CAPITULO 70

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—Astutos, mucho mas sanguinarios que los cerberos y leales hasta la muerte, asi eran los Vasallos, pero uno de ellos, se enamoró de la madre del Rey francisco olvidando su lealtad hacia su rey, codiciar lo que es del Rey, significaba para él, anhelar el trono. Se ganó su titulo aun siendo joven, era un niño prodigio por lo que ascender le fue fácil, su talento le hizo ser el primero en su rango con poseer una familia pero cuando el rey descubrió la verdad...

—La mató a ella.

—Y momificó a todos con ese rango, denigró el titulo al darselo a los guardianes de los pabellones, su amigo, el padre de su excelencia, tuvo que sacrificar a los suyos quienes aceptaron la decisión de su amo.

—¿Qué? —mi madre se acerca a la mesa —¿Osea que siguen con vida?

—Asi es su excelencia.

—¿Dónde están?

—En las antiguas catacumbas. —responde

Bastian le ordena llevarnos. Al salir del salón, varios vampiros nos acompañan, tenían antorchas, el anciano camino delante de nosotros. Las catumbas son realmente frías y tenebrosas, aquí no entran ni un solo rayo de luz solar, todo es oscuro y solo nuestro camino es iluminado por las antorches, caminos siguiendo al anciano por unos veinte minutos dejándome sin palabras por lo inmenso que es este lugar.

Se detiene frente a una pared, voltea y nos observa, había algo, una figura, era como una serpiente con la boca abierta sacando su lengua.

—Este lugar fue sellado con la sangre del rey Aurelius y solo la sangre de su descendencia puede removerla.

Espero a que Bastian lo haga pero me dice que puedo hacerlo también, mi madre lo mira con sorpresa y yo también. Me mira como si me dijera que confíe en él así que acepto hacerlo yo, muerdo mi muñeca y la sangre brota el anciano me indica donde debo dejarla caer que es sobre la lengua. Mi sangre cae y el sonido de una serpiente se hace presente, la serpiente se mueve como si ella fuera el seguro y las puertas se abren indicando que en verdad soy descendiente del primer rey así como Bastian lo es también.

Bastian toma mi mano y lame la herida haciendo que esta se cierre por completo.

Entramos y cuando todo fue iluminado vimos varios sarcófagos de piedra muy viejos. Mi madre pregunta cuales eran los vasallos de mi bisabuelo y el le señala los últimos sarcófagos.

Ella chasqueó sus dedos y varias doncellas aparecieron. Los vampiros se quedaron sorprendidos al igual que yo porque en verdad son como la sombra de mi madre. Están cuando ella las necesita.

Las doncellas sacan los sarcófagos, tres en total le quitan la tapa de piedra, nos acercamos y con asombro veo a los vampiros momificados, mi se corta la palma izquierda de su mano y deja caer unas cuantos gotas sobre sus bocas.

—No puede ser...

Abro mis ojos por completo al ver como aquella momia comienza a regenerarse, como si gusanos le recorrieran de pies a cabeza, sus venas ya comienzan a ver y su rostro se empieza a regenerar lentamente.

Emiten un extraño sonido. Y al abrir sus ojos estos se mantienen fijos al techo.

—¿Quieren despertar a los demás?

Bastian me mira a mi y yo él, asiente y yo también.

—Sáquenlos a todos. —ordena Bastian y los vampiros lo hacen. —Tengo que decir que eres mas astuta e inteligente que yo pecas.

En total eran 16 Vasallos, todos momificados.

—Debo aclarar algo. —habla el anciano —Una vez ellos entraron en el sueño eterno y sangre disiparse por completo, un nuevo amo debe despertarlos. Si nuestras altezas aceptan mi consejo, hay 16 Vasallos, pueden dividir a los guardianes, 8 para la princesa y 8 para el príncipe. Pero debo recordarles que entre ellos se encuentra el culpable de lo sucedido con los Vasallos.

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