1.3

2.1K 185 1
                                    

Jimin


—Colócate el cinturón —me ordena con autoridad.

Lo veo de soslayo y decido ignorarlo.

Voy dentro del auto del lunático del restaurante con mi vista fija hacia la ventana, no quiero verlo, y es que el idiota me ha obligado a entrar a su vehículo.

Se detiene en un semáforo y se acerca a mi bruscamente dejando su rostro relativamente frente al mío.

—¿Qué haces? —lo cuestiono asustado.

Extiende su mano hacía la superficie de la cabecera del asiento, y tira de la cincha del cinturón con fuerza.

—Te dije que te colocaras el cinturón, pero al parecer te gusta desobedecerme —dice mientras abrocha el cinturón y no deja de mirarme.

—El semáforo está en verde —le aviso.

—Lo sé, hermoso —susurra.

Me guiña su ojo derecho y luego arranca.

—Por segunda vez, no me llamo hermoso —espeto disgustado.

Bufo y me cruzo de brazos.

—Soy Jeon Jungkook, un gusto conocerte, hermoso —se presenta.

—Eres sordo o realmente no te interesa lo que digo —hablo con desagrado.

—¿Dónde vives? te dejare frente a tu casa, hermoso.

—La siguiente cuadra, el edificio gris —miento.

Él se limita a asentir.

—Me llamo pa...

—Park Jimin —me interrumpe mientras sonríe.

—¿Cómo lo sabes? —pregunto.

Llegamos al edificio en el que vive mi amigo, Taehyung, ¿Qué mierda hacemos frente al edificio de Tae? Ah, sí, acabo de recordar que le miento al lunático. Vamos, Jimin, concéntrate maldita sea.

—Número uno; hermoso, tu jefe dijo que te llamabas Jimin, número dos; tu placa de identificación de la tienda dice tu nombre completo. Soy demasiado observador —contesta, ladeando un poco su rostro para luego salir del vehículo.

Intento abrir la puerta, pero no lo consigo ya que, tiene seguro.

—¿Quieres cenar conmigo, hermoso? —escucho su invitación.

Salgo del auto, y me quedo de pie frente a él.

—Gracias, pero no.

—Vamos —insiste.

—Te dije que no, no puedo y no quiero cenar contigo. Tengo muchas cosas importantes que hacer —me excuso, aunque la mayoría de las cosas son ciertas.

—Bien, ya entendí —dice mientras sonríe—. Pasare por ti mañana a las ocho de la noche.

Se acerca a mí de forma rápida y sin previo aviso deposita un beso sobre mi mejilla. Me alejo de él de inmediato un poco asustado.

—No, claro que no entendiste, dije que NO —recalco—. Acaso no escuchas lo que te digo, maldito loco.

Se detiene antes de entrar a su auto nuevamente, y me mira.

—Deberías cuidar como me hablas, debes saber que puedo cortar tu linda lengua si así lo quiero, hermoso —me amenaza.

—Eres un maldito loco —balbuceo. —Y solo para que sepas, Jeon Jungkook. Yo le hablo a la gente como quiero, y tú obviamente no serás la excepción —añado fastidiado.

Me doy la vuelta y comienzo a subir los escalones hasta llegar a la puerta y poder llamar por el intercomunicador, esperando que alguien atienda.

—Nos vemos mañana, hermoso —se despide.

Pongo mis ojos en blanco y espero diez minutos para poder dirigirme a mi casa y tener la dicha una vez más de abrazar a Iseul.

—Jimin-ssi —escucho la voz emocionada de mi hermana

—Princesa.

Extiendo mis brazos y ella se lanza a mí. La abrazo con un poco de fuerza y lleno de besos todo su rostro, le entrego la llave para que entre, se despide de Taemin y sube al apartamento.

—¿Esperaste mucho? —le pregunto a Taemin.

—Solo un poco —responde. —No te preocupes, minie, no me molesta hacerlo —agrega mientras me abraza.

—En serio te lo agradezco mucho, Taemin.

—Entra, ve a charlar con Iseul y descansa, nos vemos mañana —se despide y luego sube a su auto.

Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora