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Después del viaje de Betty y Jughead a Cancún, regresaron a Miami y luego pasaron cinco meses más, así de rápido. Betty y Jughead odiaban que el tiempo pasara tan rápido, eso significaba que sus hijos estaban creciendo igual de rápido.

Diego ya estaba más alto, incluso un poquito más alto que Lili, ya que la niña rubia era de baja estatura. Mientras más crecía Diego, mas se parecía a su papá. Lili, por su parte, era la viva imagen de su madre.

¿La bebé? Ni hablar, Samantha ya tenía once meses. Estaba cerca de cumplir un año de edad, sus padres le estaban enseñando a caminar y la pequeña ya casi era capaz de pronunciar algunas palabras. La bebé pelinegra de ojos verdes se parecía a Betty en el rostro y los ojos, pero el cabello lo había sacado de su padre.

Todo lo que Betty y Jughead querían, era seguir siendo felices juntos, criando a sus tres pequeños hijos juntos como un equipo que eran y seguirían siendo siempre.

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Era sábado y Betty y Jughead fueron a su cabaña en la playa con su familia. Ese fin de semana iba a ser sólo para ellos, para pasar tiempo como pareja y con los peques.

Lili y Diego corrían por la playa detrás de su perro, aún en sus trajes de baño mientras Jughead y Betty tenían a la bebé tomada de ambas manos para animarla a caminar.

Estaban bajo los rayos del atardecer del sol, el cielo ya estaba de un tono naranja al igual que las nubes y el atardecer estaba hermoso.

—¡No me alcanzarás Milo! ¡Huye Diego, huye!— Gritó Lili mientras corría de su perro.

—¡Es muy rápido!— Admitió Diego, corriendo junto a la niña rubia en lo que su perro lo perseguía.

—¡No corran tan rápido!— Exigió Betty mientras tomaba una de las manos de la bebé, ayudándola a caminar. —¿Mi bebé ya está lista para caminar sola?—

Jughead suspiró, tomando la otra mano de la bebé. —Tiene suficiente fuerza en las piernitas y tiene equilibrio. Vamos a soltarla—

Betty asintió y soltó la mano de la bebé y Jughead soltó su otra mano. La pequeña se vió ahí de pie, sola, pero sin moverse.

—Vamos bebé, ven aquí con mami— Le dijo Betty, arrodillándose frente a la pequeña.

—Ven con mami y papi mi amor, ven bebita— Pidió Jughead, arrodillándose al lado de Betty y abriendo sus brazos.

—Diego mira, nuestra hermanita va a caminar— Le avisó Lili al niño, señalando hacia donde estaban Betty y Jughead con la bebé.

Diego miró hacia dónde miraba Lili y sonrió. —Nuestra hermana bebé va a caminar—

—Ven bebé, no tengas miedo chiquita— La animó Jughead.

—Vamos amor, ven con mami y papi— La llamó Betty.

Samantha sonrió y empezó a dar pequeños pasos hacia sus padres. Se tambaleó un poco, pero caminó hasta llegar hacia su madre con una sonrisita en su rostro.

—¡Esa es mi bebé, mi bebé lo logró!— Chilló Betty, tomando a la bebé en sus brazos y llenándola de besos.

—Eso es, mi niña hermosa— La felicitó Jughead, acercándose a llenarle la cara de besos, haciéndola reír.

Samantha soltó una carcajada, colocando ambas manos sobre el rostro de su madre. —Mamá—

Betty sonrió con los ojos abiertos como platos. —¡Dijo mamá! ¡Dijo mamá y lo dijo bien!—

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora