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—Si... Pero siempre va a ser mi niña pequeña igual que tú, Sam— Aseguró Jughead, caminando por el pasillo con la niña en su espalda. —Tu y Lili siempre serán mis niñitas, mis dos princesas—

Samantha soltó una risa. —Eres el mejor papá del mundo—

—Los amo con todo mi ser, a los cuatro— Dijo Jughead, bajando las escaleras con su hija aún en su espalda y llegando a la cocina. —¿Que es lo que mi niña quiere?—

—Quiero yogurt— Respondió Samantha mientras su padre la dejaba en la encimera de la cocina.

—Ya va— Avisó el ojiazul, abriendo el refrigerador para sacar el yogurt, servirlo en un vaso y pasárselo a su hija.

—¡Hola familia!— Habló Betty, entrando a la casa con una caja de pizza en mano.

—¡Mamá!— Chilló Samantha, bajando de la encimera de la cocina para correr hacia su madre con los brazos abiertos.

—Mi hermosa muñequita... — La recibió Betty, besando su cabeza. —Traje pizza de vegetales—

—Rico— Admitió Samantha con una sonrisa.

—Mi amor...— La llamó Jughead, acercándose y besando sus labios. —Bebé... Estaba preocupado. Pensé que te había pasado algo—

—Juggie... — Contestó Betty, dejando un beso corto en sus labios. —Estoy bien, estoy de maravilla. No te preocupes—

—Ya paren de besarse— Exigió Samantha, cubriéndose los ojos.

Betty y Jughead soltaron una risa, mirando a su hija con una sonrisa.

—Vamos a la mesa a comer pizza con papi princesa— Invitó Betty, tomando la mano de la más pequeña.

Comieron unas porciones de la pizza que había llevado Betty y empezaron a ver la TV pantalla plana en la sala cuando llegaron Lili y Diego de sus citas.

—Mis bebés... ¿Cómo les fue?— Les preguntó Betty, mirándolos con una sonrisa.

Diego se encogió de hombros. —Estuvo bien—

—¿Ese muchacho Noah se portó bien con mi hija?— Preguntó Jughead con interés.

—Claro— Aseguró Lili, algo sonrojada, con una sonrisa.

—Te pusiste roja— Se burló Samantha con diversión.

—¿Y por qué te pones rojita hija?— Preguntó Jughead con una ceja alzada.

—Ya déjenla— Exigió Betty, soltando una risa. —Chicos, hay pizza en la cocina, si quieren ponganla a calentar en el microondas—

Los dos hijos mayores asintieron y fueron a calentar la pizza. Más tarde, ya cada quien estaba en su espacio, preparándose para la hora de dormir.

Pero Betty quería pasar antes por la habitación de su hija, por lo que se acercó y tocó la puerta.

—¿Quien?— Preguntó Lili desde el interior de su habitación.

—Soy yo, soy mamá— Contestó Betty desde afuera. —¿Puedo pasar bebé?—

—Ah, claro mami— Aceptó Lili.

Betty abrió la puerta de la habitación de su hija y la encontró sentada frente al espejo, cepillando su largo cabello rubio exactamente como el de ella. Mientras más maduraba, más se parecía a ella.

—¿Puedo peinarte chiquita?— Preguntó Betty, acercándose a ella y acariciando su cabello.

—Claro mamá. Cómo cuando yo era pequeña— Admitió Lili, con una pequeña sonrisa, pasándole el cepillo a su madre.

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora