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Jungkook


Al llegar al local la mirada de Jimin es lo más hermoso que puedo ver, además de la linda vista que nos brinda la terraza.
Ambos tomamos asiento uno frente al otro, quiero saber un poco más sobre él así que, decido empezar una conversación.

-Cuéntame un poco más de ti, Jimin -le pido, haciendo que me vea.

-¿Dime qué es lo que quieres saber? -inquiere, mientras toma con una de sus manos el vaso que contiene agua.

-De ti, absolutamente todo -acoto.

Sus mejillas se sonrojan, puedo notarlo.

-Bien, ya sabes mi nombre, mi edad y que mi hermana es como mi hija -dice, mientras juega con los cubiertos que se encuentran en la mesa. -Mis padres fallecieron cuando tenía dieciocho años en un accidente de tránsito. Iseul, tenía 4 años, yo apenas empezaba mis estudios en la universidad, después que ellos murieron tuve que vender la mayoría de pertenencias que teníamos incluyendo la casa para poder pagar las deudas que mi padre había dejado -se detiene cuando mi amigo, Jay, se para frente a nuestra mesa y escucha su voz.

-Siento la interrupción -se disculpa Jay.

-Oh, está bien -masculla Jimin, regalándole una hermosa sonrisa.

-Espero lo disfruten -es lo último que dice mi amigo, para luego dejarnos solos nuevamente.

Jimin toma el cubierto, reúne un poco de comida y la lleva hasta su boca, comienza a saborear el bocado que tiene en su boca, cierra sus ojos y realiza un sonido, abre sus ojos observándome y se dirige a mí.

-Esta delicioso, debes probarlo.

Con su cubierto toma un poco de comida de mi plato, con cuidado coloca su otra mano abajo del cubierto por si se cae la comida del cubierto, mientras lo lleva hasta mi boca.

-Abre -me pide.

Cuando el cubierto con comida se encuentra en mis labios, abro mi boca y pruebo la comida tal y como Jimin me lo ha pedido.

-Sígueme hablando sobre ti -le pido una vez más, luego de haber degustado el bocado.

Asiente.

-Bueno, después que vendí la casa me mudé con mi mejor amigo, Taehyung, entre los dos pagábamos el alquiler del apartamento en el cual no vivo más. Él me ayudaba a cuidar de Iseul, pero la paga del alquiler aumento así que, ambos tuvimos que conseguir muchos trabajos a los cuales no permitían que mi hermana asistiera conmigo -se detiene para beber un poco de vino.

-¿Y entonces quién cuidaba de la mocosa? -pregunto.

-En la universidad conocí a Taemin, su madre y la mía eran buenas amigas, cuando le comenté mi situación, él no dudo en ayudarme cuidando a Iseul -responde.

Todo iba bien hasta que escuche mencionar al maldito de su amigo, haciendo que mi curiosidad aumente.

-¿Alguna vez saliste con él? -indago.

-¿Con Taemin? -duda, mientras yo asiento.

-Sí, demasiadas veces -contesta.

Presiono mi puño fuertemente.

-Taemin es muy bueno conmigo, pero nunca lo he visto como algo más, él es como la persona con la que siempre puedo contar, sin quitar que ama demasiado a mi hermana -agrega.

Se pone de pie y cada paso que da luego que se ha levantado es monitoreado por mí, sin perderme un solo detalle de sus movimientos.

Se detiene frente al mirador que se encuentra en el local, alza sus brazos hasta la altura de sus hombros y deja que el viento se detenga golpeando su cuerpo. Lentamente me pongo de pie y camino hasta él.

Cuando estoy atrás de él, llevo mis manos a su cintura la cual rodeo, mi barbilla la coloco entre su cuello y su hombro. Al sentir mis brazos enrollarse en su cintura baja los suyos y los coloca sobre mis manos, dejando salir un suspiro.

-¿Qué haces, Jungkook? -pregunta en un susurro.

-Dime que no quieres y me detendré -murmuro en la comisura de su oreja izquierda.

-Esto no está bien, Jungkook -dice.

-¿Por qué? -cuestiono, girándolo para poder quedar frente a frente, sin alejarnos el uno del otro.

Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora