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Jungkook


No tengo idea porque me he ofrecido voluntariamente en acompañar a Jimin a ese maldito evento de su hermana.

Después de todo no resulto tan aburrido, pero si mal, iba a resultar mal en cuanto lo vi con el mismo idiota, abrazados.

Me acerco a ellos con su hermana, y le ordeno que entre a la camioneta para poder charlar con el chico.

-Es la segunda vez que interrumpes -suelta el chico molesto.

-Eso no fue lo que dijo Jimin ¿o sí? -verbalizo de manera sarcástica.

-Por qué no simplemente lo dejas en paz -se dirige a mí-. Deja que siga su vida.

-Solo lo protejo, y sino te gusta lo que hago es tu problema, no el mío -añado a la defensiva. -No sé porque sigo perdiendo el tiempo con un chico como tú -hago una pequeña pausa. -Ahora si me disculpas tengo cosas más importantes que estar perdiendo mi tiempo contigo -me doy la vuelta y antes de empezar a caminar hacia el vehículo, giro mi rostro y me dirijo al chico una vez más-. Sea lo que sea que tengas con Jimin. Olvídalo, Taemin.

Se sorprende luego de haberme escuchado pronunciar su nombre. Sí, lo investigué, necesitaba saber que clase de chico estúpido es.

Entro al auto, Jimin e Iseul están en el asiento trasero, él no dice una sola palabra al contrario desvía su mirada evitando la mía.

-Tengo hambre, puedes llevarme a comer -me pide la niña.

Alzo mi vista y la observo por el espejo del retrovisor.

-Llegaremos a mi casa pronto y podrás pedir todo lo que quieras. Ahora se obediente y cierra la boca en lo que resta del camino -espeto, intentando no sonar duro.

La pequeña ve a su hermano y luego asiente.

Llegamos a mi casa, la niña está asombrada, mira todo con asombro y admiración.

-Jiminie, es hermosa parece un castillo gigante y elegante -dice, refiriéndose a mi casa.

Jimin sonríe al ver a su hermana feliz.

-¿Te gusta, mocosa?

-Sí, es hermosa -contesta emocionada. -Jiminie, de ahora en adelante debes traerme seguido -se dirige a su hermano.

-Bueno, Iseul. Está no es mi casa así que no puedo hacer lo que yo quiera, debes hablar con el dueño. No lo crees -responde Jimin.

Estoy molesto y me molesta mucho más el saber que no tendría por qué importarme ya que, es un simple chico al que estoy tratando de mantener con vida.

-Como te gusta tanto de ahora en adelante viviras aquí, y podrás pasar todo el tiempo con Jimin -suelto de sopetón.

La pequeña comienza a saltar emocionada, el rostro de Jimin es indescifrable, su celular suena y lo atiende.

-Debo salir por un momento, son asuntos de la universidad. Iseul, ve adentro, dile a Rose que te muestre la casa, regresaré pronto -le ordena a su hermana, la cual entra rápidamente a mi mansión.

-Iseul, vivirá con nosotros desde ahora -le hago saber.

-Gracias por consultármelo antes, Jungkook -dice en tono desagradable.

-¿Qué mierda quieres, Jimin? -lo cuestiono molesto-. Te la pasas quejando porque no ves a tu hermana y ahora que la traigo para que esté cerca de ti, simplemente te molestas.

-Sí, extraño a mi hermana, y en serio agradezco que la quieras tener cerca de mí, pero dime, Jungkook, que debo decirle cuando me pregunté por los hombres armados que cuidan tu casa. ¿Qué se supone que le diga cuándo te vea con tu arma? -me cuestiona-. Dímelo, ya que parece que crees tener todo bajo tu maldito control.

Me quedo en silencio ya que no encuentro con que responder sus preguntas.

-Volveré lo más pronto posible, trata de no matar a mi hermana -me pide, y luego se marcha dejándome molesto.

Odio que me desafíe y tengan la razón, no se cómo lidiar con una niña, saco mi celular y le marco a Hoseok.

-Necesitaremos un nuevo sistema de seguridad. La hermana de Jimin vivirá en la mansión desde ahora, necesito que todos sean discretos para que la mocosa no se asuste y Jimin no intente armar una guerra contra mí. Comunícaselo a Nam y que él le comunique a los demás -le ordeno.

Cancelo la llamada y entro a la casa, la niña tiene una chocolatada en sus manos y una pequeña galleta en sus labios. Viéndola detenidamente además de tener el mal carácter de Jimin, tiene sus hermosos ojos.

-¿Quieres un poco de chocolatada? -me ofrece la pequeña, extendiendo su vaso hacia mí.

-Odio la chocolatada -contesto.

La niña lleva el vaso a su boca y le da un sorbo.

-Ahora sé por qué Jiminie no me ha hablado de ti -dice la pequeña sentándose en el sillón frente a mí.

-Y según tú, mocosa ¿Por qué no te ha hablado de mí?

-Eres frío, aburrido, tu mirada es realmente intimidante, quieres que todos hagan lo que tú dices. Eres muy malo para tratar a las personas, eres justo el tipo de persona que Jiminie, detesta -responde a mi pregunta sin problema.

Sonrío y es que los comentarios de una mocosa no me van a afectar en lo absoluto.

El tiempo pasa rápido. Tomo mi celular y le marco a Jimin.

-¿Dónde se supone que estás? Tu hermana se quedó dormida.

-No puedo hablar en estos momentos, Jungkook. Llévala a una habitación y por nada del mundo la despiertes -lo escucho decir.

-Jiminie, la caja -consigo escuchar.

Y al instante se que esa es la voz del tipo de la tienda, que parte de "no debes trabajar" no entendió. Cuando esta por decir algo cancelo la llamada.

Tomo las llaves de mi auto y antes de salir le doy órdenes a Hoseok.

-Lleva a la mugrosa a una habitación, y no la despiertes.

-¿A dónde te diriges? ¿Quieres que alguien te acompañe? -pregunta.

Niego.

-Voy por Jimin, y sobre compañía llevo lo necesario -cargo mi arma luego le coloco el seguro, la guardo en la parte trasera de mi pantalón para luego ocultarla con mi chaqueta.

Llego a la tienda en la que Jimin trabaja, fue ahí la segunda vez que lo vi. Entro a la tienda y lo busco con la mirada hasta que lo encuentro. Está atendiendo la caja, camino hasta esta y me paró frente a ella, los chicos que trabajan en la tienda saben quién soy, conocen todo tipo de rumor acerca de mí.

Jimin atiende a un chico, luego de que él cliente se marcha me dirijo a él.

-¿Qué parte de no trabajes no entiendes?

Alza su mirada encontrándose con la mía.

-Jungkook, ¿qué haces aquí?

-Eso me pregunto yo ¿Qué haces aquí, Jimin?

Los chicos solo observan sin decir una palabra.

-Sal de aquí ahora mismo, rápido. No me obligues a sacarte a la fuerza de esta mierda -le ordeno.

-No puedes obligarme -intenta defenderse.

-Claro que puedo -le aclaro.

Lo tomo con mi mano izquierda y con la derecha busco mi arma.

-Tú -apunto a su jefe-. Si vuelves a darle trabajo, juro que vendré y quemaré esta mierda ¿me entendiste?

El amigo de Nam. Asiente.

-Entra al maldito auto, Jimin -le pido.

Guardo el arma y entro al vehículo después de él.

-Tú eres... no sabes lo mucho que te odio, estás por arrebatarme todo lo que es normal. Primero mi vida, luego mi casa junto con mi hermana, después me impides que trabaje y por último haces cualquier cosa para que me aleje de Taemin. ¿Por qué no simplemente acabas con esto, Jungkook? porque juro que no creo poder soportar más tus reglas de mierda para poder sobrevivir -se desahoga, mientras conduzco haciéndome enfadar aún más.

-Sabes que puedo matarte por hablarme de esa forma ¿no es así? -le recuerdo. -¿Por qué simplemente no haces las cosas sin poner peros? ¿Por qué siempre tienes que cuestionar y contradecir lo que te pido que hagas? Todo esto sería más fácil si pones de tu parte -hago una pausa y continuó. -Crees que quiero tenerte en mi casa, crees que quiero tener a una pequeña mugrosa gritando en mi casa todo el puto día. Créeme que no eres el único que quiere que esto se acabe, Jimin, pero mientras no me asegure de que estás a salvo, harás todas y cada una de las cosas que te ordené, te guste o no -concluyo.

Llegamos a la casa, bajo del auto y me dirijo hasta la puerta del acompañante esperando a que él baje.

-Sal del auto -le ordeno.

Abre de mala forma y azota la puerta al cerrarla.

-Entra al puto auto, Jimin. Sal del puto auto, Jimin, que....

Estoy harto de escucharlo hablar, solo veo sus hermosos y carnosos labios moverse, no sé cuando es que mis labios atrapan los suyos, lo único que sé es es que él no tarda en corresponder mi beso.
Me separo de él lentamente, abro mis ojos para mirarlo y no evito sonreír ya que él aún tiene los suyos cerrados.

-En silencio y sonrojado te ves hermoso -susurro.

Me alejo de él y antes entrar a la casa le ordeno que entre.


Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora