28.

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6 Meses de embarazo.

— Lili...

— Mmm

— Amor... — siento esa voz que tanto me encanta pero que en este momento interrumpe mi sueño

— Ahmmm — suspiro intentando dormir de nuevo

— ¡Lalisa! — mi cuerpo es arrojado de la suavidad de la cama

— Auuuuu — mi frente palpita del golpe que me acabo de dar, trato de adaptarme a la oscuridad y me levanto para ver a la culpable de mi caída — ¿Que diablos Jennie?

— Tengo antojos y tú no despertabas — me mira con enojo el pequeño gatito en la cama, lleva una camiseta mía que le queda de vestido y no puedo tomarla enserio con ese gran puchero que tiene — tus hijas piden chocolate con duraznos y tú no ayudas Lalisa

— Pero amor...

— Nada, ya no quiero nada pero eso sí, tu duermes en la sala

— Jennie...

— ¡Largo!

Maldita sea, otra noche en ese incómodo sofá, las hormonas de Jen me tenían algo ¿Ansiosa? Ya ni se, sus cambios de humor eran tan rápidos que ni los veía venir, sus razón eran ilogicas pero vamos, nunca lo dije en voz alta.

1. Si cumplía sus antojos era malo por qué me decía que la estaba engordando, que luego ya no la amaría, pero si no los cumplía decía que no amaba a mis cachorras, que las tenía descuidadas a las 3... Irónico ¿No?

2. Desde que puedo escuchar el latir de mis cachorras soy mucho más temperamental con ella, quiero marcarla con mi olor cada que puedo pero según ella la trato como un objeto, no la dejo ser libre.

3. Huelo a ella, siempre huelo a su delicioso olor de duraznos pero según ella me estoy viendo con otra Omega por el olor a galletas ¿Acaso sabe que nuestras cachorras tienen olor a leche y galletas? No lo sé

4. Mi Omega es apasionada pero sus hormonas ahora están tan revolucionadas que me despierta en la madrugada para que hagamos el amor, eso en un principio me encantaban pero ahora esta tan sensible que con un par de toques ella se corre y al instante se duerme y yo, que les digo, tengo que darme duchas heladas a la madrugada para bajar mi erección.

Joder, no sabía que esto de la maternidad era tan difícil... Suspiro mientras tanto me acomodo en el pequeño sofa.

7 Meses de embarazo.

—  Alfa...

— Dios cariño, me encanta como me tocas... ¡Ah!

— Tan grande...

Oh sí, hoy fue el gran día en qué Jennie me pidió que intentemos el sexo oral, no me pude negar claramente pero primero busque que mi Omega estuviera comoda haciéndolo, su enorme barriga de 7 meses ya no le permite moverse como antes y no queria que se arrodillara en el piso frío, así que estoy de pie en nuestra cama y ella sentada frente a mi mientras me masturba con sus pequeñas manos

— Ahhh amor...

— Me encanta tu miembro... Es tan grande, grueso y tiene un color bonito

— Mmm es todo tuyo

— Mio — la pequeña castaña aprovecho el momento y dejo un pequeño beso en el orificio de mi glande lo que me hizo temblar y expulsar un poco de presemen — Mmm que rico sabes

— ¡Carajo!

— Tengo una nueva paleta favorita mi vida — me miró con esos hermosos ojos de gato y me guiño un ojo con lujuria justo antes de tomar mi pene y llevarlo a su boca.

Stitches - Jenlisa GipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora