Capítulo 83: Lejos, muy lejos de su amado.

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Loki le gustaban las puertas.

O más bien, le gustaba el destello en los ojos de Tony cada vez que mencionaba que le gustaban las puertas.

Cuando Loki hizo el comentario, más como una broma juguetona para Strange y menos como una preferencia real, la mirada de Tony se iluminó con interés y deleite.

Al principio, Loki pensó que la reacción de Tony estaba relacionada con el predicamento de elegir un regalo de Navidad adecuado, un dilema con el que Loki también habría estado luchando si no fuera por el hecho de que Bruce ya lo había alertado sobre su tradición de regalar a Tony libros de diferentes géneros.

Sin mencionar que la explicación era demasiado simple y así fue precisamente como Loki supo que sería incorrecta. La mente de Tony era demasiado compleja y hermosa para ser llamada simple.

Entonces Loki miró más profundamente, apenas un esfuerzo considerando cuánto disfrutaba aprendiendo sobre Tony, y fue recompensado con una nueva apreciación y protección hacia su mortal.

A Tony le gustaba demostrar su afecto a través de una combinación de actos de servicio y regalos. Le daba una tremenda alegría poder anticipar las necesidades de aquellos a quienes cuidaba y sorprenderlos con el regalo perfecto. Sin embargo, no siempre había acertado, y esas experiencias lo habían dejado cauteloso de repetir los mismos errores.

Una clara declaración de preferencia, como la que Loki había hecho sin darse cuenta, ayudaba a calmar los nervios de Tony al proporcionar una dirección en la que dejar volar su imaginación y generosidad.

Al darse cuenta de esto, Loki hizo un esfuerzo por ser más vocal y demostrativo sobre sus preferencias, sin importar cuán triviales fueran, como un comentario sobre cómo la pimienta blanca molida complementaba los sabores de la sopa agrio picante. A su vez, Tony se había vuelto más cómodo expresando sus propios gustos y disgustos; un desarrollo notado favorablemente por sus amigos.

Cada acto aparentemente insignificante - un toque de pimienta blanca recién molida sobre su sopa - comunicaba el mensaje significativo de cuánto importaba Loki para Tony. Estos pequeños gestos sumaban algo mucho más grande y encantador, como las constelaciones que eran más que simples estrellas en el cielo.

Loki se encontraba disfrutando de la suave luz de la atención de Tony, sintiéndose visto, escuchado y apreciado.

Entonces, sí. Le gustaban las puertas y, como el Dios del Engaño, esperaba con interés ver el producto de la creatividad de Tony porque seguramente sería extraordinario.

Si tan solo Jim amablemente dejara de disuadir a Tony de la idea.

Lo cual, sin lugar a dudas, era de lo que estaban discutiendo los dos hombres en la otra habitación, dada la frecuencia de las miradas de Tony hacia Loki y el gesto practicado de negación de Jim.

El gorgoteo de la máquina de café se calmó y Loki hizo un gesto con la mano hacia la jarra, reemplazando el café frío en la taza de Tony con el recién preparado. Todavía le desconcertaba lo fácil que era hacer feliz a Tony, demostrarse digno del título de enlace exclusivo.

Sin enemigos odiados que vencer en nombre de Tony.

Sin joyas preciosas que presentar como baratijas.

Sin bestias raras que cazar por sus pieles y pelajes.

Todo lo que se necesitaba para hacer sonreír a Tony, con los ojos brillantes y suaves, era una bebida amarga elaborada a partir de granos molidos por las mañanas, un abrazo dentro de los brazos de Loki por las noches, y peticiones esporádicas para que Loki le conjurara objetos desde la torre a lo largo del día.

If You Had This Time Again (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora