1.10

1.2K 134 0
                                    

Jimin


Luego de terminar una de mis clases voy a las duchas que pueden ser utilizadas por todos los estudiantes.

El golpe en mi rostro duele un poco y agradezco mucho el que Siwon, mi jefe, haya intervenido.

Entro a las duchas, dejo caer mi mochila al suelo y luego comienzo a retirarme la ropa.


Me retiro mi chaqueta, luego mis zapatos, seguido por mi pantalón y calcetines, retirando por último mi camisa, dejando solo mi bóxer. Cuando estoy a punto de tomar asiento sobre la banca de metal, una voz me interrumpe y llama mi atención.

-No te detengas. ¿Por qué lo haces? -verbaliza. -Continúa lo estoy disfrutando -escucho.

Mi piel se eriza al instante.


Giro mi rostro hacia la izquierda y veo la silueta de alguien sentado en otra banca, abro bien mis ojos y consigo distinguir de quien se trata.

-Hola, hermoso -me saluda.

Maldición, es Jungkook. Recojo mi camisa que está en el suelo y me la coloco rápidamente.

-Tranquilo -me pide mientras me cruzo de brazos y lo observo.

-¿Qué mierda haces aquí, y por qué entras a todos lados como si todo te perteneciera? -lo cuestiono.

Una sonrisa ladina y burlona se posa en su rostro.

-Y no me llamo hermoso -protesto.

-Quería ver como estabas por eso vine hasta aquí, pero creo que puedes proseguir con lo que hacías, es mucho más interesante y me deja en claro lo bien que estas -dice, para luego relamer sus labios sin dejar de mirarme.

Siento su mirada recorriendo mi cuerpo, deteniéndose en mis muslos, veo como muerde la comisura de su labio, y recuerdo que lo único que llevo puesto es mi bóxer y la camisa que deja al descubierto mis muslos. De inmediato, me siento sobre la banca para relajarme un poco.

-¿Qué mierda se supone que ves, Jungkook? -lo interrogo furioso y nervioso.

Se pone de pie y camina hasta llegar a la banca en la cual estoy sentado, se queda en pie mientras observa los casilleros de los jugadores de futbol.

-¿Qué haces aquí? -pregunto con voz cansada.

-Solo quería ver como estabas, hermoso -contesta.

Gira su rostro y me mira, desvío mi mirada y coloco mis manos sobre mis muslos.

-Ya viste que estoy bien, ahora te puedes ir. Necesito ducharme e ir a mi trabajo -parloteo.

Muevo mi rostro dejando a la vista el golpe en la comisura de mi labio.

-¿Qué es eso? -me cuestiona, molesto.

Se acerca a mí, toma mi barbilla y me obliga a mirarlo.

-No es nada -respondo.

Con la mano que no sostiene mi barbilla lanza un fuerte golpe sobre uno de los casilleros, provocando que me sobre salte un poco.

-¿Quién te hizo eso, Jimin? Habla -me exige, acercándose de manera intimidadora a mí, haciendo que haga mi cuerpo para atrás mientras permanezco sentado sobre la banca.

-Yo... no lo sé, Jungkook. Su rostro estaba cubierto -contesto con voz temblorosa.

Me obliga a ponerme de pie para poder observar mejor el golpe en mi labio.

-¿Dónde y cómo sucedió? -continúa con sus preguntas, mientras sus ojos no se despegan de mis labios.

-Salía del trabajo -musito.

-Una vez más -espeta, molesto interrumpiéndome.

-Un hombre con su rostro cubierto se detuvo frente a mí. Cuando salí de la tienda, me tomó fuertemente de la mano, intentaba obligarme a ir con él, como pude forcejee un poco y de esa manera conseguí este pequeño golpe -comento. -Siwon, seguramente escucho los bruscos movimientos, me ayudó, y lo único que recuerdo haber visto fue una marca extraña en su mano -culmino.

-¿Dijiste una marca?

Asiento.

-¿Cómo? -indaga.

-Una serpiente, parecía una quemadura, como lo que hacen con los animales -digo.

Se separa de mí, y aprovecho esa oportunidad para ir por mis pantalones y colocármelos. Saca su móvil y habla con alguien que no tengo la mínima idea de quién puede ser. Termina su llamada, toma asiento en la banca, me observa y palmea el otro extremo de esta.


Capto su indirecta y me siento a su lado.

-¿Y ahora quién fue? -indago, observando el suelo-. ¿Una de tus mujeres o los tipos que me persiguen?

-Me creerías si te digo que no fueron ninguno de los dos, Jimin.

Lo observo con cierto desconcierto en mi rostro. Niego.

-Explícate -le pido.

-Si todos supieran que eres mi pareja, esto no pasara tan seguido -dice de manera seca.

-Eso sería una completa locura -susurro bajando mi mirada hacia mis dedos, los cuales, muevo sin parar, me he puesto nervioso por alguna extraña razón.

-Pero esa locura te mantendría a salvo por completo -lo escucho decir.

Trago grueso y alzo un poco mi rostro, observando los casilleros.

-Se mi pareja, Jimin -me pide de nuevo, toma mi barbilla y me hace mirarlo.

-No -digo sin siquiera pensar en mi respuesta.

-¿Por qué?

Su rostro expresa curiosidad y enojo a la vez.

-Porque no es lo correcto, mierda. Jungkook -inhalo y ambos hacemos contacto visual. -Esto no es un puto juego, no puedes aparecer de la nada en mi vida, ponerla patas para arriba, hacer que me persigan personas que nunca en mi vida he conocido para matarme. No entiendo una mierda de esto, y juro que lo intento. Y ahora me pides que sea tu pareja -culmino, luego de haber hablado lo más rápido que lo he hecho en lo que llevo de vida.

-Entiendo tu enojo hacia mí, Jimin, pero te juro que el que aceptes ser mi pareja te beneficiara.

Sonrío sarcásticamente luego de haberlo escuchado.

-Y si hay un culpable en todo esto, eres tú -me señala.

-¿Yo? -pregunto sorprendido, señalándome a mí mismo.

-Así es, sino fueras tan hermoso, no hubieses llamado mi atención.

-Esa es la peor excusa que te he escuchado decir, y la respuesta sigue siendo no -lo confronto y le aclaro.

-Jimin, jamás te forzaría a tener algo conmigo. Solo finge ser mi pareja y te prometo que todos estos ataques cobardes se detendrán -su voz suena segura y confiable, y eso me pone a dudar en la toma de mi decisión. -Piénsalo Jimin, pero que sea rápido, antes de que pierdas tu vida -se pone de pie dándome la espalda.

Suspiro, necesito la maldita protección, necesito que los ataques se detengan. No quiero morir y dejar sola a mi hermana, la simple idea fabricándose en mi cabeza hace que mi corazón duela.

-Jungkook, espera -murmuro.

-¿Qué?

Gira su rostro y me observa sobre su hombro.

-Está bien -bajo mi mirada.

-¿El qué? -me pregunta, girando sobre sus talones.

-Acepto -digo entre dientes.

Lo único que quiero es seguir viviendo para poder ver crecer a mi hermana.

-¿Aceptas el qué?

Alzo mi mirada y él solo alza sus cejas esperando por mi respuesta.

-Acepto ser tu pareja.

Asiente y deja salir un pequeño suspiro.

-Desde ahora tú y yo somos pareja -ríe burlonamente.

-Maldito lunático -susurro.

Se acerca a mí.

-¿Has escuchado hablar sobre el narcotraficante más rico y poderoso de todo Seúl?

Asiento.

-¿Por qué esa pregunta? -lo cuestiono luego de asentir.

-Porque desde ahora eres su pareja -acota, se aleja de mí y va directo a la puerta-. Una cosa más.

Giro un poco mi rostro para observarlo.

-Vas a mudarte conmigo.

Me pongo de pie y agito mi cabeza de un lado a otro, oponiéndome a esa idea.

-No está a discusión. Fingirás ser mi pareja, debes vivir conmigo, ya dije que no te obligare a nada.

Lo miro desde lejos absorto.

-No puedo -digo como un robot.

-Si puedes, así que deja las excusas -me pide.

-Tengo una hermana, Jungkook -confieso.

-Bien, también puede vivir en mi casa, eso no es un impedimento.

-Pero...

-Me largo, tengo asuntos que atender. Te llamaré -me interrumpe y luego se marcha.

Me dejo caer en la banca, pienso en que le diré a Taehyung. Cierro mis ojos y empiezo a debatirme en si aceptar su propuesta fue la mejor decisión que puede haber tomado.


Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora