi mismo que la cuidaría de todo, incluso del dolor. Y cuando nació Samantha supe que debía cuidarlas a ellas y a mi mamá, aunque mi mamá ya tiene a mi papá—
Katherin sonrió. —Son pocas las veces en las que dejas ver ese lado tuyo tan lindo sin estar jugando con tu hermanita o estar con tu mamá—
Diego bajó la mirada, sonrojado. —Basta...
—¿Y por qué?— Preguntó Katherin, acercándose y mirando sus labios.
Diego se acercó un poco más, juntando su frente con la de ella mientras la miraba a los ojos. —No sabes cómo te detesto...
—Te detesto aún mas— Murmuró Katherin, cerrando los ojos.
Juntaron lentamente sus labios en un beso que fue como el paraíso para ellos dos, saboreando y disfrutando los labios del otro en ese parque casi vacío y con luces tenues.
Lili y Noah, por su parte, estaban en su propio mundo. Estaban aún en ese banco y estaban conversando y riendo de cualquier cosa.
—No se lo digas a nadie aún. Mi mamá no le ha dicho a nadie más que a mí y a mis hermanos que está embarazada— Dijo Lili, contenta. —No sé, me parece lindo que tengamos un bebé en la casa. Me gustan los bebés—
Noah sonrió. —Yo no tengo hermanos, somos solo papá y yo. ¿Sabes, Lili? Eres una persona muy linda, agradezco haberte conocido—
Lili se sonrojó de inmediato, bajando la mirada con una sonrisa. —Gracias. Yo... También agradezco haberte conocido—
—Amo tanto que te sonrojes así cuando te dicen algo lindo... Lo haces desde el primer día que hablamos— Recordó Noah con una sonrisa. —Tengo que confesarte que me gustabas desde hacía tiempo la primera vez que te hablé—
—¿Qué?— Preguntó Lili, abriendo los ojos como platos. —¿Enserio?—
—Si, te veía de lejos y me parecías linda y tierna, pero ahora que te conozco en persona lo puedo confirmar— Admitió Noah, con una sonrisa.
Lili sonrió, mirándolo. —Tu me gustaste desde que te vi, me pareciste muy atractivo y ahora que te conozco eres atractivo y dulce—
Noah sonrió y empezó a acercarse a Lili sin darse cuenta. Ella empezó a acercar sus labios a los del chico y fue como si un imán intentase acercarlos y ellos no podían controlarse.
Entonces pasó.
Sus labios se juntaron en un movimiento suave y sutil, especialmente porque era el primer beso de Lili y ella no era muy experta. Aunque no era una experta, probar los labios del otro fue la mejor sensación del mundo para ambos.
Jughead aún estaba en casa con Samantha, haciendo lo que ella quisiera para entretenerla porque estaba aburrida, pero él estaba preocupado.
Betty aún no llegaba y faltaba poco para que los chicos regresaran de sus citas.
—Listo papi, ahora mírame— Pidió Samantha, terminando de ponerle rubor a su padre.
Jughead la miró, todo maquillado. —¿Ya me veo guapo?—
Samantha lo miró, pensándolo. —Bueno... Puede mejorar, pero será para la próxima. Toma— Le tendió un paquete de toallitas para quitar maquillaje.
Jughead suspiró y tomó el paquete para sacar una toalla y quitar el maquillaje de su cara mientras su hijita recogía el maquillaje.
—Pa, tengo hambre. ¿Y mamá cuando va a llegar?— Preguntó Samantha, mirando al mayor.
Jughead tomó su mano, mirándola. —No se, no me dijo a qué hora vendría. Yo confío en tu mamá, ella regresará—
—Tengo hambre— Repitió Samantha, demandante.
Jughead sonrió con diversión y besó su frente. —Mi pequeña traviesa... Vamos abajo a preparar algo en lo que llega tu mamá—
—¿Me subes a caballo?— Pidió la menor, poniéndole ojitos.
—No puedo decirte que no, tienes los ojitos de tu mamá— Aceptó Jughead, agachándose para subir a su hija a su espalda. —Extraño cuando podía hacer esto con tu hermana—
—Lili ya creció— Le recordó Samantha a su padre mientras éste salía de la habitación con ella en su espalda.
—Si... Pero siempre va a ser mi niña pequeña igual que tú, Sam— Aseguró Jughead, caminando por el pasillo con la niña en su espalda. —Tu y Lili siempre serán mis niñitas, mis dos princesas—
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Jughead como papá siempre será superior 🛐❤️
En fin... ¿Qué opinan sobre la situación con Mike?
