CAPITULO 21

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SANDY

Tres en total, y nos encontrábamos atadas de nuestra manos y debajo de nuestros pies había un pentagrama enorme hecho por sangre. Las demás lloran pidiendo que nos liberen. Un grupo enorme de personas con capuchas nos comenzaron a rodear, mis nervios se comienzan a alterar cuando comienzan a recitar un canto. El pentagrama comenzó a arder en llamas rápidamente, el suelo comenzó a partirse haciéndome gritar del miedo, intento soltarme, pero algo me inmovilizó.

Una mujer pasó al frente llenándole de cucarachas la cabeza a los demás diciendo que pronto serian el aquelarre mas temido por todos y que dejarían de ser inexistentes cuando se comieran nuestras corazones.

"¡Que! ¡Nuestros corazones!"

—¡Están locos! —grité aterrorizada —¡Suéltenme!

—¡Entregando nuestros primogénitos al gran Asmodeus para ser el aquelarre más poderoso!

La bruja voltea y con asombro veo como su mano la rodeo algo negro que tomó la forma puntiaguda. Venia hacia a mí, lucho para hacer algo pero es como si mi cuerpo estuviera aprisionando por una pared invisible. Siento el filo en mi cuello.

—¡No me toques!

Mis pies se liberaron y le di una patada en el estoma haciendo que saliera expulsada. Parpadeo digiriendo lo que acaba de pasar. Ella viene nuevamente y escupe sangre.

—Maldita mocosa... —murmura rabiosa —¿Quién demonios eres?

Acerca su mano a mi cuello y me grita su orden en la cara de decirme quien era. Pero mi respuesta no le complace.

—Enserio tienes los ovarios para seguir con estas estupideces. —la mujer palidece cuando ve a mis espaldas —Odio ver una cara tan repugnante como la tuya, pero es inevitable, pero esta vez no dejaré cabos sueltos.

—V–Verónica.

"¿Verónica?"

Ella me mira a mi como si hubiera visto al mismo diablo.

Verónica apareció a mi costado derecho y la bruja cayó al suelo aterrizada. No me mira, solo la ve a ella como si fuera un insignificante insecto, frunce el ceño como si sintiera el olor de un animal muerto.

—Llegas tarde por ella mocoso.

—No es fácil cuando tienes una jaula encima.

Volteo y ahí estaba él, agitado y respirando con dificultad, venia hacia a mi. Sonríe mientras dice que es un alivio que esté bien. Mis ojos se inundan de lagrimas mientras lo observo liberarme. Me aferro a él en un abrazo, tiemblo como nunca lo hice.

—Demoraste mucho —murmuro dejando ver en mi voz el miedo que sentía —Tonto.

—No volverá a pasar.

—¡¡Greyci!!.

—¡¡Mainor!!.

Volteo y veo a Greyci llorar amargamente en sus brazos, el la abraza con fuerza y también llora pidiéndole perdón por todo, se oculta en su pecho temblando. Él nos vio y asiente con su cabeza.

—¿De que me perdí?

—De nada. —besa mi frente —Vamos, tu hermana esta que destruye el pueblo entero desde que desapareciste.

Verónica nos detiene y le dice a Bastián que no haga nada estúpido de ahora en adelante. Voltea y la mira fijamente.

—¿Cómo sabía que estábamos aquí?

Observo a la mujer.

—Dile a tu padre que esto, le saldrá muy caro porque no soy la niñera de niños sin modales. —una mujer apareció de la nada y le preguntó sobre que hacer con los demás brujos. —De esta desquiciada sin alma me encargo yo; los demás serán enviados a Hollow City para pagar por sus crímenes.

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