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Betty estaba trabajando arduamente desde su computadora, haciendo y organizando un montón de trabajos. Sí, tenía mucho, mucho trabajo.

Pero la puerta de su oficina se abrió y aún sin quitar su mirada de la computadora, ella sabía quién era.

Cuando levantó la mirada, se encontró con su esposo, quien llevaba un ramo de flores de tulipanes de muchos colores y un pedazo de pastel de tres leches.

Él se acercó a ella y dejó un beso en sus labios. —Amor... Cómo siempre, estás preciosa— Admitió.

Betty sonrió, sonrojada mientras aún usaba su computadora. —Dame unos minutos y seré toda tuya—

—Pero yo pensé que ya lo eras— Contestó Jughead con un puchero, sentandose frente a su escritorio y dejando el pastel sobre el mismo. —Te traje tu pastel, hace horas que no comes nada—

—Tengo mucho trabajo y no quiero atrasarme, tengo que adelantar— Se justificó la ojiverde, aún en la computadora. —Y eso sin mencionar todo el trabajo que me espera en casa—

Jughead suspiró, poniendo una mano sobre la de su esposa por encima del escritorio, llamando su atención. —Bebé... No quiero que manejes todo ese estrés. Tu trabajo es independiente, puedes hacerlo cuando quieras. Además... No me gusta que uses la computadora mucho tiempo sin anteojos—

Betty se encogió de hombros y dejó la computadora, soltando un largo suspiro. —Igual ya terminé. Muero de hambre—

—Está rico, ten— Dijo Jughead, tendiéndole el pedazo de pastel y una pequeña cuchara. —¿Viste los tulipanes? ¿Te gustaron?—

Betty asintió, llevándose una cucharada de pastel a la boca y empezando a comerlo como si tuviese un año sin comer. —Demonios... Este pastel está increíble. Me gustaron los tulipanes Juggie, me encantan—

Jughead sonrió, besando su frente. —Termina tu pastel con calma mi amor. Saldremos a caminar un rato y después vamos por los chicos. ¿Bien?—

—Ya terminé— Contestó Betty, con una sonrisa. —Tengo hambre, salgamos al Starbucks—

—Vamos preciosa— Aceptó Jughead, poniéndose de pie con una sonrisa.

Los dos salieron del edificio y caminaron hasta el Starbucks más cercano, en dónde el ojiazul pidió dos hamburguesas mientras su esposa sólo pidió pollo y papas fritas con mucho ketchup, todo esto acompañado de malteada.

Al salir de ahí, tomados de las manos regresaron al auto para ir por sus hijos hasta que Jughead vió la hora en su reloj.

—¿Qué?— Preguntó Jughead, mirando su reloj y luego a su esposa. —Faltan como dos horas para ir a buscar a los niños—

—¿Enserio?— Preguntó incrédula Betty. —Pero... ¿Qué vamos a hacer en todo ese tiempo?—

Jughead la miró con una sonrisa traviesa. —¿Nos vamos a casa?—

—¿A casa?— Preguntó Betty, con una ceja alzada. —¿Para qué?—

—Allá te respondo— Contestó Jughead, guiñándole un ojo.

Betty sonrió, mordiéndose el labio e imaginándose lo que su esposo estaba planeando. Subieron al auto y el ojiazul condujo hasta la mansión, en dónde tomó la mano de su esposa y la guió a la habitación.

Una vez en la habitación, Jughead cerró la puerta con seguro y se acercó a su mujer, quien tenía una sonrisa de lado a lado, traviesa y perversa.

—Te traje hasta aquí porque no soporto un minuto más sin tocarte, mi amor— Admitió Jughead, acercándose a besar sus labios con descaro.

—Juggie...— Murmuró Betty, excitada, tomando el rostro de su esposo entre el fogoso beso. —Te deseo...

Jughead la besó con un fuego y un desespero que hacía notar lo mucho que el la necesitaba. Aún entre el beso, empezaron a desvestirse.

El pelinegro quitó la remera de su esposa mientras aún se besaban y ella quitó la camisa de su esposo. Así hicieron hasta quedar sin ropa y tumbarse en la cama. Cuando la única prenda que Betty aún conservaba eran sus bragas, Jughead volvió a besar su cuello y pechos mientras bajaba una mano a la feminidad de su mujer e introducía dos dedos, estimulando su clítoris y haciendo movimientos circulares.

Ella estaba tan excitada que empezó a gemir, pero él la cayó con un lujurioso beso hasta casi hacerla venir, dejándola mojada. Él se separó para quitarse los bóxers, lo único que quedaba cubriendo su cuerpo. Se acercó a su esposa, la haló hasta la orilla de la cama, le abrió las piernas y entró en ella sin ningún aviso.

Estaba tan mojada que entrar en ella había sido lo más fácil. Él no tuvo piedad a la hora de empezar a entrar y salir de ella con agresividad, duro. Ella gemía, casi gritaba mientras se sujetaba del cabello de su marido y el también gemía contra su oído, dejando pequeñas mordidas en su cuello hasta que en un par de estocadas más hizo que todo el placer acumulado en su esposa estallara, haciéndola gemir más fuerte y llegar a su orgasmo, haciéndola temblar.

Luego le siguió el, quien se corrió en ella y no paró de penetrarla hasta que terminó y volvió a sus labios, besándola con más calma, pero aún con sus respiraciones totalmente fuera de control.

Se sentían y se comportaban como dos jóvenes llenos de hormonas fuera de control.

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Lili aún no había regresado a la biblioteca, aún estaba hablando con aquel chico lindo que le cayó bien. De hecho, se habían sentado en las gradas de la cancha a conversar.

—Pasó cuando yo tenía como cuatro o cinco años, no lo recuerdo muy bien, pero el dolor sí lo recuerdo— Admitió Noah, con la mirada baja.

Lili suspiró, buscando su mirada. —No sabes cómo lo siento. Yo... En realidad Jughead no es mi papá biológico. Pero... Mi mamá lo conoció cuando yo tenía cuatro años y desde entonces me crió, es mi papá— Admitió con una sonrisa. —Y en realidad Diego es mi hermanastro, pero nos criamos juntos desde muy pequeños y lo considero un hermano de sangre. Ah bueno... Después nació mi hermana menor, tiene diez años—

Noah sonrió, mirándola. —No sabes cómo aprecio que me cuentes sobre ti. Tenemos que hablar más seguido, me gusta hablar contigo—

Lili sonrió, mirándolo, algo sonrojada. —A mi también... ¡Ay por Dios, lo olvidé!—

Noah se puso de pie, preocupado. —¿Qué? ¿Qué pasa?—

—Mi hermano... Debe estar esperándome con Katherin en la biblioteca— Contestó Lili, pasándose una mano sobre la cara.





¿Hermano celoso a la vuelta de la esquina?

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¿Hermano celoso a la vuelta de la esquina?







Samy ❤️

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora