CAPITULO 5

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BASTIAN

Desde que llegué aquí, no he podido adaptarme al cambio nuevamente, odio la multitud y las miradas de lástima que todos me lanzan por lo sucedido con mi madre.

Siempre me mantengo al margen de toda la familia al encerrarme en la habitación. Amo el silencio incluso mis hermanas lo saben, prefiero mantener mi mente ocupada en los libros que podrían serme útil para encontrar a mi madre, Charlotte.

Según nos dijeron, un vampiro se la llevó cuando éramos pequeños, no recuerdo bien esa noche, pero si tengo vagas imágenes de como se escapó con ella inconsciente. Mis hermanas saben que siempre me mantengo ocupado con ello porque al parecer mi padre, se ha rendido con encontrarla haciendo que me ría de él cada vez que dice que la ama.

—Papá quiere verte hermano —Aine entra a mi habitación y lee el titulo del libro en voz alta —Bastian.

—Dile que estoy ocupado con cualquier cosa.

—¿Por qué lo odias tanto? —mi hermana me quita el libro de las manos —Nuestro padre se preocupa por nosotros y no hay momento en que no piense en ella.

—Solo dices eso porque eres su favorita. —le arrebato el libro —Se conforma con verlas a ustedes para creer que mamá sigue aquí así evitarse las molestias de buscarla.

—Aine —la voz de papá resuena detrás de nosotros —Déjame a solas con tu hermano.

—Pero papá

Con solo una mirada bastó para que ella se fuera en silencio, si. Ese es el poder del gran Alpha Dominick Collins.

—¿A que crees que estas jugando? —preguntó tajante —Habla.

—Que quieres que te diga —respondo de la misma forma

—Tú no sabes nada, hijo. No sabes absolutamente nada. Juzgas sin saber lo que pasa a tu alrededor y para ello culpas a los demás. Todo este tiempo yo me encargué de protegerlos, mantenerlos a salvo así como ella lo quiso.

—No será que me confundes contigo —lo miro con desdén —Aclaremos algo, padre. El único que protegió a mis hermanas del peligro fui yo, no tú. Lo único que hiciste fue deshacerte de nosotros al enviarnos lejos con nuestras abuelas. Tú ni siquiera te molestas en mencionarla y seguramente es porque la olvidaste. Seguramente ya planeas buscar una madrastra para nosotros.

Mi padre levantó su brazo dispuesto a golpearme, lo esperé porque no le temía a que lo hiciera, pero jamás lo hizo. Entrecerró sus ojos y se marchó dejándome con un amargo sabor en la boca.

Cabreado lanzo el libro contra la pared y lo persigo hasta su habitación y cuando estaba por golpear la puerta para encararlo escuché decir su nombre.

"¿Con quien habla?"

—Charlie no sé que mas hacer. —lo escucho hablar como si fuera una agonia dolorosa —Estuve a punto de golpear a nuestro hijo pero no pude. No pude porque al ver sus ojos te vi a ti. —un nudo se forma en mi garganta —Mi luna; muero en vida al no encontrarte, nuestros hijos parecen odiarme porque creen que me rendí, pero no sé que mas hacer, te necesito, siento que moriré si no te vuelvo a ver.

El hombre frio que trabaja 24/7 que no demuestra sus emociones con nadie estaba sufriendo en silencio.

—Lo entiendes ahora. —mis hermanas me asustan al hablarme —Nuestro padre esta muriendo en vida. Cuando nos ve, su dolor lo mata porque los tres heredamos algo de nuestra madre.

—¿Qué dices?

—Nosotras nos parecemos físicamente a ella y tú posees los ojos de mamá. Sus ojos eran verde esmeraldas.

—Ahora entiendes porque él evita vernos —Aine habla con tristeza —Por eso evita vernos o comer con nosotros. Cuando encuentras a tu mate, te unes a ella en cuerpo y alma, pero la pierdes o si muere, es vivir en agonía mientras vives, el dolor te consume y ver todo lo que te recuerde a tu pareja es un martirio constante llevándote al límite de querer acabar con el dolor.

Nunca antes pensé en el dolor que te puede causar si pierdes a tu pareja después de encontrarla porque nunca me interesó ese tema.

Las veo salir de la casa. Seguramente iban a visitar a la humana.

"Pecas"

Me siento mal por la forma en que terminó nuestra conversación, no fue mi intención herirla, pero no me di cuenta que la forma en la que me expresé era cruel para ella.

Pensaba que debía disculparme con ella. Pero también pienso que no querrá verme. No es que no pueda salir con ella si no que, al final podría herirla, soy un hibrido y tarde o temprano terminaría encontrando a una de mis dos parejas de lobo o vampiro. Si la tomo como una diversión y alguna aparece, saldrá herida y no quiero eso porque es buena y gentil con mis hermanas quienes se les dificulta hacer amigos.

Me aseguré de que mis hermanas no estuvieran con ella. Toqué la puerta y nadie abrió así que entré por una de las ventanas del segundo piso, en específico por la habitación de su hermana.

Fui a su habitación y la llamé, pero al voltear me quedé inmóvil mientras observo su rostro rojo, mis ojos viajan a su cuerpo desnudo totalmente. Me quedé embrujado por la vista que me estaba dando de ella, su cabello mojado gotea mojando el suelo.

Me acerco a ella e intento controlarme y ponerle su bata, pero al tocar su piel cálida mi cuerpo ardió, mis manos comenzaron a moverse sin permiso y tocaron sus mejillas, ella retrocede y la sigo para que no se aleje.

—Bastian... ¿Q–Que?.

—Eres cálida, pecas. —murmuro acercándome a sus labios al sentirme sediento —Suave y cálida.

Puedo escuchar su corazón alterar su ritmo cada vez que me acerco a sus labios, acaricio sus labios y su ritmo cardiaco empeora haciéndome preguntar que pasaría si los pruebo.

La tomo de la cintura y la atraigo a mi, su corazón enloqueció cuando me sintió, rozo nuestros labios haciéndome sentir su cuerpo estremecerse, no pude controlarme y terminé besándola, me fuerzo a mi mismo para separarme de ella pero ella enrolla sus brazos en mi cuello impidiéndolo, la sujeto para levantarla, sus piernas se anclan en mi cintura siguiendo el ritmo del beso.

Siento que mi sed crece cuando siento su entrega a mi como un ciervo indefenso. Mis manos acarician su espalda cuando la escucho gemir y jadear.

LinajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora