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¿Cuál era la nueva rutina de la familia Jones Cooper por la mañana? Bueno... En realidad nada nuevo. Betty y Jughead despertaban juntos, casi siempre se bañaban juntos y bajaban juntos a la cocina a hacer el desayuno entre románticos besos, caricias y cumplidos.

Alrededor de una hora después, bajaban sus tres hijos listos para ir a sus centros de estudios. Lili y Diego a la secundaria y la más pequeña al colegio en el que también estuvieron sus hermanos mayores hasta el octavo grado cuando eran niños.

—Ew, siempre encontramos éstas escenas por las mañanas— Admitió Lili, divertida, acercándose a dejar un beso en la mejilla de su padre y su madre. —Buenos días mamá y papá—

—Hola ma, hola pa— Los saludó Diego, acercándose a abrazar a su padre y besar la mejilla de su madre.

—Buenos días mami y papi— Los saludó también Samantha, lanzándose a los brazos de ambos.

—Hola niños, pueden sentarse. Su padre y yo iremos con el desayuno en un momento— Aseguró Betty, besando los labios de su esposo.

—Te amo— Contestó Jughead, dándole un pico.

—Demasiada cursilería por la mañana— Se quejó Diego, divertido.

—Cuando sea grande quiero tener un esposo bueno y que me quiera como papá quiere a mamá— Admitió Samantha.

—¿Perdón, señorita?— Le habló Jughead, mirándola, serio. —Pues déjame decirte que eres una bebé y no puedes tener novios y mucho menos esposos—

—Pero papá, ella dijo que cuando sea grande— Defendió Lili a su hermanita.

—¡Sí! Así como mi hermana— Aclaró Samantha.

—Ni tu ni tu hermana, las dos son unas niñas, mis niñas— Advirtió Jughead.

—Ya oyeron, ahora a la mesa— Exigió Diego.

—No eres nuestro jefe Dieguito tonto— Le recordó Samantha, mirando a Lili. —Vamos Lili—

Los tres menores fueron a la mesa y entonces Betty miró a Jughead con diversión mientras servía el desayuno.

—Ya déjalas, algún día crecerán— Le recordó Betty a su esposo.

—No, son mis pequeñas— Se quejó Jughead, firme.

Después de eso desayunaron juntos y los cinco entraron a la camioneta para hacer sus actividades cotidianas. Estudio para los chicos y trabajo para los adultos. Primero dejaban a la pequeña Sam en el colegio y después a Lili y Diego en la secundaria.

Después de dejar a sus hijos en sus escuelas, iban camino a la empresa y los dos estaban pensativos, nostálgicos.

Jughead suspiró mientras conducía la camioneta. —Aún recuerdo cuando Lili y Diego estaban pequeños. Recuerdo cuando íbamos por ellos al colegio. Eran tan pequeños...

Betty lo miró con una sonrisa de nostalgia. —Yo recuerdo cuando solo iba por Lili al colegio. De repente íbamos por dos niños y luego fueron tres niños—

—Y crecieron— Recordó Jughead, con una sonrisa. —Aun no creo que tengamos dos adolescentes en casa. Después Samantha también dejara de ser mi niñita. Rayos... No quiero que sigan creciendo—

—Pero lo harán— Aseguró Betty. —Lo harán y lo único que nos queda es darles las herramientas para que abran sus alas y vuelen por sí solos—

Jughead asintió, entrando al parqueo de la empresa. —Tienes razón mi amor. ¿Lista para trabajar?—

—Mas que lista— Confirmó Betty, entusiasmada.

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora