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Jughead tomó aire, mirándola, incrédulo. —No se qué decir. Hay muchas cosas que no me estás contando, Betty. ¿Aún no confías en mí?—

—Jug... No es eso— Negó Betty. —Yo...

—Oye— La interrumpió, posando una mano en su mejilla. —Este no es momento para hablar. Lo importante ahora mismo es la salud de Lili y nada más—

Betty sonrió, mirándolo. —No sabes cómo agradezco este gesto tan lindo. Lamento no haber podido salir contigo hoy—

—Betty, por favor...— Respondió Jughead, sonriéndole levemente. —Yo también tengo un hijo. Los hijos están primero. Ahora, repito... Lo primero, lo más importante ahora es la salud de Lili, vamos con ella—

Betty sonrió una vez más y ambos volvieron a la habitación en la que estaba Lili. Kevin la estaba haciendo reír, jugando con el peluche que recién Jughead le había regalado.

—Veo que ya estás mucho mejor mi amor— Admitió Betty, sentandose al borde de la cama con su hija.

Lili la miró con una pequeña sonrisa. —El tío Kevin me hace reír mucho—

—Soy el tío favorito— Aseguró Kevin, con una sonrisa de superioridad, dejando el peluche sobre la cama.

Jughead se acercó a Lili y la miró. —Pequeña... Prométeme que no vas a volver a enfermarte. ¿Si?—

Lili asintió. —Lo prometo—

Jughead sonrió y se acercó a besar su frente. —Bien, solo vine a ver cómo estabas. Voy a buscar a Diego al colegio—

Lili abrió bien grandes los ojos. —¿A Diego? ¿Puedes traerlo para que me pase la tarea? No pude ir hoy porque me enfermé—

Jughead asintió, sonriéndole. —Claro princesa. Lo traeré para que te pase la tarea—

—Gracias— Agradeció Lili, con una dulce sonrisa.

Jughead le sonrió y miró a Betty y a Kevin. —Nos vemos, voy a traer a Diego para que le pase la tarea a Lili—

—Esta bien, cuídate— Pidió Betty, sonriéndole.

—No tardes— Pidió Lili.

—No lo haré— Negó Jughead, saliendo de la habitación.

Kevin tomó aire y miró a Betty. —No me cae tan mal—

—Kevin...— Lo llamó Betty en advertencia.

—¿Qué? Me cae mejor que todos tus pretendientes— Admitió el chico.

—Jughead es bueno— Aseguró Lili mientras jugaba con el peluche que le dió el mencionado.

—¿Y te cae bien, pequeña?— Le preguntó Kevin.

Lili asintió. —Quiero que sea el novio de mami—

—Lili...— La regañó Betty, mirándola, seria. —Eso no, Jughead es amigo de mami—

—La que no puede tener novio aquí eres tu— Advirtió Kevin.

—Ay qué asco— Contestó Lili, cubriéndose la cara con la cobija.

—Kevin, deja a la niña— Exigió Betty, divertida.

Jughead salió de la casa de las rubias y se sentía mejor, porque sabía que Lili iba a estar bien. No explicaba el alivio que sentía al saber que la niña se iba a recuperar.

Entró a su auto y condujo directamente hasta el colegio de su hijo. Estacionó el auto, bajó de él y visualizó a su hijo acercándose, con la mirada baja, desanimado.

Mi Otra Mitad "Bughead"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora