Capítulo 000: DISCUCIONES A MEDIA NOCHE.🌃

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"Nunca hay que confiarnos, si queremos salvarnos."_(Minerva McGonagall)

En un lugar simple de Londres, a las 12:00 de la madrugada un gato atigrado veía en la calle a un hombre que parecía salido de la nada. Eso hizo que el gato entornara los ojos, ya que en Privet Drive nunca se había visto un hombre así.

Era alto, delgado y muy anciano, a juzgar por su barba y pelo plateado tan largos que había podido sujetarlo con su cinturón. Llevaba una túnica larga, una capa púrpura que barría el suelo y botas con tacón alto y hebillas, sus ojos azules eran claros, brillantes y centellaban detrás de unas gafas de cristal de media luna y su nariz era muy larga y torcida, como si se la hubiera fracturado alguna vez, el nombre de aquel hombre era .

no parecía darse cuenta de que había llegado a una calle en donde todo lo suyo, desde su nombre hasta sus botas era mal recibido. Estaba muy ocupado revolviendo en su capa buscando algo, pero pareció darse cuenta de que lo observaban con fijeza.

Porque de pronto miró al gato, que todavía lo contemplaba desde la otra punta de la calle. Por alguna razón, ver al gato pareció divertirlo, rio entre dientes y murmuró.

–Debería haberlo sabido.

Encontró en su bolsillo interior lo que estaba buscando y lo sacó, parecía un encendedor de plata, así que lo abrió, lo sostuvo alto en el aire y lo encendió. La luz más cercana de la calle se apagó con un enorme estallido, lo encendió otra vez y la siguiente lámpara quedó a obscuras.

12 veces hizo funcionar el apagador, hasta que las únicas luces que quedaron en toda la calle fueron dos puntitos lejanos, los ojos del gato que lo observaban. Si alguien hubiera mirado por la ventana en aquel momento, aunque fuera la señora de esa casa en la que el gato estaba con sus ojos como cuentas, pequeños y brillantes, no habría podido ver lo que sucedía en la calle.

Albus Dumbledore volvió a guardar el apagador dentro de su capa y fue hacia el número 4 de la calle, donde se sentó en el muro cerca del gato. No lo miró, pero después de un momento le dirigió la palabra.

–Me alegro de verla aquí, profesora McGonagal.

Se volvió para sonreírle al gato, pero este había desaparecido. En su lugar, le dirigía la sonrisa a una mujer de aspecto severo, que llevaba gafas de montura cuadrada, idénticas a las líneas que había alrededor de los ojos del gato, la mujer también llevaba una capa de color esmeralda, su cabello negro estaba recogido en un moño y parecía claramente disgustada con el sujeto enfrente de ella.

–¿Cómo ha sabido que era yo?

Preguntó con brusquedad.

–Mi querida profesora, nunca he visto un gato tan tieso.

Dijo tranquilo Dumbledore, rodando los ojos la mujer enfrente de él.

–Usted también estaría tieso si llevara todo el día sentado sobre un muro de ladrillo.

Había respondido la profesora McGonagal, suspirando con un toque de frustración, mientras que Albus Dumbledore hablaba sorprendido.

¿Todo el día? ¿Cuándo podría haber estado de fiesta? Debo de haber pasado por una docena de celebraciones y fiestas en mi camino hasta aquí.

La profesora McGonagal resopló enfadada.

–¡OOHHH! Sí, todos estaban de fiesta, de acuerdo.

Dijo con impaciencia.

–Yo creía que serían un poquito más prudentes, pero no. Hasta los muggles se han dado cuenta de que algo sucede, ha salido en las noticias.

Torció la cabeza en dirección de la ventana del obscuro salón de la familia Dursley.

🧙‍♂️PUCCA EN HARRY POTTER EN LA PIEDRA FILOSOFAL.🧙‍♂️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora