2.20

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B.I



-Es mejor si hablamos aquí -dice mientras me señala una pequeña habitación con mesas y sillas para dos.

Muevo la silla y dejo que él se acomode. Rodeo la mesa y tomo asiento frente a él.

-El embarazo te asento muy bien -comento, para luego sonreír ladinamente.

-¿Qué quieres? -pregunta, nervioso.

-No te haré daño, pase los dos últimos años intentando descifrar las cintas de grabación porque algo me decía que estabas con vida -hablo.

Él traga grueso.

-Lindos hijos, son de Jeon. ¿Verdad? -inquiero, haciendo que se mueva en la silla sin recibir respuesta alguna.

-Creo que debes irte, si saben que estás aquí...

Sonrío burlonamente y lo interrumpo.

-Tranquilo, ahora el control lo tiene mi hombre. Verán lo que quiero que vean y no quiero que nos vean juntos.

Tomo su mano.

-¿Qué quieres, Han Bin? -me reta con la mirada, mientras intenta soltar su mano de mi agarre.

-A ti -acoto mientras acaricio el dorso de su mano. -Lindo anillo, esto me indica que Jeon está con vida -puntualizo.

Suelto su mano y me pongo en pie.

-No, espera. Detente Han Bin -me llama, tomando mi mano.

-Lo mataré -espeto con sorna.

-No, escúchame. ¡Dios!, no me hagas esto -articula, frustrado.

-¿Qué tanto lo amas, Jimin? -lo interrogo, acercándome más a él acorralándolo entre la mesa y mi cuerpo.

-Lo suficiente -responde.

-Lo suficiente para que no lo mate -replico.

Asiente.

-No juegues con fuego, pequeño -le aconsejo mientras acaricio sus mejillas. -¿Lo planeó todo él? -indago, recorriendo con mis dedos su rostro.

-No -refuta rápidamente. -Jungkook, tuvo que pagar por Mark y por mí a los japoneses -añade Jimin, seriamente.

-No te obligare a nada, hermoso. Ahora escribe tu número aquí -le extiendo mi celular, el cual toma dudando. -Te digo algo, Jimin. Mi corazón palpita tan fuerte cuando te veo -confieso.

Alza su mirada de la pantalla de mi celular y se sonroja.

-Listo -me devuelve el celular.

Lo tomo entre mis manos y marco al número que ha guardado, en unos segundos se escucha su celular sonar.

-Contesta -le pido de manera cortes.

-Hola -atiende, luego de sacar su celular del bolsillo de su pantalón.

-Hola, lindo -contesto y luego cuelgo. -¿Así que Injae y Daewan? -dudo. -Son muy lindos, la niña es tu reflejo y el niño el de Jeon -menciono mientras guardo mi celular.

-Lo sé -dice de manera temerosa.

Me doy la vuelta y doy dos pasos para salir del lugar en el que me encuentro con Jimin.

-Espera. ¿Qué harás? -escucho su voz.

Me detengo, giro mi rostro hacia la derecha y lo veo sobre mi hombro.

-Aún no me decido, cuando lo haga te escribiré o te llamaré para informarte -contesto su pregunta, le guiño mi ojo derecho, saco mis gafas y me las coloco.

-Adiós, señol -escucho la voz de la niña.

-Adiós, pequeña -digo sin observarla ya que, un chico está con los niños.

-¡Appa! -gritan los niños antes de salir del local llamando a Jimin.

Abro la puerta de la camioneta, entro, dejo reposar mi cabeza en el asiento y suelto un fuerte suspiro.

-¿Bloqueaste la señal? -le pregunto a mi hombre.

-Sí, jefe, tengo el vídeo aquí -responde.

Abro mis ojos y le ordeno que lo reproduzca.

Todo está claro, mientras que el japonés distraía a Hoseok, Jimin y Mark salían de la camioneta y entraban a otro auto.
Cuando el japonés lanzó la argolla salió de la camioneta, el auto arrancó, él se escondió detrás de una de las paredes de la casa y luego lanzó la granada a la camioneta.

-Hijo de puta -pronuncio, para luego comenzar a reír sin parar.

El japonés entra al auto y desaparecen, aún tenía una duda sobre quién era el que conducía el auto, pero lo averiguaría y lo mataría.

-¿Es el mismo chico con el que hablaba? -pregunta Tao.

-Es el mismo, solo que ya no está embarazado, y su cabello está de diferente color, pero está igual de sexi y lindo -digo lo último con una sonrisa en mi rostro.

-¿Qué hará, jefe?

Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora