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—No lo sé, pero no te asustes— Pidió Jughead, posando una mano en su mejilla. —Quiero hablar de nosotros, de esa barrera invisible que nos está separando, eso que me separa de ti aunque en realidad estemos juntos—

—Juggie... ¿De que estás hablando? ¿Cuál barrera?— Preguntó Betty, confundida.

Jughead suspiró. —Es que siento que no sé nada sobre ti—

—Pero Jug... Conociste a mis padres... Conoces a mi hija y ella te admira... Te abrí mi corazón... ¿Que más quieres? ¿Qué más quieres de mi?— Preguntó Betty, con los ojos cristalizados.

—Que confíes en mí, Betts— Pidió Jughead, mirándola fijamente. —Siento que no confías en mi, que aún me ocultas quien eres... Tus pensamientos... Tu pasado... Tus sentimientos...

Betty negó, con una lágrima bajando por su mejilla. —Es que no es tan fácil, Jughead—

—Ven, siéntate— Pidió Jughead, tomando su mano y sentandose sobre la arena. —Siéntate—

Betty tomó aire y se sentó al lado de Jughead sobre la arena, mirándolo con confusión. —Juggie... ¿Qué está pasando?—

—Voy a abrirte mi corazón, Betty— Respondió Jughead, mirándola fijamente. —Te voy a contar mi pasado—

—Jug...— Lo llamó Betty. —No tienes que hacerlo solo por demostrarme algo—

—Pero quiero hacerlo porque realmente estoy enamorado Betty— Aseguró Jughead, sonriéndole. —Estoy loco por ti y quiero que lo sepas todo. Hace tiempo que no me sentía así como me siento contigo—

Betty sonrió, con una lágrima corriendo por su mejilla y lo miró. —Te escucho—

Jughead tomó aire, sin dejar de mirarla. —Yo tenia diecinueve años, estaba en mi segundo año en la universidad y tenía una novia. Su nombre era Chloe. Un día me dijo que sospechaba que estaba embarazada y cuando le compré la prueba confirmó que sí. Los dos no habíamos terminado la universidad y mis padres y su madre se enojaron. Yo tenía miedo y ella también, pero ella quiso seguir el embarazo y yo la apoye porque era mi hijo— Dijo, con una sonrisa y los ojos cristalizados. —Meses después nació Dieguito y yo estaba tan feliz... Ese niño se llevó todos mis genes porque el cabello de su madre era castaño y sus ojos eran color café. Lo ví tan pequeño, tan indefenso... Me enamoré desde que lo ví. Es mi hijo, mi sangre, mi vida...

Betty sonrió, con las lágrimas bajando por sus mejillas. —Jug...

—Pero el mismo día que le dieron el alta a Chloe... Ella se enfermó, se puso muy mal y yo no estaba con ella... Estaba pagando los gastos en el hospital y estaba en una tienda comprando algunas cosas para mi hijo cuando me llamaron y me dijeron que había muerto... Sufrió un accidente cuando su madre la estaba llevando al hospital. Mi hijo se había quedado con mis padres pero ella no sobrevivió— Se lamentó Jughead, apretando los puños con fuerza y con los ojos llenos de lágrimas. —No te imaginas el miedo que sentí cuando me ví yo solo con un bebé recién nacido sin ella... Desde ese día me prometí que sería el mejor padre para mi hijo pero siento que no lo hago bien...

Betty no dijo nada más y lo abrazó. Entonces Jughead lloró en sus brazos como un niño. Se notaba que ese recuerdo le llevaba mucho dolor, el aún guardaba eso dentro de el.

—Juggie... Tu eres un buen padre— Aseguró Betty, sin dejar de abrazarlo. —Eres uno de los mejores padres que conozco— Se separó, limpiando sus lágrimas. —Has cometido errores con Diego... Pero te diste cuenta a tiempo y Diego es un niño feliz con un padre tan bueno como tu—

Jughead tomó aire, mirándola a los ojos. —Betts... Yo te amo— Confesó. —Tu y Lili han traído una luz a mi vida y a la de Diego. Te amo y te juro que no te quiero lastimar. La vida te puso en mi camino y también me dió una hija—

Betty sonrió, con las mejillas empapadas de lágrimas, besando sus labios con dulzura. —Había perdido mi fé en los hombres hasta que apareciste tu. Me has demostrado que mereces mi confianza y la de mi hija. También me has regalado otro hijo—

Jughead sonrió, volviendo a besar sus labios y ésta vez fue un beso más energético y duradero que los anteriores. Ella tomó su rostro entre sus manos y sus lenguas se encontraron, dando lugar a un ritmo perfectamente coordinado entre sus bocas.

Cuando se les acabó el aliento, se separaron y se miraron a los ojos con una sonrisa y la respiración agitada.

—Yo... Tengo... Tengo que decirte algo— Confesó Betty, sonrojada, con la mirada baja.

—¿Qué pasó? ¿Qué ocurre mi amor?— Preguntó Jughead, atento.

Betty suspiró, mirándolo a los ojos. —También te amo Jug, te amo—

Jughead sonrió y se volvieron a besar con energía, con amor, con cariño. Esa barrera que había entre los dos poco a poco iba desapareciendo.

Aún faltaba Betty, aún faltaba ella por sacar lo que tenía en el corazón, pero Jughead estaba dispuesto a tener paciencia y dejar que las cosas se dieran con naturalidad, que ella le indicara el momento adecuado para avanzar en esa bonita relación.

Entonces se acostaron sobre la arena de las orillas de la playa, abrazados, mirando la noche ser iluminada por la luz de la luna llena y observando las estrellas.

—Una estrella fugaz Juggie mira— Dijo Betty, emocionada, señalando el cielo.

Jughead sonrió, mirando el cielo y luego a ella, besando su mejilla. —La única estrella para la que tengo ojos ésta noche eres tu—

Betty sonrió, abrazándose más a él. —Te amo Juggie—

—Amor... ¿Y si tú y Lili se pasan el día conmigo y con Diego mañana en nuestra mansión?— Propuso el ojiazul.

Betty lo miró. —¿De verdad?—

—Claro preciosa. Jugamos lo que los niños quieran, vemos películas, jugamos en la piscina... Es más... Quédense hasta el domingo— Pidió Jughead, mirándola a los ojos y acariciando su mejilla. —Por favor di que si, sé que a Lili le encantará—

Betty suspiró y asintió. —Está bien, acepto—







Fin de semana en familia ❤️😍

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Fin de semana en familia ❤️😍

Ya conocieron el pasado de Jughead, pero falta el de Betty 👀 ¿Teorías?




Samy ❤️

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora