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Año nuevo estaba cerca y la intención de Jughead era que Betty y Lili esperaran el año ya viviendo ahí. Por esa razón, hoy estaba en su mansión con las dos rubias para que la pequeña eligiera su habitación y cómo la decorarán.

Para él eso era muy importante.

Dieguito no estaba porque andaba paseando con Archie, por lo que Jughead estaba en la mansión solo con Betty y Lili. Él caminaba por el pasillo de las habitaciones con la niña en sus brazos y con Betty al lado.

—Está la habitación que tenemos del lado izquierdo. Bueno... Son dos pero hace tiempo que no se usan y una de ellas no es tan espaciosa— Explicó el ojiazul, caminando por el pasillo con Lili en brazos y Betty al lado. —Y del lado derecho hay cuatro, incluída la habitación de Diego y la habitación en la que duermes cuando te quedas con tu mamá los fines de semana—

Lili miró todo el pasillo y luego miró a Jughead, algo tímida. —¿Puedo elegir la habitación en la que duermo cuando vengo los fines de semana? Esa me gusta—

—Pero claro princesa, esa tiene mucho espacio, espejos grandes, un clóset enorme y hay mucho más espacio para tus juguetes y para todo lo que quieras— Aseguró Jughead, besando la cabeza de la menor.

—Ahora vamos a entrar para que nos digas cómo quieres que la decoremos para ti— Dijo Betty con una sonrisa.

Entraron a la habitación y Jughead dejó a la niña en el piso para que mirara todo con atención y explorara. La habitación estaba pintada de blanco solamente, no había ningún otro color. Estaba la cama, el closet con espejos, una mesita con una pequeña lámpara y dos cajones y también tenía un baño.

—¿Qué color te gusta, para que pintamos de ese color la habitación?— Preguntó Jughead, arrodillándose frente a la niña.

—Rosa— Contestó la pequeña con una sonrisa. —Ya sé dónde voy a poner mis peluches—

—Tambien podemos traer las letras grandes que forman tu nombre en tu otra habitación mi amor— Sugirió Betty.

Lili asintió con una pequeña sonrisa. —Si...

—¿Algo más, pequeña?— Le preguntó Jughead a la niña, mirándola.

Lili negó. —Por ahora no. ¿Cuando viene Diego?—

—Esta con Archie, viene en un rato mi niña. En ésta misma semana voy a contactar a un equipo que va a remodelar ésta habitación para ti— Avisó Jughead, arrodillándose frente a ella y dejando un beso en su frente.

Lili sonrió y lo abrazó, pero cuando Jughead también la envolvió en sus brazos la pequeña empezó a sollozar y a mojarle la camiseta con sus lágrimas.

—Shh...— Intentó calmarla, poniéndose de pie con ella en brazos. —¿Qué tienes, por qué estás llorando princesa?—

—Lili...— La llamó Betty, acercándose y acariciando su cabello. —¿Estás bien mi vida? ¿Te sientes mal?—

Lili negó, limpiandose las lágrimas y mirando a Jughead mientras éste aún la sostenía. —Es que mi deseo de cumpleaños era tener un papá porque los demás niños se burlaban de mí porque no tengo... Y a veces parece un sueño—

Jughead sonrió y la abrazó con más fuerza, besando su cabeza. —No quiero que llores, no me gusta verte llorar. Pero yo estoy aquí, no te preocupes. Voy a ser ese papá que siempre mereciste tener y no tuviste mi amor. Te amo demasiado princesa—

—Yo también, papi— Respondió Lili, abrazándolo con fuerza.

Betty también estaba llorando detrás de ellos. Ella nunca llegó a imaginar que Jughead iba a ver a Lili como si fuera su propia hija y que la amara como tal.

—Amor... — La llamó Jughead, acercándose aún con Lili en brazos. —¿Qué tienes? ¿También quieres un abrazo preciosa?—

Betty soltó una risa, limpiandose las lágrimas y se abrazaron los tres; En ese momento llegó Archie con el pequeño Diego y cuando ellos tres bajaron del segundo piso para recibirlo, lo primero que hizo el niño fue acercarse a Betty con una rosa roja.

—Para tí— Dijo Diego, tendiéndole la rosa a Betty.

—Mi niño... Eres tan noble mi amor...— Admitió Betty, arrodillándose para abrazarlo y besar su mejilla. —Eres un niño maravilloso, estoy orgullosa de ti. Te amo chiquitín—

—Y yo a ti, mami— Contestó Diego, sin dejar de abrazarla.

—Entonces... ¿Para mí no hay ningún regalo?— Preguntó Jughead, divertido, acercándose con Lili tomada de manos.

Diego soltó una risa, separándose de Betty y mirando a su padre. —Es que tú me dijiste que fuera un caballero con las mujeres y tú no eres mujer—

Jughead rió y de repente tomó a los dos niños en sus brazos para llenarlos de cosquillas y besos. Él era felíz siendo papá, le gustaba ser papá.

Betty lo veía y cada vez más se convencía de que lo amaba, que estaba en el lugar correcto. Un lugar en el que la amaban a ella y a su hijita sin condiciones, en dónde había encontrado un hogar, una familia.

—¿Quien quiere salir a comer pizza?— Preguntó Jughead, sin soltar a los niños.

—¡Yo!— Respondieron los dos pequeños al unísono.

—¿Y qué dice mamá?— Le preguntó Jughead a Betty, mirándola.

Betty asintió con una sonrisa. —Vamos, pero yo conduzco—

Así fue; Betty fue quien condujo hasta la pizzería favorita de los niños, en dónde fue la fiesta de cumpleaños de ambos. Pidieron una pizza grande y otra más pequeña por el voraz apetito de Jughead y Diego, pero lo importante es que la estaban pasando bien como una familia, como lo que se consideraban, como lo que se sentían ser.

—Papi...— Lo llamó Diego, mirándolo mientras se tomaba una malteada.

—Queremos pedirte algo— Habló Lili, mirándolo también.

—Los escucho— Contestó Jughead, con toda su atención en ellos.

—Hemos estado pensando y...— Empezó Lili.

—Queremos un perro— Terminó Diego.

Jughead sonrió, divertido. —Niños... Me gustan los perros pero... No tienen edad para asumir responsabilidades como la que es tener un perro—

—Pero papi...— Protestó Lili.

—Lo vamos a cuidar— Aseguró Diego.

Betty suspiró y miró a Jughead. —Al menos promete que lo pensarás—

Jughead asintió, mirando a su novia. —Si, lo pensaré—













 —Si, lo pensaré—

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Samy ❤️

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora