104

103 12 12
                                    

La semana ya se había ido y llegó el sábado; Betty y Jughead estaban dejando a sus hijos con los Cooper antes de irse a la playa, pero Jughead no quería irse sin antes dejar algunas advertencias.

—Nos vemos mañana en la tarde hijos mios— Avisó Jughead, dejando un beso en la frente de los tres. —Diego, vigila a tu hermana—

—Hecho papá— Aceptó Diego, firme.

—¿Qué? ¿Por qué a mí?— Preguntó Lili, indignada.

—Yo quiero ir con ellos— Pidió Samantha.

—No, Sam. Tu eres una niña y es una salida de chicos grandes— Le recordó Diego, despeinando la cabellera de su hermanita.

—Vas a estar conmigo y con la abuelita mi niña— Aseguró Hall, sonriéndole.

—Si salen a las seis, que regresen a las nueve en punto y sin atrasarse. Es más... Sería mejor que regresaran cinco minutos antes— Advirtió Jughead, mirando a sus hijos mayores. —Los amo, mis hijos— Se acercó a abrazarlos.

—Cuidense mucho niños, mamá los ama— Aseguró Betty, besando la mejilla de los tres menores.

—Cuidense mucho— Pidió Alice.

—Diviértanse— Les dijo contento Hall.

Betty y Jughead se despidieron de los Cooper y subieron al auto para ir a la playa y encontrarse con sus amigos. Hacía ya mucho tiempo que no salían a divertirse entre amigos y sin niños.

Esa noche iba a estar loca.

Jughead condujo el auto hasta el bar en el que se iban a encontrar con sus amigos, estacionó el auto, bajó y fue rápidamente a abrirle la puerta a su mujer con una sonrisa.

Amaba tratarla como una reina, lo que ella era para él.

—Que caballeroso— Admitió Betty, acercándose a dejar un pequeño beso en los labios de su esposa.

Jughead la abrazó, pegándola a él. —Siempre lo soy, bebé. Mereces que te traten como una reina—

Betty lo abrazó aún más, pero sintió esas vibras raras en él. Era su esposo, lo conocía demasiado bien.

—Juggie...— Lo llamó Betty, separándose y acariciando su mejilla. —¿Qué tienes amorcito?—

Jughead suspiró, escondiendo su rostro en el hombro de su esposa. —Me preocupan los niños—

—Ellos estarán bien, Juggie— Aseguró Betty, acariciando su mejilla con una sonrisa.

—Es que ellos van a salir. La única que estará bien será Sam porque estará con tus padres. Pero... Lili y Diego van a estar en la calle. Mi Lili va a estar en la calle. ¿Sabes lo que significa eso?— Le preguntó Jughead a Betty, nervioso.

—Juggie, Lili ya no es una niña. Además va a estar con su hermano y con su amiga— Le recordó Betty.

—Y con un amigo que no sé cuál es— Agregó Jughead con molestia. —Con mi hija no, no mi niña—

—Jug, basta— Pidió Betty, cansada. —Nuestros hijos están creciendo, estarán bien—

—¡Hey!— Los llamó Kevin, saliendo del bar con una copa de licor en mano. —¡Los estamos esperando a ustedes!—

—¡Ya vamos Kev!— Avisó Betty, mirándolo y luego tomando la mano de su esposo. —Vamos a divertirnos Juggie—

Jughead suspiró y asintió y junto a su esposa fué al interior del bar; Era un bar muy lujoso, de dos niveles, balcón, una fuente pequeña en medio y el mostrador era muy largo, con bebidas de todo tipo, incluso bebidas extranjeras. También habían algunos bocadillos, pero lo principal eran las bebidas.

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora