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Jimin


-¿Qué haces aquí? -pregunto con voz adormilada, luego de reconocer a la persona que se encuentra en mi habitación. -Lárgate -le pido serio.

-Espera, pasaba por aquí y he decido ver cómo te encuentras -dice.

-¡Vete! -exclamo.

-Ssshhh, baja la voz -me ordena.

Me pongo en pie y recuerdo que no me retire la ropa que utilice ayer, empiezo a caminar arrastrado mis pies hasta donde Jungkook se encuentra.

Cuando estoy frente a él, alzo mis brazos y coloco mis palmas sobre sus duros y fortalecidos pectorales.

-No creí que fueras tan directo -sonríe con malicia mientras alza su ceja izquierda.

-Ni en tus sueños, lunático -lo observo molesto. -Lárgate -le exijo, empezando a empujarlo hacia la puerta de mi habitación.

-Basta, Jimin. No hay nadie en casa solo somos tú y yo -dice guiñándome su ojo derecho, para luego alzar sus brazos y colocar sus manos sobre mis muñecas.

-Suéltame -digo exaltado.

-Por supuesto -se dirige a mí con una mirada extraña.

Retira mis manos de sus pectorales y da un paso hacia atrás.

-Jungkook, es en serio. Lárgate -le pido de nuevo, dando un paso hacia el frente.

Cuando se percata que estoy por colocar mis manos sobre su pecho de nuevo, se hace hacia atrás, bajo mis brazos un poco y esta vez coloco las palamas de mis manos sobre su abdomen, presionándolo un poco.

-Mierda -se queja.

Retiro mis manos de su abdomen al instante.


Lo veo por unos segundos, desvía su mirada y la lleva hasta el techo de mi habitación, mechones de cabello desordenados caen sobre su frente, su respiración luce agitada, intenta retroceder, pero se detiene en el momento que se queja nuevamente, llevando una de sus manos hasta su abdomen.

-¿Estás bien? -lo interrogo, acercándome a él.

-Sí, no es algo que importe -contesta.

-Quiero ver -señalo con mi mano derecha su abdomen.

Me mira confundido.

-Déjame ver, alza tu camisa, quiero ver -insisto.

-Ya te dije que no es nada -replica, molesto.

-Bien, entonces si no es nada vete, ya viste que estoy bien, ahora largo -alzo mi mano izquierda y señalo la puerta de mi habitación con mi dedo índice.

Conecta su mirada con la mía, sus dientes empiezan a rechinar debido a la fuerte presión que ejerce a su mandíbula. Me observa con enojo en sus mirada lo cual no me importa en lo absoluto, no lo quiero cerca de mí, pero si está lastimado no puedo negarme a brindarle mi ayuda.

Desciende su mano y empieza a sacarse la camisa de su pantalón, cuando lo ha conseguido, empieza a alzarla lentamente mientras lucha por retener algunos sonidos de dolor en su boca. Me agacho un poco para ver su abdomen mucho mejor, pero me quedo helado, maldita sea, trago grueso al ver el hermoso y fornido cuerpo de Jungkook.

Tiene un abdomen bien formado y trabajado, su v que se pierde al inicio de sus pantalones y su ropa interior, estoy sin palabras. Ni siquiera me importa buscar un golpe, ya que estoy babeando como idiota admirando su cuerpo.

Alzo mi mirada y veo sus hermosos ojos color negro, los cuales, me miran llenos de ira y confusión mientras frunce su ceño.

-¿Te parece bien lo que miras, Jimin?

Ignoro por completo su pregunta.


Mis mejillas arden, sé que me he sonrojado, mi atrevimiento ha sido demasiado, bajo mi mirada de nuevo y carraspeo mi garganta.

-Necesito que te retires la camisa -le pido para poder tener una mejor visión, ya que la lampara de mi habitación no alumbra lo suficientemente fuerte.

-Estas siendo muy atrevido ahora -dice, empezando alzar su camisa.

-Solo hazlo -le ordeno disgustado.

-Apresúrate, no tengo tu tiempo, envejeceré sino te apresuras, Jimin.

Bufo al escuchar lo que me dice, observo mejor y me percato del hematoma que presenta al lado de las cotillas el cual, esta comenzando a cambiar de color tomando uno morado.

-Mierda, espera aquí -le pido, luego de ver su hematoma.

Entro al baño de mi habitación y tomo lo que creo que me sera necesario, regreso y veo como Jungkook recorre con su mirada mi pequeña habitación.

-Muy bien, te colocare esta crema que te ayudara a aliviar el dolor.

Tomo el bote de crema y coloco un poco en uno de mis dedos, llevo mi mano hasta la zona donde se encuentra el moretón y con mi dedo lleno de crema comienzo a esparcirla por todo su moretón suave y delicadamente, escuchando los suspiros de Jungkook.

Sin ninguna intención de lastimarlo, presiono un poco y escucho un fuerte quejido de su parte, aparto mi mano molesto, lo miro fijo y vuelvo a acercar mi mano a su hematoma.

-Déjalo así -espeta.

-Ni lo pienses -reprocho, para proseguir esparciendo la crema en su abdomen-. Listo.

Me pongo de pie aun quedando frente a él.

-Por fin -sonríe.

-Se dice gracias.

-Gracias -verbaliza mientras me sonríe de la misma manera.

Está vez respondo a su sonrisa.


Se coloca su camisa de nuevo mientras sostengo la crema en una de mis manos.

-Por favor, vete -le pido esta vez con mi voz más suave.

-Le diré a Hoseok que envíe un par de hombres para que patrulle


tu casa.

Suelto un suspiro al escuchar su voz.

-Creí que ya estaba a salvo -hablo nervioso.

-Tranquilo, Jimin. No permitiré que te pase nada, haré todo lo que este a mi alcance para que estés a salvo -añade.

Escucho sus pasos dirigirse hasta la puerta de mi habitación.

-Nos vemos -se despide, para luego abandonar mi apartamento.


Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora