15.

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Advertencia  — Escenas sensibles. 

Lisa se sentía agotada, no tenia fuerzas ni para abrir sus ojos pero sentía un extraño peso encima de ella, luchaba por despertar pero su cuerpo no cedía, se dejo llevar por la oscuridad de nuevo. 

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Nuevamente la pelinegra intentaba abrir sus ojos, pero todo le daba vueltas, veía borroso y no podía enfocar, pero algo le decía que su cuerpo se movía, como... como si algo le saltara encima, veía una figura pero no podía reconocerla, no podía recordar... simplemente se dejo ganar de nuevo por la oscuridad. 

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Dolor era lo único que la Alfa podía sentir. Experimentaba un fuerte dolor de cabeza y ardor en su entrepierna. La pregunta que resonaba en su mente era: ¿por qué? Se cuestionaba sobre su ubicación, ¿Dónde se encontraba?, y se preguntaba también por qué no podía moverse. Finalmente, después de lo que le parecieron horas interminables, logró abrir sus ojos. Poco a poco, pudo enfocar más allá de una única figura borrosa y se percató de que estaba en un lugar desconocido. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba atada, añadiendo una capa adicional de confusión y desconcierto a su situación. 

— Por fin despiertas, mi amor — escuchó una voz detrás de ella y se atrevió a mirar. — Ya me estabas asustando — reconoció a la dueña de esa voz que antes hacía latir su corazón de amor, pero que ahora le causaba temor y enojo.

— ¡Qué mierda significa esto, Nayeon! — logró articular, sintiendo su voz ronca.

— No me grites, Lalisa, respeta a tu omega — gruñó la chica.

— Tú no eres mi omega y nunca lo serás — dijo con voz firme.

— ¿Quieres ver cómo te demuestro que sí soy tu Omega? — se paró frente a la Alfa mientras se quitaba la ropa. — De verdad que intento tratarte con amor, pero tú no ayudas, bebe. 

— ¿Qué haces? ¡Tápate! — giró su rostro intentando no ver el cuerpo desnudo de la omega.

— De verdad quise hacer las cosas por las buenas Lisa, pero al parecer te gustan de otra forma —  se acerco mientras inhala el olor de su alfa —  mira nada mas, ya estas dura

Lisa bajo su rostro con rapidez para darse cuenta que era cierto, además de que ella también se encontraba desnuda en su totalidad, sus piernas estaban amarradas a la silla y sus brazos igual, en la parte de su espalda, se pene se alzaba como una roca pero era claro que no sentía ni una pizca de excitación, podía sentir a su lobo herido, escondido en lo mas profundo, evitando todo.  

¡Que hiciste Omega!  — intento utilizar su voz alfa pero no tuvo ningún efecto con la otra loba — No... — susurro 

— Te di una ayudita para que sientas mas placer —  se sentó a horcajadas del Alfa y esta se movió con brusquedad evitando su tacto — Tranquila amor, no lo hagas difícil, se que lo quieres  

— ¡No! ¡Suéltame!  ¡Por favor! — sentía su corazón martillar con fuerza, empezaba a darse cuenta de la situación y la impotencia de no poder defenderse le hacia mas daño — Por favor Nayeon... — suplicaba 

— Lo disfrutaste las otras veces mi amor, aun estando inconsciente te corrías —  dijo con coquetería causando nauseas en el Alfa —  pero como te veo algo cohibida mejor te tapo la boca —  sin esperar respuesta metió en la boca de la mas alta un trapo para silenciarla —  Hora de que me hagas el amor Alfa... 

Stitches - Jenlisa GipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora