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Mientras Jeon, es sacado por los oficiales de su casa un rostro conocido aparece en la patrulla que será trasladado.

Jungkook no siente temor, el saber que Bobby, ha cumplido con su palabra lo alienta un poco más. Ninguno de los dos dice una sola palabra, tanto Jeon y el encubierto simplemente se observan seriamente como si no se conocieran.

Después que Bobby, introdujera al auto, lo mira con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Saldremos de esta -susurra encubierto, percatándose de como Jeon, mira por la ventanilla como Jimin, es detenido por uno de los oficiales para que no se acerque a la patrulla.

Jungkook se siente desfallecer al ver como las lágrimas del menor recorren su rostro. Ni siquiera sabe cómo es que Jimin, consigue burlar a los oficiales para acercarse a la patrulla en la que se encuentra.

-Voy a matarlos a todos -brama Jeon, al ver cómo unos cuantos oficiales tratan de atrapar a su ángel.

-Cálmate, no estás en una buena posición -le recuerda Bobby.

El infiltrado sale rápidamente de la patrulla y mira a Jimin acercarse a él con su respiración agitada, sus pómulos inflamados, sus ojos rojos, cabello desordenado y con pequeñas lagrimas secándose en sus mejillas. Cuando el rubio ve a Bobby, se queda estático, se detiene al instante olvidando que los oficiales lo perseguen.

-No lo toquen, déjenlo -habla fuertemente el infiltrado.

Los oficiales obedecen al instante ya que el rango de Bobby, es más alto que el de ellos.

Jimin, aún se encuentra estático, no puede dejar de ver a Bobby, ni siquiera sabe que pensar a cerca de él, acorta la distancia y se acerca al rubio.

-No debes pensar mal, aún estoy con Jeon -murmura, mirando hacia todos lados para no ser descubierto-. No puedo dejar que te acerques a él, podrían descubrirme.

Jimin, asiente débilmente.

-Todo estará bien, Jimin. Lograrás verlo pronto -le asegura Bobby.

El menor hipa, intenta controlarse, pero le duele el simple hecho de saber que está perdiendo a la persona que ama.

-Yo... -el llanto se hace presente.

Jimin se empieza a odiar a sí mismo por no poder controlar sus emociones.

-Tranquilo. Debes dejar de llorar, Jeon, no quiere verte de esta manera -le aconseja el infiltrado.

Bobby pasa uno de sus brazos por el hombro del menor para poder consolarlo, gira su rostro y observa como el fiscal se acerca a la patrulla a pasos largos y rápidos.

-Si vas a decir algo dilo ahora -le pide Bobby, ya que el fiscal se acerca cada vez más.

Jimin ve a Jungkook en la patrulla, mira como esos enormes ojos color negro lo ven a la distancia sentado en el asiento trasero del vehículo, sus manos esposadas tras su espalda y su rostro un poco pálido.

-Te amo. No te dejare solo en esto, haré lo que sea para que vuelvas a mi lado.

Las miradas de los se conectan, ambas pupilas dilatadas y completamente brillosas al observarse el uno al otro.

Jeon sonríe para el menor luego que ha escuchado lo que ha dicho. Bobby, toma la mano de Jimin, lo gira y lo observa molesto, el rubio no entiende porque la conducta del infiltrado ha cambiado hasta que se percata de la presencia de fiscal frente a ellos.
El menor trago grueso y su nerviosismo se hace notorio.

-Aléjese de esta área -ordena Bobby.

Jimin, asiente y camina hacia la puerta de la enorme casa blanca, toma a su hija entre sus brazos y coge una de las manos de su pequeño Dae, observando como la patrulla arranca y como Bobby, acompaña a Jungkook.
El menor sigue con la mirada el camino del vehículo hasta ya no ver más aquellas luces que alumbran el camino, acompañado del sonido de la sirena.

Injae, acomoda su cabeza sobre el hombro de Jimin, esta agotada de llorar al ver a su padre ser tratado de esa manera, uno de los agentes se acerca al menor.

-Jimin -lo llama.

El menor trata de ser educado, alza su rostro y observa al oficial.

-¿Me recuerdas? -lo cuestiona.

Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora