1.15

971 114 2
                                    

Jimin


En el poco trayecto que recorrimos en el auto, ninguno articulo una sola palabra. Namjoon se dedico a conducir, Jungkook desde que el vehículo se puso en movimiento solo guardo silencio, y Hoseok, bueno, él no dice nada, pero su sonrisa me hace sentir menos incómodo.

No estoy arrepentido, para nada, al contrario, estoy feliz de haber podido abrazar a mi hermana y convivido un poco junto a Taemin.

El auto se detiene, el primero en bajar es Jungkook, seguido de Nam.

-¿Así qué la niña del auto es tu hermana? -pregunta Hoseok.

-Sí, ella es la razón por la cual acepto cada propuesta que tu jefe me ofrece para mantenerme con vida -respondo, para luego salir del auto con mis cosas.

Namjoon y Jungkook, se encuentran en la sala, me dirijo a la cocina ignorándolos, tomo un vaso, lo lleno de agua y bebo de forma rápida.

-Te quiero en el cuarto de reunión en cinco minutos -me ordena Jungkook, cuando me ve pasar por la sala.

No digo nada, ¿Quién se cree para darme órdenes?


Entro a la habitación, retiro la ropa y la coloco en el cesto de ropa sucia. Me dirijo al baño y tomo una pequeña ducha, dejo que el agua caiga en mi cuerpo, cierro mis ojos y una imagen del beso entre Jungkook y yo aparece en mi mente.

Llevo mis mano a mis labios y con la yema de mis dedos los palpo.


Mi celular suena haciéndome volver a la realidad, haciendo que me moleste un poco conmigo mismo por desear a alguien como Jungkook.

Tomo una toalla y seco mi cuerpo, me coloco el short que utilizo para dormir y una camisa que le robe a Taehyung.

Tomomi celular, veo la pantalla dándome cuánta que es Taemin el que me ha llamado, marco su número y espero a que atienda.

-Jiminie -eschucho la voz de mi hermana.

-Iseul, dime que le pediste permiso a Taemin, para utilizar su celular -inquiero de inmediato.

-Claro, Jiminie. Él dijo que podía llamarte para despedirnos -me explica.

Mi corazón duele, detesto estar en esta situación y no poder tenerla a mi lado.

-Muy bien, cariño -consigo decir, intentando controlar mi voz.

-Jiminie ¿estás bien? -me cuestiona. -Sabes que te amo y sea lo que sea que te ocurra, yo trataré de comprender. Taemin y su mamá me cuidan bien, y me dijo que podía llamarte todas las noches -añade mi hermana.

Ni siquiera se que decir, mis emociones están al límite.

-Jiminie -me llama.

-Te amo, Iseul -pronuncio con dificultad. -Prometo recompensar cada día que he estado lejos de ti, te amo y todo lo que hago es para estar a tu lado y verte crecer -intento explicarle, pero siento que no es suficiente. -Por favor, se una buena niña -le pido-. Pásame con Taemin, hablaremos mañana mi pequeña.

-Te amo, Jiminie -es lo último que la escucho decir.

-Jimin -es lo primero y lo último que escucho pronunciar ya que, alguien me ha arrebatado mi celular.

Me giro y me encuentro con Jungkook, molesto. Pero no más molesto que yo por la acción que segundos atrás ha realizado.

-Devuélveme mi celular -le pido furioso.

-No -contesta, haciendo que me enfade más-. Ahora calla y escucha.

-Quién te crees que eres, Jung...

-Al parecer te gusta, te encanta contradecir lo que te ordeno. ¿No, Jiminie? -me interrumpe.

-Soy Jimin para ti -lo corrijo, mirándolo con desprecio.

-Oh, claro, es que yo no soy el chico con el que estabas abrazado -suelta, ofendido-. Pero si tengo derecho a llamarte así, un beso vale más que un abrazo.

-No sé a qué mierda te refieras, Jungkook, pero sea lo que sea no lo metas en ello.

-Así que él te importa, para no meterlo en esto.

Se acerca a mí y yo retrocedo.

-Odio que me contradigan, Jimin -expone.

-Y yo odio que me den órdenes, Jungkook, así que no lo hagas porque no haré nada de lo que me pidas a menos que de ello dependa mi vida, o la de mi hermana -replico.

Está tan cerca de mí, que mi corazón comienza a palpitar despavoridamente.

-Harás lo que te pido te guste o no. ¿Me escuchaste? -me confronta-. Que sea la primera y la última vez que me desobedeces, estás bajo mi techo, harás lo que te digo, y si te digo que no verás más al tipo con el que estabas, no lo harás.

-No puedes obligarme a dejar de verlo, Jungkook -digo en desacuerdo.

-Claro que puedo.

Asiente mientras esboza una sonrisa.

Estoy por responder, pero estampa sus labios contra los míos besándome de forma brusca, pero deseable. Toma la comisura de mi labio inferior con sus dientes provoca que un pequeño jadeo abandone mi boca.

Lo alejo de mí, le arrebato mi celular de su mano y salgo de la habitación molesto y confundido por lo sucedido. Bajo los escalones y voy directo al jardín, me dejo caer sobre el césped llevando mi mano hacia labio lastimado.

-No puedes reaccionar de esta manera, no hacia él -me digo a mi mismo, mientras mi corazón late de manera desenfrenada.

Cierro mis ojos y me concentro en la hermosa sonrisa de Iseul.


Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora