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Takeshi


—Kenji —digo por segunda vez a través del aparato electrónico, esperando respuesta del que es mi mejor hombre y mi mano derecha.

—Estoy ocupado, ¿por qué insistes tanto en llamar? —me responde.

—Tengo una misión para ti —le expongo emocionado, con el simple hecho de imaginarme que pronto tendré el control sobre Jeon.

—Estoy en una misión con Jeon, ahora —suelta serio.

—Es en Jeon, que necesito que trabajes.

Camino lentamente hacia la enorme ventana que se está en la habitación.

—¿Qué es lo que quieres, Takeshi?, has estado llamándome todo el día, solo dilo de una vez por todas —escucho como presiona algunas teclas y suelta enormes suspiros de desesperación.

—Quiero que me entregues al chico de Jeon —verbalizo.

Escucho el sonido de una silla siendo arrastrada por el suelo, mientras el carraspea su garganta.

—Tienes a Injae, ¿no es así? —me cuestiona molesto.

Guardo silencio por unos segundos, perdiéndome en la hermosa vista desde la ventana.

—¡Responde! —me exije exaltado, Kenji, provocando que aleje un poco el celular de mi oreja.

—Cuida la forma en la que me hablas —lo reprendo tranquilamente, mientras camino hasta la silla que está frente a mi escritorio.

—Esa es tu insistencia en contactarme. Responde de una puta vez.

Conozco a Kenji a la perfección y sé que está molesto.

—Si hubieras decidido atender una de mis cuantas llamadas la niña estaría junto a Jeon y no junto a mis hombres

Tomo un cigarrillo, lo llevo a mi boca y luego lo enciendo.

—Estaba en una reunión junto a Jeon —responde mientras golpea algo.

—¿Acaso se te ha olvidado para quien trabajas? —pregunto, luego de inhalar un poco de nicotina.

—Ese no es el punto, Takeshi —gruñe Kenji.

—Trabajas para mí, estas junto a Jeon porque somos socios. No lo olvides.

Dejo escapar la nicotina de mi boca, luego de recordarle que trabaja para mí.

—¿Socios? —se burla, haciendo que abra un poco más mis ojos.

—¡Crees que Jeon será tu socio, luego de enterarse que raptaste a Injae! —grita molesto.

—Yo quería a su pareja, pero el único que hace las cosas a cabalidad, eres tú —digo intento elogiarlo para que se relaje un poco.

—Date por muerto —susurra Kenji.

—Si yo muero tú también, trabajas para mí, y me entregaras a la pareja de Jeon, quieras o no —hablo amenazadoramente, mientras coloco el cigarrillo en un pequeño tazón.

—Jeon, va a matarnos —menciona entre dientes.

—No si lo matamos primero —replico.

Tengo un plan y estoy seguro que compartirlo con Kenji será excelente.

—Dime lo que tienes en mente, Takeshi —pide Kenji.

—Simple, entrégame al chico de Jeon, de lo demás me encargo yo —me pongo de pie y acomodó mi saco frente al espejo.

—¿Qué ganamos? —pregunta.

—Todo el poder y dinero —respondo luego de acomodar mi corbata.

—Tenemos poder, y suficiente dinero —escupe Kenji un tanto molesto.

—Estoy harto de tus contradicciones, Kenji. Solo haz lo que te ordeno de una puta vez sin buscar una maldita excusa. Vas a hacer lo que te pido, recibirás una llamada de Kimoto, él tiene a la hija de Jeon, cuando tengas al chico se lo entregaras a él —le explico con diminuta cautela para que entienda y acate mis órdenes.

Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora