Enamorado De Un Narcotraficante

1.14

Jimin

Por la mañana, abro mis ojos con un poco de dificultad debido a la claridad de la luz del sol que atraviesa la ventana de la habitación. Estoy por ponerme de pie, pero siento unas manos rodeándo mi cintura.

No entiendo lo que sucede, se supone que está es mi habitación, por ende, nadie puede entrar aquí.

Comienzo a moverme para soltarme, pero no lo consigo.

-Deja de moverte -me ordena una voz ronca y adormilada.

Conozco esa voz, es la de Jungkook, retiro sus manos de mi cintura y me levanto de la cama.

-¡¿Por qué estás en mi habitación?! -grito.

Abre sus ojos y toma asiento en la cama.

-Veras, hermoso, como te explico -hace una pequeña pausa-. Esta es mi habitación.

-No, no, no... está es mi habitación, Jungkook -digo a la defensiva. -Hoseok, me lo dijo anoche -le recalco.

-Corrección, nuestra habitación. Eres mi pareja ¿lo recuerdas?

-Esto es una actuación, no tienes por qué dormir conmigo, Jungkook. Tu casa está repleta con hombres armados, solo dame otra habitación -espeto molesto.

Niega repetidas veces.

-La respuesta es no -puntualiza, acostándose nuevamente.

-Imbécil -musito.

Entro al baño de la habitación, cierro la puerta de un azote y tomo una ducha rápida.

Salgo de la ducha solo con una toalla cubriendo mi cintura y otra sobre mi cuello para poder secar mi cabello. Escojo la ropa, giro mi cabeza un poco para ver el otro extremo de la cama asegurándome de que Jungkook tenga sus ojos cerrados.

Me pongo de pie y comienzo a vestirme, cuando estoy listo acomodo mi cabello y me veo en el espejo para luego caminar hacia la puerta.

-Gracias por el espectáculo -escucho la voz de Jungkook, que me deja en claro que me ha observado todo el tiempo.

-Púdrete -menciono, mientras abro la puerta.

-Jimin, no tienes por que trabajar ahora que estás conmigo me encargare de ti -se dirige a mí. -Después de la universidad te quiero en casa, y no, no está a discusión -añade.

No pienso discutir por sus órdenes así que, lo ignoro y salgo de la habitación sin dirigirle la palabra.

Hoseok me lleva a la universidad y en todo el camino pienso en lo mucho que deseo golpear a Jungkook, quién se cree para decirme que no trabaje y que él se encargará de mí, cuando entre nosotros no existe absolutamente nada.

Llego al salón de clases, entro y diviso a Taemin, el cual alza su mano al verme.

-Jiminie -me saluda.

-Taemin.

-Minie, oye, te parece si salimos después de clases y me acompañas por Iseul y pasas tiempo con ella.

-Acepto -digo sin pensarlo.

Necesito pasar tiempo con Iseul, necesito poder abrazarla y mirarla de cerca.

Las clases terminan, llamo al número que Hoseok me dio, le digo que iré solo a casa de Jungkook.

Subo al auto de Taemin, mientras él sonríe grandemente al verme.

-¿A dónde iremos? -pregunto.

-A tu lugar favorito -responde.

Cualquiera pensaría que es un lugar lujoso, pero no, es un simple restaurante en el cual me siento realmente bien y Taemin lo sabe. Amo ese lugar y su rica comida.

Todos conocen a Taemin, Iseul, Taehyung y a mí, incluso saben lo que más nos gusta comer.

-¿Quién es él, Jiminie? ¿por qué no puedes estar con Iseul? ¿por qué no puedes salir como antes conmigo? ¿por qué no vives más con Taehyung? -me atiborra de preguntas mientras comemos.

Estoy harto de mentir, harto de no poder desahogarme con alguien, harto de hacerme el fuerte cuando lo que más quiero es que alguien me abraze fuerte y me diga que todo va estar bien.

-Confía en mí, Jiminie -dice.

Se levanta de su lugar y se sienta a mi lado, extiende su mano y toma la mía. Lágrimas comienzan a salir, me dejo caer en su pecho y empiezo a llorar como un niño. Taemin me arropa en sus brazos y lo hago, le platico absolutamente todo, me siento tan libre, pero a la vez no tengo valor de poder verlo de nuevo a la cara.

-Todo va a estar bien, Jiminie. Yo estaré para ti y para Iseul siempre -besa mi frente.

Salimos del restaurante y ahora nos dirigimos a recoger a Iseul. estamos cerca del lugar, le digo a Taemin que detenga el auto, bajo y le compro un oso, lo meto en la parte trasera y Taemin arranca.

Bajamos del auto, Taemin toma mi mano y la entrelaza con la suya. Iseul viene caminando tan linda y hermosa como siempre, alza su mirada y cuande me mira corre hacia a mí, suelto la mano de Taemin y corro hasta encontrarme con ella.

-¡Jiminie! -grita.

La abrazo con todas mis fuerzas mientras ella con sus pequeñas manitas limpia mis lágrimas.

-Mi linda, Iseul --articulo, llenando de besos su rostro.

Nos encaminamos al auto y cuando ve a Taemin suelta mi mano y corre a abrazarlo, aprovecho ese momento y saco el oso.

-Me encanto tu sorpresa, Taemin, gracias por traer a Jiminie.

Cuando Iseul ve el oso, sus labios forman una "o", subimos al auto y conversamos con Taemin. Cuando estamos cerca de la casa de Jungkook le digo que me deje unas calles antes para evitar algún mal entendido.

Antes de salir del auto me despido de Iseul sin despertarla, salgo del vehículo encontrándome de nuevo con la hermosa y cálida sonrisa de Taemin.

-Gracias por este día, Taemin. En serio lo necesitaba.

No dice nada, solo me abraza fuertemente dejando un beso en mi sien.

-Entra al auto, Jimin -escucho la voz de Jungkook.

Me separo de Taemin, y me giro sobre mis talones.

Tras el auto de Taemin se encuentra una camioneta, afuera en un extremo Namjoon, en el otro Hoseok y en el medio Jungkook con su ceño fruncido.

Me acerco al oído de Taemin, simulando un abrazo de despida.

-Estaré bien, te escribiré más noche. Dile a Iseul que la amo y que realmente siento no poder quedarme más tiempo con ella. Sobre lo que te conté es mejor que él no sepa que tú sabes la verdad.

Le doy un beso en la mejilla y me alejo de él.

Me dirijo hacia la camioneta de Jungkook, pero Taemin me detiene.

-Sabes que te quiero, Minie.

Asiento, Taemin posa sus labios cerca de los míos y no se aleja de mí.

-No me hagas ir por ti, Jimin. ¿Qué parte de entra al puto auto no entendiste? -habla Jungkook, furioso.

-No lo hagas más difícil -susurro.
-Vete -le pido.

Sube al auto y luego se marcha.

Llego a la camioneta de Jungkook, entro y no digo una sola palabra en el resto del camino.