1.9

1.2K 134 3
                                    

Jimin


Abro mis ojos intentando acostumbrarme a la claridad de la suave luz, veo hacia los costados y me doy cuenta que no estoy en mi casa.

Intento ponerme de pie, pero al moverme siento un fuerte dolor en mi hombro izquierdo, tengo una venda alrededor, alzo la sábana con mi mano derecha y me doy cuenta que solo visto mi pantalón.

A recuesto mi cabeza sobre la almohada de nuevo. Cierro mis ojos y comienzo a recordar el altercado que tuve saliendo de mi trabajo.


Un tipo extraño intentó secuestrarme, forcejee con él un poco, y esa es la razón por la cual mi hombro duele demasiado. Tal parece lo tengo dislocado, pero no recuerdo más nada ya que, al parecer me desmaye debido al dolor.

-Maldición -susurro.

Me quedo acostado por unos breves segundos, tomo una fuerte calada de aire y decido sentarme a la orilla de la cama.

-¿Quién eres y qué hago aquí? -pregunto al escuchar y ver que la puerta de la habitación se abre mientras sostengo con fuerza la sábana.

-Soy yo.

Su voz hace eco en toda la habitación.

-¿Jungkook? -pronuncio su nombre con desagrado, pero por dentro me encuentro feliz de que sea él.

Enciende la luz de la habitación y camina hacia donde me encuentro.

-¿Cómo te sientes? -me pregunta.

-Me duele un poco -contesto. -¿Quién fue? ¿nuevamente ellos? -inquiero.

Él niega sin mirarme.

-Es mejor sino lo sabes -añade.

Y aquí vamos de nuevo, no tengo ganas de empezar una pelea, pero detesto su actitud de querer guardarse todo para él, cuando mi vida está en peligro.

-Quiero que me lo digas, ahora -le exijo.

-No -dice sin vacilar.

-Quiero que me lo digas, Jungkook. merezco una maldita explicación.

Conecta su mirada con la mía, introduce sus manos a los bolsillos de su pantalón, se agacha un poco y de esa manera queda frente a mí.

-Bien, voy a decirte -gesticula, esbozando una risita burlona-. No fueron ellos, si hubieran sido ellos no estuvieras vivo, aunque la persona que lo hizo tenía la misma intención. Matarte.

Lo escucho decir todo sin un ápice de preocupación en su rostro y menos en su voz.

-¿Quién fue, Jungkook? -pregunto una vez más.

-Adivina -articula, sonriendo como estúpido.

Por más que lo intento no puedo evitar asombrarme y molestarme, estoy en un gran problema y él decide tomárselo como un maldito juego.

-¿Al menos dime la razón por la cual he sido atacado de nuevo? -le pido mientras me pongo de pie lentamente.

-Al parecer los rumores se esparcen de manera rápida -se pone en pie al igual que yo. -Alguien ha dicho que eres mi nueva pareja -me guiña su ojo derecho, y sonríe ladinamente como si eso es lo máximo.

-Entonces..., todo esto es tu maldita culpa -lo miro desafiante y lo señalo. -Ahora no solo debo de preocuparme por esos malditos hombres, sino que también debo de cuidarme de alguna de tus tantas mujeres -suelto exasperado.

-Solo fue mi polvo, mi amante. Nada oficial -aclara, luciendo tranquilo como siempre.

-Me importa una mierda, ¡todo es tu maldita culpa! -grito, atribuyéndole toda la culpa.

-¿Por qué es mi culpa, Jimin? -se atreve a cuestionarme.

-Porque te acercaste aún sabiendo quien eres, Jungkook. Sabiendo lo peligroso que es estar a tu lado y todos los problemas que eso implica -suspiro cansado. -Sabia que no debía acercarme a ti -digo en tono suave, pero audible.

-Pero lo hiciste -me recalca.

-Maldición, Jungkook, porque no tenía idea de quién eras en realidad. Te veo y no dejo de pensar cuantas personas han perdido la vida gracias a ti.

Su rostro cambia y al instante se pone furioso al escuchar lo que he dicho.

-No quieres saber cuántas, pero si gustas te digo, o prefieres que te muestre.

Niego.

-Guarda silencio sino quieres que te una al porcentaje de las personas que he matado. Así que cierra la puta boca, Jimin -suelta, ofuscado.

Se forma un silencio entre ambos por unos segundos y luego añade.


-Ni siquiera me conoces.

-Dentro de mis planes no está el conocerte, maldito lunático -confieso.

-Entonces cállate, porque lo único que intento es mantenerte a salvo.

-¿Y se supone que contigo estaré a salvo? -lo cuestiono retadoramente.

-¿Qué mierda acabo de decirte? -me pregunta con voz alzada.

-Me importa una mierda si te molesta escuchar la verdad -espeto mientras se acerca a mí, empuñando sus manos. -¿Ahora vas a golpearme? Vamos, hazlo, demuéstrame quien verdaderamente eres -lo provoco.

Se detiene cuando está totalmente cerca de mí.

-¡Hazlo! -lo reto, alzando mi voz. -La gente como tú nunca vive, solo muere -digo, sin siquiera reconsiderar mis palabras.

-Entonces date por muerto, Jimin. Porque no pienso alejarme de ti.

-Lo estoy empezando asimilar, Jungkook -replico.

La habitación vuelve a quedar en silencio, solo se escucha su respiración agitada, esta furioso, pero no me importa. Todos quieren matarme, todo por una estúpida y maldita cena de la cual estoy arrepentido de haber aceptado.


Camina hasta una cómoda, toma lo que parece ser mi camisa y luego me la lanza.

-Colócatela y que alguien te lleve a casa.

Empiezo a tallarme la camisa con dificultad. Él se dirige hacia la puerta y antes de salir gira su rostro hacia mí.

-Voy a tratar de mantenerte a salvo, y para eso hare lo que sea -comenta.

Sale de la habitación y me deja solo.



Jungkook

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Jungkook


Llego hasta el sótano, el maldito que había intentado herir a Jimin, se encuentra listo para escucharme y recibir unos cuantos golpes.

-Habla -le pido cuando estoy frente a él.

Me mira, se ríe y hace una línea con sus labios, bufo molesto y me acerco un poco más a él.

-Escúchame, no estoy para bromas, así que dime lo que necesito -exijo.

-Muy pronto lo sabrán -dice el tipo.

-Voy a matarte sino me dices quien es tu maldito jefe -lo sentencio.

-¿Por qué luces desesperado, Jungkook? Ni siquiera es tu familia, ¿acaso la vida de ese chico vale igual que tu familia? -se atreve a continuar hablando.

Presiono mis manos haciéndolas puño, recuerdo las palabras de Jimin, suelto un bufido lleno de enojo, frustración y desesperación.

Sin rodeos descargo toda mi ira con el hombre frente a mí, lo golpeo por recordarme a mi familia y por hacerme recordar las palabras que Jimin me ha dicho.

-¡Basta, Jungkook! -escucho gritar a Nam, mientras toma mis brazos para separarme del cuerpo del tipo.

Mis manos estan llenas de sangre, las observo brevemente y luego miro el cuerpo del hombre.

-Una muerte más causada gracias a mí, es mejor que perder a alguien que me importa.

Salgo del sótano sin mirar al tipo que yace muerto, sin ver a Namjoon, cierro la puerta.

Sé que la confrontación que tuve con Jimin, no ha servido para nada, al final él tiene toda la maldita la razón, pero yo me niego a aceptar la realidad.


Enamorado De Un NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora