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Jeon tiene enormes ojeras en su rostro, se encuentra en una esquina de su celda sentando en el frío suelo con sus rodillas dobladas y su cabeza recostada en ellas.
No descanso nada, no después de darse cuenta que tal vez todo por lo que ha peleado se irá a la mierda una vez más, pero esta vez no irá tras su ángel. Esta vez lo dejará volar, no lo presionará, no lo seguirá, esta vez dejará que él decida y todo fluya como Jimin se lo pida.

Jungkook, escucha como poco a poco cada celda es abierta por los carceleros dejándolos libres.

Su celda es abierta, pero el decide no salir al instante, su plan, el plan que no pensó en toda la noche por pensar en la decisión que Jimin llegará a tomar sobre su relación no lo ha dejado dormir y mucho menos pensar en lo que hará con los rusos y los taiwaneses.

Por eso mismo decide no salir, ya que prefiere pensar en algo rápido que le ayude a matarlos a todos de una vez por todas. Piensa en algo en lo que todos deben morir, junto al oficial a cargo quien también tiene mucho que ver con la muerte de Sehun.

Cuando tiene todo en mente decide ponerse de pie, se asoma a la puerta para luego llamar a uno de los prisioneros para pedirle que saque todo el explosivo de su celda.

Por su parte, Kenji, se encarga de trabajar con la salida de emergencias, practica como poder desbloquearla en el momento que este lo necesitará, Jeon.
Trata de ser lo más discreto posible, intenta actuar normal conviviendo con algunos prisioneros y dejándose ver por los carceleros que le informan a Wonho, sobre él.

Mientras Jeon trata de no alertar a todos, en las afueras de Seúl justo en la casa de Wonho, se encuentra JB, cuidando del pequeño Jeon, como él le dice al pequeño hijo de Baek y nuevo miembro del enorme imperio de Jungkook.

Baek observa a su hijo y pequeñas lágrimas salen de sus ojos.

—Por favor, no lo hagas —suplica Baek, mientras JB, instala un explosivo programado para cuando el salga de la casa junto al pequeño.

—No creí haberte pedido que suplicaras. Cierra la boca antes de que te la cierre a golpes —lo amenaza.

JB, toma al pequeño y lo coloca en un porta bebés.

—Eso es pequeño, Jeon. Aquí estarás mejor —le coloca un pequeño gorro para luego acariciar su mejilla rosadita y regordeta.

—¡Mierda! ¡solo déjame ir! —grita desesperado, Baek, causando que su hijo se asustase y comience a llorar.

—Es mejor que no veas lo malo que es tu tío —le habla JB al pequeño, mientras lo gira para que no observe lo que está por hacer con su padre.

Toma un pequeño chupete y se lo coloca al pequeño en su boquita, provocando que cese su llanto.

—Así está mucho mejor —sonríe y luego llega hasta Baek, dejando caer su pie contra su abdomen.

—Lo diré una última vez, cierra la maldita boca a no ser que quieras morir antes de escuchar a tu amado oficial.

JB toma el cabello de Baek, para alzar su rostro.

—En silencio estas mejor —sonríe ladinamente.

JB se pone de pie por completo y camina hacia el pequeño mientras escucha los jadeos de dolor por parte de Baek, antes de llegar al pequeño su celular suena, lo atiende al instante cuando observa el nombre de Nam en la pantalla.

—Quiero que estés listo —escucha al atender la llamada.

—Lo estoy desde que amanecio —fanfarronea JB. —¿Cuál es el plan? —pregunta el hermoso asesino, que juega con el pequeño, Jeon.

—El plan es que, Jungkook, obligue a Wonho a que retire sus cargos y borre todo su expediente, luego que este hecho tú matas a Baek y Jeon al oficial, a los rusos y a los taiwaneses —le informa Nam.

El asesino sabe que todos los planes que Jeon o Namjoon, hacen son una maldita locura, pero el porcentaje de que estos fallen es el cero punto uno por ciento.

Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora