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Jimin


Iseul tiene unas tres semanas de vivir junto a mí en la casa de Jungkook. Cada mañana me despierto temprano para alistarla, preparo su desayuno y la merienda que lleva al colegio.

Los primeros días la molestia de Jungkook se hizo notar ya que, tenía el habito de abrazarme mientras dormía, luego se acostumbró y siempre hacía que le dejara de la comida que le preparaba a Iseul.

En estos momentos me encuentro en la habitación de mi hermana ordenando su ropa, molesto ya que cada vez que Jungkook, me besa para callarme o terminar una discusión, por las noches lleva a una mujer u hombre diferente.
La noche anterior había traído a una chica rubia.

Termino de doblar la ropa, la llevo entre mis manos y me encamino hacia el ropero, acomodo la ropa en las gavetas correspondientes y repentinamente escucho que alguien susurra mi nombre. Me giro y veo a Jeon.

-Muévete, estoy ocupado, Jungkook -digo molesto.

-Vamos, Jimin. Solo quiero matar el tiempo -dice relajado.

Lo miro con desagrado y me alejo de él como puedo.

-Estoy ocupado, Jungkook. Si quieres matar el tiempo llama a una de tus tantas zorras y listo -añado.

Tomo el cesto de ropa sucia y salgo de la habitación de mi hermana dejándolo solo.

Bajo las escaleras, saludo a Rose y me dirijo al cuarto de lavado, coloco el cesto en un banco y separo la ropa blanca y la de color. Agrego detergente y el cloro a su correspondiente máquina, introduzco la ropa, le doy empezar cojo el cesto sin ropa y me giro para poder salir encontrándome con una sombra. Abro mis ojos ampliamente hasta que distingo al responsable.

-Eres un maldito, Jungkook. Me asuste -me quejo.

Sigo mi camino hasta que sus fuertes y grandes manos me lo impiden.

-¿Qué crees que haces, Jungkook? -espeto a la defensiva, colocando el cesto sin ropa entre nosotros.

-¿Qué parece que hago, Jimin? -me contesta con otra pregunta.

Odio que me respondan con otra pregunta, alzo mis hombros y lo ignoro.

-Parece que necesitas atención, le diré a Hoseok o a Namjoon que llame a una de tus putas para que calme tu necesidad -replico.

No entiendo porque cada vez que recuerdo los gemidos de esas zorras toda la noche gritando el nombre de Jungkook, la sangre me hierve.

-Para que llamar a una cuando te tengo a ti -refuta, llevando su mano derecha a mi cintura apretándola un poco.

-No te confundas, Jungkook. Hay una gran diferencia entre ellos y yo -puntualizo.

Retiro su mano de mi cintura y salgo de la habitación de lavado, pero escucho sus pasos tras de mí.

-Tienes razón, Jimin. La diferencia es que ellos dejan que me los folle y hacen lo que les pido que hagan, y tú no -dice socarronamente.

-Tienes toda la razón, Jungkook, creo que es en lo segundo que estoy de acuerdo contigo.

Continúo mi camino hasta que siento como me toma de la cintura de forma brusca, me arrebata el cesto de las manos, lo lanza lejos y me estrella contra la primer pared que encuentra, asustándome.

-¿Qué mierda crees que haces, Jungkook? Suéltame -le pido asustado.

Coloca una de sus piernas entre las mías para impedir que me mueva, lleva una de sus manos bajo mi camisa empezando a tocar mi abdomen, acerca su rostro al mío y comienza a morder el lóbulo de mi oreja.

-De-déjame, Jungkook -tartamudeo.

-Solo déjate llevar, Jimin -me suguiere, mientras separa su boca de mi oreja.

-Púdrete -emito con desagrado.

Me gusta ser besado por Jungkook, pero en la forma en la que esta actuando solo me hace odiarlo y temerle demasiado.

-Justo por eso es que llamo a las zorras, porque tú no me das lo que quiero -confiesa.

Como puedo lo empujo, cuando logro que Jungkook se aleje de mí salgo corriendo con él persiguiéndome hecho una fiera.
Llego a la sala y trato de esconderme detrás de una pared, cubro mi boca y nariz con una de mis manos evitando hacer ruido, no escucho sonidos así que decido sacar mi cabeza encontrándome con Jungkook.

Quiero correr, pero sus manos me detienen nuevamente.


Me gira rápidamente, y sin articular una palabra comienza a besarme de manera brusca, desesperada y necesitada. Sus manos tocan todo mi cuerpo, intento empujarlo y separarlo como lo he hecho anteriormente, pero la fuerza de Jungkook es el doble. Deja de besarme y baja su boca a mi cuello comenzando a succionarlo y morderlo.

-Jungkook, por favor detente -le suplico.

Pero pareciera como si no me escucha, la puerta de una de las habitaciones se abre dejando ver a Hoseok, el cual, al ver la situación en la que me encuentro corre hasta nosotros, toma a Jungkook de los hombros y me lo quita de encima.

Me dejo caer al suelo y mis ojos se llenan de lágrimas.

-Te odio, Jungkook, te odio -digo, mientras lo señalo.

Me pongo de pie y trato de no pasar cerca de Jungkook.

-Jimin, yo... -me detiene Hoseok.

No dejo que continúe, escucho que un auto se enciende, corro hasta la puerta principal, miro el vehículo y sin dudarlo entro, sorprendiendo a Namjoon.

-¡Arranca! -grito, notando el enojo de Nam.

-Debes bajarte, Jimin. Si Jungkook se entera querrá matarme.

-Me importa una mierda lo que Jungkook quiera -suelto entre lágrimas.

Namjoon deja de insistir en que baje del auto al verme llorando, arranca y no dice nada mientras conduce.


Detiene el auto, giro mi vista hacia la derecha y veo a través de la ventana a mi hermana que está esperando que alguien vaya por ella. Miro a Namjoon en busca respuestas.

-Era mi turno de recogerla -me pone al tanto.

-Iré por ella -musito.

Limpio mi rostro y salgo del auto.


Llego hasta, Iseul, mientras la abrazo noto unas cuantas miradas sobre nosotros, le retiro la mochila a mi hermana y con mi mano derecha junto nuestras manos.

Empezamos a caminar hacia auto, y las miradas nos siguen en cada paso que damos, presiono la mano de mi hermana, ella al instante alza su mirada y me mira.

El auto en el que Nam se encuentra baja las ventanas dejándome escuchar mi nombre, decido no ver el vehículo y me concentro en la mirada expectante de mi hermana.

-Escúchame bien -le pido a Iseul, entre dientes. -Cuando te diga que corras, corre y entra al auto con Namjoon -le indico.

Mi hermana asiente.

Nam abre la puerta mientras el auto esta listo para arrancar.

-Ahora, corre -le ordene a Iseul, mientras veo que los hombres se acercan armados hacia nosotros.

Iseul suelta mi mano y corre hasta el auto, el primer hombre que se acerca intenta golpearme, pero lo evito y comienzo a pelear con él.
Namjoon mueve el vehículo, corro un poco para acercarme, pero no lo suficiente ya que uno de los hombres me golpea con la culata de su pistola en el cuello.

Como puedo alzo mi rostro que esta contra el pavimento, miro a Nam y articulo en voz baja.

-Vete -esperando que entienda lo que digo.

Namjoon cierra la puerta del auto con Iseul dentro y arranca, a lo lejos escucho los gritos de mi hermana pronunciando mi nombre entre sollozos.

-¡Jiminie, Jiminie! -la escucho gritar cada vez más lejos.

-Te amo, Iseul -es lo último que digo en un susurro ya que, otro tipo coloca un trozo de tela con un extraño químico que provoca que cierre mis ojos inmediatamente.


Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora