Linajes

CAPITULO 18

SANDY

Por alguna razón, los chicos se veían deprimentes. Me levanté al sentir la necesidad de tomar agua y sin querer escuché su conversación poco agradable, en verdad ellos se veían alterados porque vieron a su madre.

Me sentía inquieta por Bastián. Seguramente la estaba pasando mal, quería saber si podía serle de ayuda de alguna forma. Observo la puerta de su habitación dudosa.

"¿Y si me dice que no o me ignora"

Tomé el valor para tocar un par de veces, pero no me respondió. Seguí insistiendo por última vez y tampoco me respondió. Me resigné a que no saldría y justo cuando me alejé de su puerta algo me tomó del brazo y me arrastró a la oscuridad.

Perpleja de lo que pasó en segundos busco al responsable, pero solo me encontré con un par de ojos color carmesí, la intensidad de su brillo me hipnotizó, rodeados de la oscuridad lo hacían peligrosamente sensuales para mí.

Mi corazón es como un torbellino de emociones, intento controlarlo porque él puede oírlo pero no logro mi cometido y parece que eso lo hace feliz.

Siento la caricia de sus dedos sobre mi mejilla derecha, su respiración como siempre, es calmada y muy relajante para mi. Mis ojos no pueden apartarse de los suyos.

—¿Acaso no sabes que es peligroso meterse a la boca del lobo?

—Eres... mi novio —mascullo lo ultimo con temor —Y.... quería saber si... estabas bien.

—Soy tu novio, pero no olvides que también soy un hibrido que se le dificulta controlarse. —siento su respiración muy cerca de la mía —Y contigo cerca, mi poco control...

Había olvidado eso.

—E–Entonces... me iré.

Golpea con fuerza a un costado de mi cara asustándome, mis ojos vuelven a ver los suyos.

—Es muy tarde para irse.

Mi cuerpo tiembla cuando siento la yema de sus dedos tocar mi clavícula. Baja lento provocándome que perdiera la voz. Debía pensar en alguna forma de salir de su prisión, pero pensar con sus ojos viéndome sin parpadear me impedían pensar.

—El olor de tu sangre... —susurra —Su dulce aroma... es adictivo para mi. —mi cuerpo tiembla y mi piel se eriza cuando siento algo filoso rozar mi cuello. —Me pregunto... si sabe mejor de lo que huele.

"Tengo que negarme, debo hacerlo, puede que sea mi novio, pero es un vampiro y es peligroso"

—Puedes hacerlo.

—Si lo hago, morirás, no puedo controlarme.

"niégate, Vamos, sal de aquí"

—Debes hacerlo si queremos confiar el uno en el otro.

—¿Enserio confiarás en alguien como yo?

—Confiaré en mi novio.

De alguna forma logré tranquilizar a mi corazón, mis manos se aferran a su cintura, no sabia si estaba desnudo por completo, pero quería confiar en él, si logra controlarse para no matarme, podré confiar al cien en él.

Muevo mi cabello a un lado y le doy acceso a mi cuello, siento algo tibio deslizarse lento haciéndome estremecer. Sus labios aprisionaron los míos al mismo tiempo que me carga a horcajadas, mi espalda choca contra la puerta de su habitación, es dominante, demasiado. Mi cuerpo arde regocijándose en el deseo que se apodera de mi. Se mantiene en silencio todo el tiempo, sus labios abandonan los míos y bajan, escucho un gruñido animal provenir de él, me tenso porque fue extraño para mi, pero se asegura de mantenerme caliente a su ritmo.

Suelto un quejido de dolor cuando siento que me encajó los colmillos, su cuerpo aprisiona más el mío haciéndome olvidar el dolor, nuevamente el placer y la excitación se apoderan de mi y esta vez con mas intensidad que me provocó sed. Me quema y me asfixia este deseo, siento que no lo puedo soportar.

"¿Qué es esto que estoy sintiendo"

Mi cuerpo no quiere que se detenga, todo lo contrario, quiero que tome hasta la ultima gota de todo mi ser.

Sus gruñidos bestiales me prenden más, no quiero que pare pero de golpe, se aleja de mi dejándome caer bruscamente al suelo. Sigue gruñendo y eso me hace salir de mi burbuja excitante.

—¿Estas bie?.... —al ponerme de pie, mis piernas temblaron y me dejaron caer sentada al suelo nuevamente —¿Qué... me pasa?

Mi cabeza me da vueltas y por mas que intento levantarme, no puedo hacerlo. Mis ojos pesan demasiado, siento que me voy a desmayar.

—Pecas....

Su voz se oye distante, como un eco, siento un sudor frio apoderarse de mi cuerpo, no conozco la sensación, es la primera vez que me pasa esto.

Me despierto abruptamente recordando el sueño que tuve anoche.

"¿Si fue un sueño?"

Me levanto de la cama y me miro en el espejo del tocador de las chicas.

"No hay marca"

Muevo mis ojos de un lado a otro intrigada por el sueño extraño que tuve. Fue un sueño porque si no lo hubiera sido, tendría las marcas de su colmillos en mi cuello. Adara y Aine salen del baño ya cambiadas.

—Bella durmiente, al fin despiertas.

—El baño esta listo por si quieres usarlo. —dijo Aine mientras cepilla su cabello. —Hay cepillos nuevos en el estante, puerta derecha.

Confundida, entré al baño y mientras me cepillo revivo el extraño sueño que tuve. ¿enserio pasó? No le sigo dando mas vueltas al asunto porque seguramente fue un sueño, de lo contrario estaría en el hospital por falta de sangre.

Nunca acostumbro a desayunar, pero al parecer los hermanos Collins si lo hacen porque estaban reunidos en la meza. Adara me invita a sentarme a su lado. Habia de todo en la meza.

—Buenos días.

El señor Collins se sienta sobra la silla que parecía ser la principal de la meza, esa, donde puedes ver a todos perfectamente. Los chicos se vieron entre si como si fuera algo anormal que estuviera comiendo con ellos.

—Buenos días, papá. —dijeron las chicas.

Posa sus ojos sobre Bastián, pero él come ignorando su presencia y parece que a su padre no le importa.

—Puedes recoger tu auto del taller ahora Bastián. —habló logrando llamar su atención.

—Bien. —él era muy frio con su padre —Me tengo que ir.

—¿Tan pronto?

—Si.

—Bien.

Me quedé anonadada con su conversación que tuvieron, fue más fría que el polo norte. Sus hermanas se quejan porque dicen que ni siquiera porque tiene novia puede cambiar un poco y ser más amable.

—Sandy, ¿verdad?

Levanto mi cabeza para ver al padre de Bastián.

—Si.

—No le tomes importancia a su comportamiento. Siempre ha sido así. Espero que tu llegado a su vida pueda cambiarlo, así como su madre lo hizo con la mía.

—Si, señor Collins.

El hecho de que tuviera esa confianza conmigo, me hacia llenarme de confianza porque me acepta como la pareja de su hijo.

—Pero, ten cuidado.

"¿Qué tenga cuidado? ¿A que se refiere con eso, lo dice por su hijo o por que quieran hacerme algo sus enemigos?".