2.23

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B.I



Son las once de la noche, mi celular suena, observo la pantalla, furioso. Estoy por mandar a la mierda a la persona que me llama a esta hora, pero cuando veo que el identificador dice Jimin, me siento en la cama y contesto rápidamente.

-¿Qué puedo hacer por ti, lindo? -atiendo coquetamente, mientras escucho como sorbe su nariz.

-Solo ven por mí de una puta vez, estoy en la esquina del centro comercial. Date prisa.

Me pongo de pie rápidamente, me coloco los zapatos, tomo una chaqueta y luego llamo a Mino.

-Quiero que estés atento por si es una trampa -le susurro a mi chico. -Voy por ti -digo, para luego cancelar la llamada.

Subo al auto junto a Mino, hasta llegar al lugar donde Jimin se encuentra.

Mino detiene el auto al observar a Jimin frente a nosotros, abro la puerta trasera y dejo que entre.
Sube sin decir una sola palabra, tomando asiento a mi lado, cierra la puerta de manera abrupta haciendo que Mino, me observe por el retrovisor para ver cuál será mi reacción.

-Podemos irnos -le ordeno a Mino, el cual al instante conduce-. Creo que...

-Estoy aquí, disculpa sino quiero hablar -me interrumpe el rubio, mientras se cruza de brazos.

-Todo cambiará, Jimin. Haré que te enamores de mí -es lo último que digo, para quedar en completo silencio. -No iremos a casa, iremos al hotel -le indico a Mino, el cual se desvía rápidamente.

Llegamos al hotel en el que me hospedo, le indico a Mino que le muestre su habitación a Jimin.
No intercambio ninguna palabra con él luego de lo poco que hablamos en el auto, sé que Mino conoce a Jimin ya que, había cuidado de él cuando se encontraba embarazado.

Bebo un poco, observo la habitación en la que Jimin está, encontrándome con un lindo chico dormido en la cama. Cierro la puerta lentamente y entro a la habitación en la que duermo, me retirola ropa y me dejo caer en la cama.

-Buenos días. Disculpa si te desperte, estoy acostumbrado a levantarme temprano por los mellizos -dice tímidamente, mientras cocina lo que parece ser son panqueques.

-Está bien -respondo, mientras tomo el plato que contiene dos panqueques.

Me siento frente a Mino, y desayuno lo que Jimin ha preparado, mientras escucho sus pasos en dirección hacia la mesa.

-Muchas gracias, Jimin -dice Mino.

-Oye, puedes comprarme un poco de ropa, no traje nada conmigo -me pide Jimin, jugando con sus dedos.

-Claro -musito.

Escucho el sonido de mi celular a lo lejos, Mino, corre hacia mi habitación y va por el celular.

-Diga -contesto al número desconocido.

-Voy a matarte si lo tocas -escucho.

Coloco el cubierto sobre el plato.

-Buen día, Jeon -saludo socarronamente.

-Eres un cobarde -suelta, molesto.

-No lo obligué, Jeon. Le di dos opciones y escogió una -le comento, mientras me pongo de pie.

Me retiro el celular del oído y me acerco a Jimin.

-Saldremos de compras, toma un baño -le ordeno.

Asiente y camina hasta su habitación.

-Nos vemos en dos horas afuera del restaurante que le compraste a Jimin. Parece que hay cosas que debemos aclarar, Jeon -cancelo la llamada-. Llama a Tao, y dile a los demás que los quiero listos.

Mino asiente, saca su celular y se comunica con los demás.


Salimos del hotel, vamos por la ropa que Jimin necesita, luego subimos al auto. Cuando el vehículo se estaciona frente al restaurante, el rubio, se tensa y me observa.

-Tengo cosas que hablar con Jeon -digo.

Cargo mi arma y la guardo en la cartuchera, bajo la atenta mirada de Jimin.

-Prometiste no matarlo -dice en un susurro.

-Y no lo haré, lindo. A menos que él me dé motivos -replico.

Salgo del auto, pero antes de eso le pido a Mino que se quede junto a Jimin.




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Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora